Si no lo fue, el  subcomandante Marcos bien pudo ser maestro del creador de WikiLeaks, Julian Assange. Nadie como el sub sabe utilizar los tiempos y espacios mediáticos para sorprender a la opinión pública y en especial a la clase política.

Se trata, sin duda, de un genio en materia propagandística. A muchos mexicanos les gustaría que esa misma genialidad la utilizara para hacer propuestas. Porque, vamos a ver, tampoco nos gustaría que el sub se desgastara. Su estilo y tipo de argumentación para desprestigiar a la clase política ya resultan demasiado predecible, por no decir trillados. Sería interesante que Marcos se inaugurara en el terreno de la iniciativa popular. Muy bien, tiene razón, ningún partido sirve. ¿Nos está diciendo, por lo tanto, que ha llegado la hora de ciudadanía? Si es así, que comience a presentar iniciativas ante el Congreso e ideas y proyectos políticos al presidente Enrique Peña Nieto.

Si el líder del EZLN inició la revolución indígena en Chiapas también puede iniciar la otra revolución que el país necesita. La que tiene que ver con la ciudadanización de la política. Esa sería la mejor forma de combatir al poder corruptor de la partidocracia.

(Mesa de Redacción de la Revista Siempre!)