Va por un segundo mandato presidencial en Chile

Bernardo González Solano

“Te voy a contar un cuento. Este era un rey que tenía un palacio de diamantes, una tienda hecha del día y un rebaño de elefantes…y la voz de Angela Jeria descendía hasta un susurro…-un quiosco de malaquita, un gran manto de tisú, y una gentil princesita, tan bonita, tan bonita como tú… La niñita se había dormido. La arropaba, volvía a contemplarla, gordita, rozagante y satisfecha, y esbozaba una sonrisa. Atrás había quedado la frágil criatura que nació con la vida colgando de un hilo un 29 de septiembre de 1951 en el Hospital de Carabineros de la calle Simón Bolívar, en Santiago (de Chile)”. Hace 62 años.

Así empieza la biografía de Michelle Bachelet Jeria, titulada Michelle, escrita por Elizabeth Subercaseux y Malú Sierra (Catalonia Ltda., Santiago de Chile, 2005).

Pues bien, esa “frágil criatura”, ya fue presidenta de la República de Chile de 2006 a 2010, después de una competida carrera política donde llegó a ocupar el ministerio de Salud, primero, y después el de la Defensa, aparte de graduarse como médica pediatra. Después de casarse, se divorció y se quedó con tres hijos.

Michelle y su familia fueron víctimas directas —en la cárcel y torturada— de la dictadura del generalote Augusto Pinochet, el traidor del gobierno de Salvador Allende. Hija del general Alberto Bachelet, acusado de traición a la patria, torturado por los militares sublevados y asesinado en la cárcel.

Cuando terminó su periodo presidencial, salió de su patria para ocupar el puesto de directora ejecutiva de ONU Mujeres, en Nueva York, asumiéndolo en el mes de septiembre de 2010. ONU Mujeres es un organismo fundado ese mismo año para apoyar la igualdad de género y del que la chilena fue su primera directora ejecutiva.

“Vuelvo a mi país”

Ahora, el viernes 15 de marzo, renunció a tan importante cargo por “motivos personales” y, de acuerdo a su parca forma de ser, con solo cuatro palabras removió el espectro político chileno. En inglés, dijo: “Vuelvo a mi país”.

Ahí fue la de Dios es Cristo. Sin hacer campaña, la expresidenta cuenta con una intención de voto del 54%, de acuerdo con la última encuesta del Centro de Estudios Públicos. Este apoyo es calificado por los especialistas como un fenómeno, ya que durante tres años ha mantenido absoluto mutismo sobre temas chilenos; la prensa de su país no pudo romper el cerco y siempre se negó a confirmar cualquier intención de volver a competir por la presidencia. En política, se sabe, nada es para siempre, pero que Bachelet haya abandonado su puesto internacional en la ONU no fue para ir a cuidar nietos por más que los adore, así como a sus tres hijos.

“Gracias”, le dijo Ban Ki Moon

Finalizaba el 15 de marzo la 57 Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer, en la sede del organismo mundial, en la calle 42 de Manhattan, cuando Bachelet, quien daba cuenta del resultado del informe tras quince días de sesiones, se brincó el protocolo: “Ahora una nota personal. Esta es mi última Comisión para el Estatus de la Mujer, vuelvo a mi país”, adelantó la expresidenta chilena.

Ban Ki Moon, secretario general de la ONU, manifestó, en un comunicado de prensa, su gratitud por sus servicios. Quizá el mejor que haya enviado el mediocre funcionario de Naciones Unidas: “Ella fue la persona correcta en el trabajo correcto y en el momento correcto. Su liderazgo visionario dio a ONU Mujeres el comienzo dinámico que necesitaba… Agradezco a Bachelet por sus contribuciones y le deseo mucho éxito mientras ella se embarca en el siguiente capitulo de su extraordinaria vida”.

El regreso de Bachelet a Chile se asume, tanto en la oposición como en el oficialismo, como el primer paso concreto para asumir una candidatura de frente a las elecciones presidenciales del próximo mes de noviembre. La asunción a la presidencia, en el histórico palacio de La Moneda  —donde Salvador Allende defendió hasta lo último su cargo obtenido en comicios legales— será hasta el 10 de marzo de 2014.

Es posible que cuando aparezca este reportaje, Bachelet ya se encuentre en su país, aunque en su anuncio de salir de la ONU no mencionó una fecha precisa. Tuvieron que pasar 83 días para que la pediatra oficializara su retorno a Chile. El 21 de diciembre de 2012, durante una visita familiar en Santiago, con motivo del fin de año, señaló sobre su eventual candidatura: “Hay que bajar la angustia, hablemos en marzo”. Y marzo llegó y hoy se terminó.

Candidatura ciudadana

En este sentido, el presidente del Partido por la Democracia, Jaime Quintana, y su par del Partido Socialista, Osvaldo Andrade, adelantaron que Bachelet sería proclamada candidata a las primarias presidenciales de la oposición el próximo sábado 13 de abril.

Mientras tanto, la expresidenta viajaría con su madre, Angela Jeria, a Washington, donde el domingo 24 de marzo se casaría un pariente. Al llegar a Chile, casi al fin de mes, el plan trazado incluye evitar confrontar a sus eventuales adversarios, reuniones con dirigentes políticos y sociales, así como una gira nacional. Para el 1 de abril, Bachelet contaría con un centro de operaciones de campaña en la comuna de Providencia coordinada por la Fundación Dialoga. El propósito es que la candidatura de Bachelet sea lo más ciudadana posible.

Osvaldo Andrade declaró que habría primarias de la oposición “sí o sí” y aseguró que Bachelet “es la esperanza de mucha gente en este país, y enfrentará todos los debates que sean necesarios”, y aclaró que la derecha oficialista “está asustada” por la adhesión popular que ella tiene. “Están asustados, la derecha está aterrada con el retorno de Bachelet porque entienden, saben y constatan como lo hace el resto de las personas en este país, que ella goza de un prestigio, una adhesión ciudadana y de una connotación en la sociedad que es inmensa. Bachelet se ha transformado en una figura mundial y eso enorgullece a los chilenos”.

Las primarias de la oposición tendrán lugar el domingo 30 de junio en las que Bachelet se enfrentará con el abanderado democristiano, Claudio Orrego (1%); el presidente del Partido Radical, José Antonio Gómez (1%), y su antiguo hombre de confianza y ministro de Hacienda de su gobierno, el economista Antonio Velasco (2%). La votación, sin embargo, no prevé ningún riesgo para la expresidenta socialista.

Aunque es cierto que Chile ha sufrido cambios desde que salió del poder en 2010, el fantasma de Bachelet ha tomado cuerpo en el país pues sorprendentemente, aun sin hacer campaña, sigue a la cabeza de las encuestas para un nuevo periodo en La Moneda. Así, mientras más cae el gobierno, más sube su opción, sobre todo ahora que ya anunció su regreso a casa.

Elecciones municipales, un termómetro

Además, el domingo 17, durante las elecciones municipales —consideradas la antesala de los comicios presidenciales—, hubo varias sorpresas. Una de ellas ocurrió en la emblemática comuna de clase media de Santiago: Ñuñoa. Ahí, la nieta de Salvador Allende, Maya Fernández, derrotó a Pedro Sabta, hombre cercano al pinochetismo y que gobernaba hace dieciséis años. Hija de Beatriz Tati Allende, la hija más política del expresidente, recibió el llamado telefónico de Bachelet desde Nueva York para felicitarla por el triunfo, al igual que lo hizo con las alcaldesas electas Josefa Errázuriz (Providencia, que derrotó al exmilitar Cristián Labbé) y Carolina Tohá (Santiago, que derrotó a Pablo Zalaquett).

“Me llamó la expresidenta Bachelet. Me felicitó. Siguió con mucha atención nuestra campaña y yo también fui súper honesta: «Presidenta, la forma de hacer política cambió»”, señaló Errázuriz.

Detalló que durante el diálogo le planteó a Bachelet que “Providencia ha dado un ejemplo” de cómo conjugar virtuosamente el rol de la sociedad civil con los partidos políticos. Mientras que Carolina Tohá (cuyos padre José Tohá González, periodista y polìtico, exministro de Allende, fue asesinado a principio del régimen pinochetista) señaló que “fue el primer llamado que recibí”.

 

Caída de la derecha

Lo cierto es que la caída de la derecha en Chile comenzó el año pasado con las movilizaciones sociales, principalmente de los estudiantes, que pusieron en jaque al gobierno de Sebastián Piñera y su alcaldes afines. Dicen algunos analistas que más que decepción por haber votado por Piñera para presidente, hay arrepentimiento. La derecha sabe que no la tiene fácil para los comicios de noviembre.

Y, por primera vez desde el retorno a la democracia en Chile, el Partido Comunista podría regresar a La Moneda de la mano de Bachelet. Su pensamiento acerca de porqué quería ser presidenta en 2006, continúa siendo válido: “Chile somos todos. Es algo muy profundo relacionado con la diversidad… Ser todos también tiene que ver con la convicción democrática de que la diversidad nos enriquece. No hay que cerrar las puertas sino abrirlas”.

En menos de quince días, Bachelet cruzará de nueva cuenta el Rubicón.