Puede sucederle igual que a Jongitud

Félix Fuentes

Las manos corruptas de Elba Esther Gordillo fueron separadas de la Lotería Nacional, institución obsequiada por Felipe Calderón en pago a  maniobras electorales del SNTE, en las elecciones del 2006.

El “premio mayor” entregado a la Maestra constituyó una ofensa nacional que diputados y senadores pasaron por alto y ya subsanó el presidente Enrique Peña Nieto, quien así rompe nexos con la líder de  maestros. La terminación en 13 le resulta fatal a la ensoberbecida mujer.

La exdiputada jalisciense María Esther Sherman fue declarada titular de la Lotería Nacional y de Pronósticos Deportivos, por el secretario de Hacienda, Luis Videgaray. De reconocida experiencia política, Sherman pertenece al grupo político de Manlio Fabio Beltrones.

Cuatro incondicionales de la Maestra estuvieron al frente de la Lotería: Tomás Ruiz, hoy secretario de Finanzas de Veracruz; Francisco Yáñez, exsecretario particular de Gordillo; Miguel Angel Jiménez, dirigente del partido Nueva Alianza (propiedad de la profesora) y Benjamín González Roaro, uno de los más leales de Gordillo.

Negocios turbios, con el estilo de maestros del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, fueron realizados por los gordillistas en la Lotenal, entre otros, el de 40 millones de pesos entregados a un hospital, por gestión de Jorge Kawage, exlíder del Panal.

La Maestra recibió la Lotería Nacional con un desfalco por 3 mil millones de pesos que le heredaron Vicente Fox y Martha Sahagún de Fox. Ya se verá qué cuentas entrega González Roaro, quien, según ha dicho, no llegó a ese puesto por decisión de la vitalicia del SNTE. Ahora resulta…

La Maestra no esperaba ése y otros golpes del priista Peña Nieto. Además de la Lotenal, pretendió continuar con el control del ISSSTE y mantener su influencia en Educación Pública, como lo hizo durante los gobiernos panistas de Vicente Fox y Calderón, a quienes manipuló a placer.

Sorprendida por las decisiones de Peña Nieto en su contra, Gordillo se quiere pasar de lista y por ahí filtró la versión de que inscribirá a 20 mil profesores en las filas de Morena, que el martes pasado inició su proceso de filiación. Desde luego, El Peje López Obrador no se haría del rogar.

Se olvida la vitalicia que el PRI ya regresó y el presidente de la república es quien ejerce el máximo poder del país. Peña ha iniciado su gobierno con mano firme y no se va a prestar al juego sucio del SNTE y su dirigencia.

Tampoco debe Gordillo echar en saco roto la historia de cómo llegó ella al SNTE, por decisión de Carlos Salinas de Gortari, recién iniciado su gobierno: el entonces titular de la SEP, Manuel Bartlett, pidió a quien era líder de ese sindicato, Carlos Jongitud Barrios, la entrega de ese organismo al gobierno federal.

Jongitud aguantó callado, sabedor de cómo proceden los priistas cuando se trata de poner orden y tomar decisiones. Luego, sin preámbulos, fue encaramada Gordillo en el SNTE, a sugerencia de Manuel Camacho Solís, quien era regente del Distrito Federal, según trascendió entonces.

Esa es la democracia de que tanto se ha ufanado Gordillo durante 23 años de su enquistamiento en el corrompido sindicato bajo su mando.

Peña Nieto ya mandó a los profesores un mensaje significativo: que lean con cuidado la nueva reforma educativa y se convenzan de que es en beneficio de ellos y de la educación nacional.

Sin embargo, si Gordillo cree que puede poner al gobierno contra la pared, le podrían aplicar la fórmula de destitución de Jongitud Barrios. Debiera revisar su posición.