Con guías vestidos de monjes, portando velas y acompañado de cantos gregorianos de fondo abre sus puertas durante la noche el ex convento de los Carmelitas Descalzos, en el desierto de los Leones.
El programa de los paseos nocturnos por el inmueble que data del año mil 600 aún es afinado por la Delegación Cuajimalpa, para que dichas actividades recreativas y culturales den inicio en las próximas semanas.
“Es una representación con monjes, que van a dar el recorrido en la noche van a recibir con velas a los visitantes, y darán una explicación de lo que era el convento como lo hacen ya los fines de semana, pero ahora será en la noche.
“Se va acompañar con música de cantos gregorianos, y a las personas que participan en esta representación adoptan el lenguaje de la época, será algo emotivo, diferente a lo que se ha estado haciendo en la Ciudad”, considero el jefe delegacional de Cuajimalpa, Adrián Rubalcava.
El convento fue construido por la Orden de los Carmelitas Descalzos, quienes arribaron a México cerca del año 1600, procedentes de Italia.
Esa orden albergaba tanto a monjes, quienes realizaban penitencias, que incluían la autoflagelación, el ayuno así como votos de silencio.
En 1828 una tercera parte del terreno del Desierto de los Leones fue concedido a los pueblos de Santa Rosa, San Bernabe, el cual adquirió el titulo de Parque Nacional el 15 de Noviembre de 1917.
Mientras que para 1981 se reconocieron los derechos de los comuneros de San Mateo Tlatengo sobre la mayor parte de ese espacio.
Todos los fines de semana se realizan visitas guiadas por el ex convento y en el Parque Nacional hay un circuito para ciclistas, ambas actividades se llevan a cabo durante el día.
Para las visitas nocturnas, la Delegación Cuajimalpa espera que se formen grupos de entre 50 y 70 personas quienes serán recibidos en el edifico sede de esa demarcación, para que las autoridades la trasladen a ese inmueble.
La delegación desplegará a 12 elementos de la policía Montada que recientemente comenzaron a operar en la delegación para resguardar a los paseantes.
