Tesón, esfuerzo y unidad
Mireille Roccatti
El año 2013 comienza para México con buenos augurios en el plano económico internacional: con un acuerdo de último momento se evitó en el legislativo norteamericano lo que los especialistas denominaron el “abismo fiscal”. El acuerdo se logró tras tensas negociaciones que polarizaron a republicanos y demócratas y obligó al presidente Barack Obama a abandonar sus vacaciones navideñas en Hawaii y, sólo el último día del 2012, lograron un acuerdo que significó que ambas partes cedieran y evitar una catástrofe, que hubiese implicado por lo menos una recesión económica y la pérdida de confianza de los mercados financieros.
La negociación legislativa estadounidense es una muestra de cómo a pesar de la polarización y la defensa de posiciones a ultranza cuando está de por medio un bien superior, en este caso, el futuro inmediato de la economía estadounidense, las partes ceden y construyen acuerdos. La nueva ley fiscal aprobada en ambas cámaras del Congreso se logró con 257 votos a favor y 167 en contra. Esta nueva ley aumentará los impuestos a los más ricos y beneficia a más del 98% de los estadounidenses y 90% de los comercios pequeños de Estados Unidos que no van a sufrir un incremento en sus impuestos. Millones de familias van a recibir créditos fiscales para poder educar a sus hijos, también va a haber créditos en las inversiones y habrá también trabajos para los que inviertan en energía limpia.
La nueva ley evita por ahora una masiva alza de impuestos y recortes automáticos al gasto público. Las tasas impositivas aumentarán sólo para los individuos que ganen más de 400 mil dólares o para las parejas que tengan más de 450 mil dólares como ingresos. El presidente Obama podrá así cumplir sus promesas de campaña para obtener la reelección cuando ofreció proteger a la clase media.
La respuesta en los mercados financieros y en las bolsas más importantes del mundo fue inmediata y presentaron alzas en sus respectivos indicadores. Este augurio debe ser complementado con las reacciones y medidas de la Comunidad Europea y de las economías asiáticas más fuertes como la china y la japonesa. Por lo pronto el escollo principal para una caída económica global parece haber sido superada “por los pelos”, pero superada.
Hoy que en México iniciamos un nuevo año y prácticamente un nuevo sexenio, y muchos estimamos que una nueva era, es tiempo y oportunidad de privilegiar el diálogo, de construir acuerdos y obtener consensos en bien de la república. El encono y la polarización sólo conducen al desastre, tenemos que dejar atrás la defensa empecinada de las diferentes visiones e identificar las prioridades del país y los mexicanos. El ejemplo citado en los renglones precedentes nos sirven para ilustrar la casuística fiscal mexicana. Hemos venido posponiendo durante cuatro décadas una verdadera reforma hacendaria.
Es el momento de un gran debate nacional respecto de sus alcances y limitantes. En el Pacto por México suscrito por los tres principales partidos políticos se contempla la realización de esta reforma, pero siendo importante este acuerdo, debe ampliarse a la participación de trabajadores, patrones, académicos y la sociedad en su conjunto. Este 2013, resultará fundamental para concretarla, es impostergable cristalizarla. Por ser la reforma fundamental, en aras de transitarla sería mejor posponer la reforma energética y otras adecuaciones estructurales. Es el tiempo de ganar el futuro. Es tiempo de construir un México con visión de horizonte y sobre todo más justo. Los tiempos del debate estéril se han terminado.