Entrevista José Alberto Villasana/Teólogo
Irma Ortiz
El nuevo papa Francisco se convertirá el 19 de marzo en jefe de la Iglesia católica de manera oficial. Su rostro sonriente y sus primeras palabras pronunciadas “fueron por mí hasta el fin del mundo” son ya conocidas en todo el orbe y lograron el aprecio inmediato de los fieles y también de muchos que no lo son.
Por primera vez en la historia de la Iglesia católica, es electo un miembro de la Compañía de Jesús, pero además latinoamericano; un papa argentino.
Jorge Mario Bergoglio, de 77 años, nacido en Buenos Aires, en un hogar de inmigrantes italianos de clase media, y que era considerado desde 2005 como papable, aunque en esa ocasión finalmente se impuso Joseph Ratzinger. Esta vez, en uno de los cónclaves considerados como de duración más corta, el jesuita fue electo.
Rechazo a matrimonios gay
Como buen argentino, no es ajeno a la pasión por el futbol y se le considera un ferviente seguidor del club de San Lorenzo Almagro —incluso tiene su carnet como socio—, pero también se le reconoce por su firme rechazo a los matrimonios gay, pues considera que los niños necesitan ser educados en una familia tradicional, con un padre y una madre.
Esta posición le valió serios enfrentamientos con la pareja Kirchner, además de sus ya continuos reclamos al gobierno en temas como la pobreza y el aborto; decía que “había un acostumbramiento” en la sociedad ante la miseria, la violencia y la pobreza. Tan fuertes fueron las andanadas del gobierno que Bergoglio incluso habló de “persecución” contra los católicos.
Esa algidez se recrudece en 2010, luego de encabezar una marcha contra los matrimonios del mismo sexo, ya que en el Parlamento se discutía una iniciativa para su reconocimiento.
Bergoglio incluso envió una carta a los sacerdotes para que destacaran en sus homilías el “bien inalterable del matrimonio y la familia”.
Este miércoles, la presidenta Cristina Fernández, luego de conocer su designación, le deseó suerte y le pidió que “en esta misión pastoral” lleve un mensaje a las grandes potencias para que dialoguen.
El exarzobispo de Buenos Aires —ingeniero químico de profesión— y quien se ordenara a los 33 años de edad, se le considera un jesuita austero, con una vida discreta y de bajo perfil, y a quien era común verlo en transporte público por Buenos Aires, según lo señala su biógrafo personal, Sergio Rubín.
Bergoglio también es autor de textos como Meditaciones para religiosos (1982), Reflexiones sobre la vida apostólica (1986) y Reflexiones de esperanza (1992).
Leyenda negra
Sin embargo, también circula una leyenda negra de la actuación del excardenal frente la dictadura argentina. Bergoglio recibió acusaciones de haber colaborado con el gobierno de facto de 1976 a 1983, con motivo del secuestro y tortura, a manos de la Escuela Superior de la Armada, de los curas obreros Francisco Jalics y Orlando Dorio, a quienes habría dejado sin protección. Los sacerdotes sobrevivieron, fueron liberados y se exiliaron.
Al investigarse el secuestro, el cardenal rechazó que los hubiera dejado sin apoyo. Reconoció, sin embargo, que se había reunido con el dictador Jorge Videla y su mano derecha, Emilio Massera, para reclamar la integridad de los curas.
Incluso el Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel ha señalado que su compatriota Jorge Bergoglio no tenía ningún vínculo con la dictadura.
Relación con Benedicto XVI
Luego de su designación, el pasado 13 de marzo, el papa Francisco llamó a Benedicto XVI y le dijo que lo visitaría pronto, un papa que antes de renunciar designaría al entonces cardenal Bergoglio como miembro de la Pontificia Comisión para América Latina.
Desde el pasado 28 de febrero, Benedicto XVI se encuentra en Castel Gandolfo para posteriormente trasladarse al Vaticano, al convento de encierro Mater Ecclesiae, situado en los jardines de la sede del papado.
El hecho de contar con dos papas, uno en funciones y otro retirado planteará nuevas situaciones a la Iglesia. En opinión de especialistas, cuando el papa Francisco nombre a sus hombres de confianza se podrá ver si hay algún tipo de influencia de Benedicto XVI en su sucesor.
Sobre el tema, Siempre! entrevistó, días antes de que se diera la elección del nuevo sumo pontífice, al teólogo José Alberto Villasana, quien se refirió al hecho de tener dos papas y también nos dio su visión de la renuncia de Benedicto XVI, entrevista completa que se publica en la página de siempre.com.mx
¿De qué manera puede influir un papa emérito en la elección del nuevo pontífice?
Influye, aunque esté de vacaciones, simplemente con todo lo que ha escrito, que va a ir fructificando poco a poco y que no son cosas visibles. Los candados para frenar la pederastia en los seminarios no son cosas que se comentan tanto en la prensa, pero el papa emérito dio un golpe magistral a nivel teológico, en sus libros durante la entrevista que concede al autor del libro La luz del mundo y todos los otros libros de la vida de Jesús.
Entra de lleno a un tema muy polémico que la teología liberal ya había prácticamente dado por descontado, que es la que predomina en las universidades y es la que crea un divorcio entre el Cristo histórico y el Cristo de la fe.
Ratzinger les da de palos a estos teólogos, derriba toda esa teología modernista y reafirma que el Cristo histórico es el mismo de la fe, con lo cual se plantea una posición que va a tener consecuencias en el campo teológico muy fuerte, y la segunda, es el hecho de que al haber renunciado todo lo que se fue haciendo después, que el mismo decidió con consultas internas, primero, que va a seguir viviendo dentro de el Vaticano; segundo, seguirá llamándose su santidad, será papa emérito llamándose Benedicto XVI y seguirá vistiéndose de blanco.
Todo esto hace que de alguna manera siga estando muy presente como figura; será emérito pero sigue siendo papa, contra otro que será papa en funciones.
Tenemos una situación que nunca se había dado en la historia de la Iglesia, que si bien hay ocho papas que han renunciado, todos ellos lo hacían y quedaban en el exilio, viviendo fuera de Roma.
No hay ningún caso en que el papa renunciante se quedara en el Vaticano y siguiera conservando su nombre, por eso resumo que esta famosa frase de me voy pero me quedo, que es la expresión de Juan Pablo II, en una de sus visitas a México, antes de irse, señala me voy pero me quedo.
Lo mismo podríamos decir de Benedicto XVI dicho a toda la Iglesia, me voy pero me quedo. Siento que Benedicto XVI va a estar más presente que nunca, sobre todo a partir de quien salga en este cónclave y a partir de cómo nuevamente se vuelvan a posicionar las fichas del ajedrez en la jerarquía.
Luego de la elección del nuevo pontífice, tendremos el tema del regreso de Benedicto XVI al Vaticano, cuestión inédita en la historia de la Iglesia, ahí va empezar un tema interesante, cómo van a convivir los dos pontífices.
Y la influencia que va a tener.
Sin duda la va a tener, que sea de su propia corriente o de una corriente adversa va a ser decisiva, estar a cuarenta metros de San Pedro, dentro del Vaticano. Es obvio que cardenales amigos van a estar yendo a consultarlo, podemos incluso imaginar que Peter Seewald, autor del libro La luz del mundo, en esa entrevista famosa, que quiera acercarse otra vez a Benedicto XVI para preguntarle cuál fue su experiencia, qué se siente ser un papa renunciante, y quizá el sumo pontífice lo aproveche para seguir mostrando cuál es su pensamiento. Será muy interesante ver cómo se maneja esa situación y lo vamos a estar viendo pronto.