Entrevista a Pablo Javier Becerra/Investigador de la UAM-Iztapalapa

Nora Rodríguez Aceves

En la Constitución Política, en el artículo 41, y luego en el Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (Cofipe) tenemos lo que serían los componentes básicos de una ley de partidos, por eso una ley de partidos como tal no es absolutamente necesaria en México, podría darle cierta operatividad al tema si se separa lo que ya está en el Cofipe y que está regulado en la Constitución y se coloca en una nueva ley.

“Algo parecido ocurrió con toda la parte del contencioso electoral que se separó en 1996 en una ley general del sistema de medios de impugnación. En este caso, lo que algunos proponen y de hecho esto ya se ha presentado como iniciativa, en los últimos años ha habido varias iniciativas para elaborar una ley de partidos, de hecho me acuerdo que el Partido Convergencia presentó una, y luego algunos diputados del PRI o de algún otro partido de izquierda también presentaron otras, de tal forma que una ley de partidos no es una idea nueva”, afirma Pablo Javier Becerra Chávez, profesor investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Iztapalapa (UAM-Iztapalapa).

“La cuestión sería que en una sola ley general de partidos políticos en México pudiera estar todo lo que hoy se encuentra en el Cofipe y que también desde esa ley se pudieran establecer reglas generales para que los estados rescataran algunas de estas cuestiones para que no se prestara a la arbitrariedad, sobre todo en temas como requisitos para obtener el registro como partido político; esto está muy librado a la arbitrariedad de los partidos gobernantes en cada estado, en el Distrito Federal mismo, hace poco se reformó el Código Electoral para hacer muy difícil si no es que imposible la obtención del registro de un partido, esto lo promovió el grupo mayoritario en la Asamblea Legislativa del PRD para cerrarle el paso al posible partido de una corrientes del PRD que iba hacer el partido de René Arce, fue hace año y medio más o menos, el PRD local dijo: vamos a impedirlo, y subieron el requisito para el registro de partidos, entonces en esto hay mucha arbitrariedad en los estados.”

Hay mucho que discutir

En ese mismo tenor, explica Javier Becerra a Siempre!que “el mismo efecto que se podría lograr con una ley general o nacional de partidos se podría lograr estableciendo en la Constitución unos parámetros básicos para impedir la arbitrariedad, algo de eso ya se ha colocado en el artículo 116 constitucional donde se establecen los mínimos que deben tener las constituciones de los estados en materia electoral. El asunto sería ver si se elabora una ley de partidos a nivel nacional o si debería haber una ley de partidos en cada estado y el Distrito Federal; son varios temas de discusión”.

En el libro ¿Hacia una Ley de Partidos? Experiencias latinoamericanas y prospectiva para México, editado por el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, el Instituto Belisario Domínguez de estudios legislativos del Senado de la República, e IDEA, Instituto Internacional para la Democracia y la Existencia Electoral, México, 2012, se rescata una ponencia del director regional para América Latina y el Caribe, IDEA Internacional, Daniel Zovatto,“La regulación jurídica de los partidos políticos en América Latina”, que dice que “la mitad de los países de América Latina tienen ley de partidos y la otra mitad no, de hecho tienen ley de partidos nueve países y 10 no la tienen; entre los que no la tienen está México, no obstante, “me parece que lo más relevante podría ser que más allá de que se elabore o no una ley de partidos la regulación de los partidos debe efectivamente cubrir un mínimo de condiciones, ya sea que esa regulación esté en el Cofipe, como hoy está, o en una ley de partidos como algunos proponen; obviamente, esto tiene que pasar por el Congreso de la Unión, pero repito, en el Congreso ya se han presentado varias iniciativas de ley de partidos políticos, aunque básicamente lo que han hecho algunos de los grupos que han presentado estas iniciativas es sacar todo lo que ya está en el Código Electoral, mandarlo como una nueva ley y, en dado caso, añadirle algunas cosas”.

“En el añadido es donde tendría que establecerse la discusión de detalle y también en algunas cuestiones que se regularon en las últimas reformas electorales y que al parecer no han resultado lo mejor, o no se han regulado, digamos, de una mejor manera, como podría ser el acceso de los partidos políticos a la radio y la televisión, que con la reforma de 2007 pasó a depender estrictamente de los tiempos del estado. Esa reforma prohibió que los partidos contraten tiempo en radio y televisión, pero el problema central es que el modelo tal como quedó es un modelo que genera miles y miles de spots durante el proceso electoral y ya lo vivimos en 2009 y en 2012, un tema sustancial debería ser ése.”

La gente no cree en los políticos

En cuanto al descrédito, la desvalorización y el que la gente se aleje hoy de los partidos políticos, el especialista en el sistema electoral en México y sistema de partidos en México asegura que, “si revisamos los análisis comparados nos vamos a dar cuenta de que ocurre algo parecido: en todo el mundo los partidos políticos están entre las instituciones de menor simpatía o de menor aceptación entre los ciudadanos, no solamente en México; ¿y a qué se debe esto?, en parte a lo que el ciudadano común y corriente, que no participa en política, ve mal al ciudadano que sólo se dedica a la política y que vive de la política”.

“Los ciudadanos en buena medida desconfían de los partidos, porque desconfían de los políticos profesionales, de los políticos que año tras año sabemos que están en la política, y de hecho el fenómeno del transfuguismo político, el hecho de que los políticos de un partido con la mayor tranquilidad del mundo se vayan a otro porque un partido no le dio la candidatura equis, un político se va a otro, ésa ha sido la historia de la relación entre el PRI y el PRD. El PRD es un partido que se ha nutrido de políticos priistas a los que el PRI no les dio la candidatura, también algunos se han ido al PAN, otros se han ido a Movimiento Ciudadano que, de hecho, es un partido de expriistas, pero la situación ahí es que el ciudadano común y corriente ubica a los políticos como unos vividores de la política, que cambian de bandera con la misma facilidad que los futbolistas pasan de un equipo a otro. Hay un verdadero draft de políticos, ésa es mi opinión, y es uno de los factores que más inciden en que los ciudadanos comunes y corrientes desconfíen de los políticos, pues sienten que son políticos poco confiables porque viven por entero de la política y, además, son muy pragmáticos; ése es en buena medida uno de los factores que hacen que en México, en particular, los ciudadanos tengan a los políticos y a los partidos políticos en muy baja estima”.

Sin embargo, “lo cierto es que los partidos políticos y los políticos profesionales son productos inevitables de las sociedades complejas contemporáneas, no hay otra forma mediante la cual los ciudadanos puedan participar en política de manera organizada más que en partidos políticos; claro, hay grupos que tienen otra idea, el subcomandante Marcos y los grupos anarquistas como los que provocaron los disturbios del 1 de diciembre, pero en las sociedades democráticas complejas los partidos políticos son hoy entes o formas de organización totalmente necesarias, totalmente inevitables y los políticos profesionales son un producto inevitable de eso”.

Que rindan cuentas

“La mayoría de los politólogos de los últimos 150 años se han rebanado los sesos en ese tema y, ni modo, han tenido que entender que los políticos profesionales llegaron para quedarse; en lo que debemos esforzarnos más bien, y nosotros como ciudadanos debemos presionar, es para que lo hagan de la manera más acorde a un sistema democrático, que los partidos sean organizaciones plurales, abiertas, que si se les va a dar financiamiento público deben rendir cuentas totalmente de en qué usan ese financiamiento público, cosa que en México todavía falla mucho; el Instituto Federal Electoral (IFE) ha mejorado mucho todo lo que es la fiscalización, pero los partidos políticos buscan muchas formas para evadir la fiscalización del instituto electoral. Esto lo sabe cualquiera que haya conocido la vida de los partidos por dentro, los políticos mismos saben que ellos tienen que estar haciendo trampas de vez en cuando para evadir la fiscalización del IFE; en ese sentido, lo que debemos hacer es pugnar por reglas que permitan que estos partidos, a los que los ciudadanos les damos dinero por la vía de las prerrogativas de ley, por lo menos rindan cuentas y usen verdaderamente el dinero en lo que deben usarlo.”

“El problema central es que en México apenas estamos empezando en ese terreno y obviamente como los partidos nos salen muy caros, esto es algo que explotan mucho los medios de comunicación; después de la reforma 2007-2008, la radio y la televisión quedaron muy dolidas con la reforma y con el IFE y a cada rato insisten en que las elecciones son muy caras y los partidos son muy caros, y esto es cierto, pero el punto es que los partidos no rinden cuentas plenamente de todo el dinero que reciben y además los ciudadanos no captan de inmediato cuál es el beneficio que reciben de esa actuación de los partidos; en fin, es un tema muy complejo, pero el hecho hoy es que los partidos políticos no son los personajes más simpáticos, las instituciones más simpáticas ante los ciudadanos, eso es cierto”.

Becerra Chávez señala que “podemos discutir esto mucho, los académicos lo hemos discutido mucho los últimos 20 años, pero el problema es que los que tienen en sus manos la reforma de estos temas y todas las reformas son los mismos partidos, por medio de sus diputados y sus senadores. Vimos cómo antes de 2010, por ejemplo, hubo un montón de iniciativas, incluso antes de la elección de 2006 hubo un montón de iniciativas, y los partidos solamente retoman aquéllas que les convienen, por supuesto no retoman las que no les convienen, cuándo van a aprobar los partidos disminuir el financiamiento público a los partidos, se antoja muy difícil, lamentablemente”.