Entrevista a Cecilia Romero/Secretaria general del PAN
Moisés Castillo
El PAN sigue perdido en un laberinto. La firma del Pacto por México y la sorpresiva detención de Elba Esther Gordillo agudizaron la crisis interna del partido que llevó a Vicente Fox y a Felipe Calderón a la Presidencia de la República. Contradicciones, severas críticas de panistas distinguidos contra la dirigencia, caída de militantes y un enfrentamiento real entre maderistas y calderonistas es la realidad del blanquiazul fundado por Manuel Gómez Morín.
Luisa María Calderón, hermana del expresidente Calderón, aseguró que el gobierno de Enrique Peña Nieto violó la ley al capturar a Elba Esther Gordillo.
“En el PAN hemos cuidado siempre que las leyes se apliquen y hubo violación del secreto bancario y ésa también es una violación al Estado de derecho; yo creo que si el PRI quería mandar un mensaje de estense quietos y nadie me desobedezca, debía de hacerlo de otra manera”, declaró al diario La Razón.
En tanto, el presidente nacional del PAN, Gustavo Madero, reconoció que los gobiernos panistas fallaron en el combate a la impunidad.
“En nuestros gobiernos les fallamos a los ciudadanos porque la expectativa en este tema no la pudimos satisfacer. En el tema de combatir la corrupción y la impunidad sindical el PAN se quedó corto. Por eso creo que se cubre de gloria el presidente de la república con este golpe que le da a la villana favorita Elba Esther Gordillo.”
Las voces críticas aparecieron en la figura del senador Javier Lozano, exsecretario del Trabajo. Afirmó que esa honestidad de Madero debilita el ánimo del panismo.
“Lo que tenemos que hacer es defender nuestros gobiernos, defender lo que hicimos, defender nuestras causas y ser competitivos para los próximos procesos electorales, y no andar diciendo que le quedamos a deber a la sociedad… no que salgan a aplaudir al gobierno que nos ganó y nos mandó al tercer lugar en las elecciones, y no dan un solo reconocimiento a nuestros propios gobiernos.”
Hay que recordar que la administración foxista le abrió las puertas a la exlideresa del SNTE. Ya en 1994 había conocido al exgobernador de Guanajuato en las reuniones del llamado Grupo San Ángel. El poder de la Maestra era tal que, en 2009, convirtió al extitular de la SEP Reyes Tamez como diputado de Nueva Alianza. Además de colocar a sus incondicionales en puestos de primer nivel en el gobierno foxista como Benjamín González Roaro en el ISSSTE; Tomás Ruiz González en Banobras y Lotería Nacional.
En la adelantada carrera presidencial, Elba Esther entró en el círculo de Felipe Calderón en el 2003, vía Germán Martínez Cáceres y Miguel Ángel Yunes. Apoyó al panista para derrotar a Santiago Creel, el favorito de Fox, en el proceso interno. En octubre de 2005, el exsecretario de Energía reconoció que buscaría aliarse con el magisterio de Gordillo.
“Por más que se satanice, pues nada más son un millón 200 mil maestros, y además son líderes en las comunidades. No es falta de escrúpulos, es hacer política como se hace en todo el mundo.”
Lo demás es historia. Calderón ya en Los Pinos tuvo que pagar facturas: Miguel Ángel Yunes fue nombrado director del ISSSTE; Francisco Yáñez, director de la Lotería Nacional; Roberto Campa Cifrián, secretario ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, y el yerno Fernando González Sánchez, subsecretario de Educación Básica de la SEP.
Ante este escenario complicado, el senador Javier Corral lamentó que en los dos sexenios panistas se mantuviera vigente el viejo sindicalismo.
“Advertimos que esas alianzas no nos prestigiaban y que lo único que estábamos haciendo era reempoderarla, relanzarla y reoxigenarla. Nos falló en muchos sentidos el desmantelamiento del sistema corporativo, del sistema en su faceta de corporativismo sindical.”
Alianza sustentada
Para Cecilia Romero, secretaria general del PAN, no fue un error aliarse con Elba Esther, ya que se sustentó.
“Cada cosa se hace en su momento. Me parece que los eventos se fueron dando en esos años y se justificaron. Ciertamente junto con los grandes avances de fondo desde el punto de vista de leyes, política pública, transparencia, rendición de cuentas, amplitud de la democracia real que se dio en estos 12 años, de una lucha frontal contra de la delincuencia, hubo cosas en que no avanzamos lo suficiente. Entre otras cosas, el combate a esos poderes fácticos.”
Sin duda, la detención de Elba Esther Gordillo sobresale en estos 100 días del gobierno de Enrique Peña Nieto, pero, ¿cómo interpreta esta defensa de la hermana de Calderón a la Maestra?
En el PAN somos un partido democrático y, por lo tanto, se puede disentir de las posiciones que tiene la dirigencia nacional del partido. Como dirigencia del PAN hemos dicho que esperamos que el gobierno federal respete el debido proceso, que se resguarden las garantías de cualquier persona que es sentenciada, procesada o puesta a disposición del Ministerio Público.
Por otro lado, esperamos que el gobierno federal actúe con la fuerza y determinación con la que actuó con otros especímenes verdaderamente representativos de esta parte del sindicalismo mexicano, del sindicalismo charro, que se ha manejado como un poder fáctico, que es una expresión muy de moda. Ésta es la posición formal de la dirigencia del PAN.
¿El PAN está dividido?
En el PAN estamos acostumbrados a discutir, disentir, proponer, debatir, a poner en blanco y negro nuestros puntos de vista con apasionamiento y determinación, con ganas de convencer al otro. Una vez que esto sucede, se toman las votaciones, se decide lo que es mejor para el partido y para México. Hay puntos de vista distintos, hay opiniones encontradas con respecto a muchos temas, pero al final el punto que nos une es el partido, la reforma profunda del partido. Hay otros partidos que no son democráticos, que tienen asambleas que duran una hora y todo mundo aplaude.
¿Cómo define el momento político del PAN? ¿Hay una crisis interna?
En este momento estamos en un nuevo ciclo. El primer ciclo lo podemos definir desde que fue fundado en 1939 hasta 1989, que fuimos predominantemente oposición. De 1989 al 2000 sería un segundo ciclo, en el que nos empezaron a reconocer triunfos a nivel estatal y terminaría con la llegada al poder presidencial. Y hoy estamos iniciando este cuarto ciclo en el que el presidente Gustavo Madero ha bautizado como “el ciclo de la fuerza democrática”. Ya no volveremos a ser el partido de oposición que fuimos antes de empezar a ganar comicios, pero sí somos un partido que como fuerza democrática influye en la vida del país y trabaja para recuperar el poder a nivel federal.
Somos congruentes
A raíz de la firma del Pacto por México, ¿el PAN ha sido autocomplaciente?
Todas las voces en el PAN son respetables. Hay la convicción muy clara por parte de la dirigencia del partido que lo primero que tenemos que hacer es buscar el bien de este país. Las acciones, iniciativas y procesos que estamos viviendo, que el PRI de manera mezquina escatimó cuando era oposición, el PAN es congruente al impulsar el Pacto porque hay un porcentaje altísimo de propuestas originarias de Acción Nacional. Estamos actuando por el bien de México e impulsando estos proyectos. Ésta es la convicción con la que partimos, a pesar de que tengamos críticas internas respetables.
Cien días no califican a un gobierno
¿El PAN está cogobernando con Enrique Peña Nieto?
No podríamos hablar de eso. Somos una fuerza democrática, de ahí la expresión de este cuarto ciclo en el partido; incidimos de manera propositiva y responsable en el ejercicio del poder. Nosotros tenemos posiciones muy importantes en el Congreso, donde por cierto llegan la mayoría de los temas del Pacto. Entonces el Poder Legislativo es gobierno, y desde ahí también gobernamos. No estamos subsumiendo nuestra fuerza e influencia al poder presidencial, estamos ejerciéndola de manera responsable desde el Legislativo, desde la fuerza democrática del PAN, desde las gubernaturas, presidencias municipales y diputaciones locales.
¿Coincide con algunos analistas en que estos 100 días de la administración priista hay una especie de triunfalismo? ¿Cuál es su evaluación?
Esto nos demuestra que ese “nuevo PRI” es el PRI de siempre, ese triunfalismo, esas loas, esa expresión de que todo se ha hecho bien en estos 100 días contrasta con lo que se está viendo a nivel estatal. El tema de la inseguridad, lo que ha pasado es que dejaron de hablar de ella, pero si vamos a cualquier barrio de la capital o de la república encontramos que la seguridad no ha mejorado. Acciones que se habían dicho que iban a suspenderse, pues ahí sigue el Ejército en las calles. Creo que 100 días no califican a un gobierno, ha habido cosas favorables, el propio Pacto ha sido bueno, pero sí se notan las fanfarrias al más viejo estilo priista.
¿Qué le gustaría que cambiara en el PAN?
Estoy trabajando junto con el presidente Madero y con muchos panistas para que estemos más en las calles y menos en las oficinas, realizando más trabajo comunitario-social y menos grilla y actitudes negativas en el interior del PAN que no ayudan a cumplir con el objetivo de ser un instrumento real para resolver los problemas de la ciudadanía.


