Alexander Serikov

La sociedad rusa está discutiendo en estos días el nuevo proyecto de ley sobre la lucha contra el tabaquismo. A mediados de diciembre de 2012 el proyecto de la mencionada ley llegó a la cámara baja –la Duma– para ser aprobado o rechazado, pero todo indica que los diputados le darán luz verde.

Rusia ocupa el séptimo lugar en el mundo por la cantidad de cigarrillos consumidos durante el año per cápita. El primer lugar pertenece a Grecia. En 2009 en Rusia se llevó a cabo una encuesta sobre el consumo de tabaco recomendada por la Organización Mundial de la Salud. Más de 11 mil personas de 15 años de edad en adelante participaron en ella. Los resultados indicaron que el 39.1 por ciento de los encuestados consumen tabaco permanentemente, entre ellos el 60.2 por ciento son hombres y el 21.7 mujeres.

En la Rusia de los zares al tabaco traído de Sudamérica lo llamaron “veneno diabólico” y fue prohibido su consumo. Los que seguían fumando fueron severamente castigados. Fue el jefe de la Iglesia Ortodóxa Rusa, Iósif, quien propuso esta medida que resultó ineficiente y fue pronto suprimida.

Para empezar en nuestros días una lucha eficaz contra el tabaquismo el gobierno ruso envió el proyecto de ley anti tabaco al parlamento. Sus cláusulas serán llevadas a la práctica por etapas. Una serie de medidas entrará en vigor a partir de la aprobación del proyecto, otras  a partir del 1 de julio del 2014 y del 1 de enero del 2015. Dicen los autores del documento que fue elaborado para perfeccionar la legislación dirigida a salvaguardar la salud de la población protegiéndola contra los efectos nocivos del humo de tabaco y de las consecuencias de su consumo. El gobierno ruso considera que el tabaquismo es altamente divulgado entre la población lo que ocasiona graves consecuencias aparte de la salud también de carácter socioeconómico. El documento en cuestión formula los siguientes conceptos: fumar tabaco, inhalar el humo de tabaco consumido por otros, consecuencias del consumo del tabaco, estimulación de la venta de los productos de tabaco, limitación de la venta del tabaco, entre otros. Y tratar de solucionar los problemas causados por ellos.

El proyecto de ley establece que a partir de enero del 2015 el derecho a vender productos de tabaco lo tendrán solamente los comercios estacionarios cuya área sea de más de 50 metros cuadrados –en las ciudades– y de más de 25 metros cuadrados en la zona rural. El documento da continuidad a la anteriormente establecida prohibición de vender tabaco a los menores de edad y prohíbe también la promoción de los productos de tabaco en TV y Radio y en las obras de teatro. A partir del 1 de enero del 2015 estará prohibido fumar en los establecimientos de educación y cultura, en los organismos de atención a los jóvenes, en recintos deportivos, en los hoteles, en los puestos de trabajo, en los transportes colectivos. La ley anti tabaco sancionará por el consumo de tabaco en los lugares públicos. Y por si fuera poco, en las cajas de cigarrillos aparecerán dibujos alusivos para hacer conciencia de los efectos del cigarrillo en el cuerpo humano.