Entrevista a Eric L. Olson y Emilio Viano/Académicos de Washington
Antonio Cerda Ardura
Sean parte o no de una conspiración terrorista interna o externa, el atentado del lunes 15 de abril en Boston; las cartas envenenadas enviadas al presidente Barack Obama, a un senador, y a otros funcionarios, y la explosión, el miércoles, en Waco, Texas, de una fábrica de fertilizantes, que dejaron en conjunto, según se estimaba al cierre de esta edición, unas 30 personas muertas y cientos de heridos, han provocado en los Estados Unidos una psicosis similar a la que se generó tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 contra Nueva York y Washington.
En entrevista con Siempre!, los expertos internacionales en seguridad, asentados en Washington, D.C., Eric L. Olson, director asociado del Programa Latinoamericano del Centro Internacional Woodrow Wilson para Académicos, y Emilio Viano, profesor del Departamento de Justicia, Derecho y Sociedad de la Escuela de Asuntos Públicos de la American University, reflexionan sobre estos hechos y coinciden en que la catástrofe de Boston y el resto de los sucesos violentos acaecidos en la Unión Americana representan un golpe emocional para ese país.
Conmoción
¿Qué significa para Estados Unidos esta nueva serie de atentados?
Olson: Es una situación bastante complicada. El atentado al término del maratón de Boston todavía no se ha clarificado y hay muchas dudas sobre quién pudo estar detrás. El presidente Obama dijo que era un acto terrorista, pero señaló que todavía no se sabía si era internacional o algo doméstico. Hemos sufrido atentados de ambos tipos. Este es uno que ha impacto y conmocionado a toda la nación. El martes y la mañana del miércoles hubo informes de otros eventos, que quizás también podrían ser terroristas, ya que se enviaron a varias personas cartas o sobres, por correo, que contenían un tóxico. El primer blanco fue el senador Roger Wicker, de Misisipí. Y después se confirmó que otro sobre sospechoso había sido enviado al presidente Obama, el cual contenía un tóxico, y que otros paquetes, igual sospechosos, aparecieron en el Senado. Son sucesos bastante preocupantes. Nadie, por supuesto, dice que un caso tiene qué ver con el otro. Supongo que podría ser posible, pero la verdad es que hay confusión y ansiedad para entender específicamente qué pasó en Boston y ahora, con estos actos de amenaza de posible terrorismo, todos estamos a la expectativa.
Viano: Sin duda, siempre hay un potencial para el terrorismo en cualquier país, pero, a veces, hay un incremento de episodios de terrorismo por lo que nosotros llamamos Copycat, es decir, que alguien hace algo contra el gobierno, la sociedad, las instituciones o grupos raciales, y otros los imitan. Estados Unidos es un país muy dividido políticamente, los dos partidos están prácticamente empatados y con frecuencia hay parálisis en el Congreso federal. Hay también profundas divisiones en la visión sobre la responsabilidad social y respecto al rol del gobierno en la vida del ciudadano. Por eso no nos sorprende que haya a veces este tipo de eventos, como el de Boston, que pueden coincidir con otros, como el del envió de las cartas con ricino, que es un veneno muy poderoso, y otros atentados en otras partes de Estados Unidos, y crear la impresión de que hay todo un movimiento de terrorismo en el país.
Después de que Estados Unidos declaró la guerra al terrorismo, la imagen que está proyectando ahora es de una gran vulnerabilidad.
Olson: No hay ningún país en el mundo que pueda proteger a todos. Es infinito el número de blancos para el terrorismo. Si uno protege los edificios federales, por ejemplo, entonces atacan un edificio público. Pensar que México, o Estados Unidos, o cualquier nación lo pueden proteger todo, sería por vivir en un estado de alta seguridad que los ciudadanos tampoco aceptarían. Uno tiene que aceptar que siempre va a haber riesgos. Sin embargo, nosotros esperamos que nuestras autoridades sean capaces de investigar y saber dónde está el mayor riesgo o la mayor vulnerabilidad, pero pensar que en el ciento por ciento de los casos se puede evitar un atentado y, otra vez, subrayo, no importa en qué país se esté, creo que es ilógico. Sabemos que en Estados Unidos hay muchas pasiones; a veces fuertes críticas, en ocasiones merecidas y otras no tanto, pero siempre existe el peligro de un ataque y el pueblo estadounidense lo entiende y espera de sus autoridades el mejor esfuerzo para evitarlo. No obstante, tener certeza de que no va a haber violencia ni atentados, es imposible.
Este tipo de artefactos que se utilizaron en Boston, claramente señalan que la finalidad era ocasionar terror, escándalo, un shock.
Olson: Creo que sí se logró. El pueblo quedó conmocionado y se han causado grandes preocupaciones. Por otro lado, me parece que lo que surge de toda la sociedad estadounidense es una gran solidaridad con los ciudadanos de Boston. Algo que quizás en México no se conoce, es que hay una gran rivalidad deportiva en muchas áreas entre Nueva York y Boston, como grandes ciudades de Estados Unidos. Pero en este caso, varias autoridades y figuras públicas de Nueva York han dicho que ponemos de lado nuestra rivalidad entre hermanos para solidarizarnos con el pueblo de Boston. Es cierto, sí se crea cierto pánico, incertidumbre y conmoción, pero también la reacción del pueblo estadounidense es: “No nos vamos a dejar. Nos vamos a solidarizar entre todos y a hacer todo lo posible para combatir el terrorismo”.
Viano: Aún no sabemos si es un hecho de terrorismo doméstico o internacional. Podría ser internacional. ¿Por qué? Por el tipo de bomba que se ha utilizado. Se está hablando de ollas bajo presión y con contenido metálico, de metralla, y con otras cosas, como clavos, que pueden infringir daño a las personas impactadas por la explosión. Estas bombas fueron popularizadas por Al-Qaeda en Yemen, en la Península de Arabia Saudita. Ahí había un clérigo de origen americano, Anuar al Awlaki (N. del A.: Washington lo consideraba como un posible sucesor de Osama Bin Laden y un estratega de las operaciones armadas de Al Qaeda. Se cree que estuvo implicado en la muerte de 13 soldados estadounidenses en Fort Hood, Texas; en el intento de dinamitar un avión comercial que se dirigía a Detroit, en la Navidad de 2009, y en un ataque explosivo en Times Square.), quien fue eventualmente eliminado por los Estados Unidos (el 30 de septiembre de 2011), con misiles lanzados por aviones sin tripulación. Junto a él, murió otro norteamericano que se hacía llamar Samir Khan. Ambos publicaron un artículo en una revista de Al Qaeda (Inspire), en inglés, en la que enseñaban el funcionamiento de ese tipo de explosivos. Ahí señalaban: “Usted los puede hacer en la cocina de su mamá”. Esto podría ser una conexión con Al Qaeda o, mínimo, con las publicaciones de Al Qaeda, porque hubo ya otras tentativas para utilizar este tipo de bombas, que, por suerte, fueron desactivadas. Igual podría tratarse de un tipo de terrorismo doméstico. ¡Puede ser todo! Bien podría ser gente que está enojada con todas las tentativas de limitar la compra y la portación de armas en los Estados Unidos; o alguien que condena el progreso de los homosexuales para casarse legalmente, un movimiento que se está extendiendo bastante en la Unión Americana; o una persona que tiene rencor contra la organización del maratón, que, igual, quería causar daños, y hasta ser alguno que participe con la visión de los derechos de los estados contra el gobierno federal.
Como experto en seguridad internacional, ¿ve un patrón en los hechos de esta semana?
Olson: Es muy temprano para decirlo y ligar esto, que es un evento, con el 11 de Septiembre o con lo que pasó en Oklahoma. No sería muy creíble. Lo que sí creo es que hay malestar, que quizás no es decir mucho. Siempre hay malestar en los pueblos, a nivel internacional. Sin embargo, me parece que hasta saber quién está detrás de los atentados en Boston, sería muy difícil tratar de conectar todos estos eventos. Tal vez no se puede afirmar que hay un patrón, pero sí es una tragedia de gran magnitud para Boston y para los Estados Unidos.
Viano: Es muy difícil vaticinar cuál podría ser la motivación de la persona que hizo esto. Sin embargo, el denominador común fue aterrorizar a Boston y prácticamente a todo el país, con un acto totalmente inesperado, que hizo bastante daño. Además de los muertos y los heridos, hay cierto número de gente con brazos o piernas amputados, lo cual es muy triste. La conmoción no fue solamente en los Estados Unidos, sino también internacionalmente, porque 96 naciones estaban representadas en el maratón. Hubo por ello una preocupación en el extranjero, ya que uno de los muertos era una joven mujer china, por ejemplo. El factor común es el terrorismo, pero la motivación es difícil de deducir en este momento.
Esto que menciona de que se trataba de un evento internacional, parece ser clave. Es como atentar contra la ONU.
Viano: Si, claro. Esto también, en mi opinión, podría indicar un aspecto internacional. El hecho de que la bomba fue construida según las indicaciones de Al Qaeda en Yemen, por esta publicación de Anuar al Awlaki, y de que había 96 naciones representadas, impactaría a todo el mundo y causaría una conmoción y una tensión universal. No es solamente algo para los Estados Unidos, sino que repercutió internacionalmente.
Cuando se habla de malestar, ¿significa que hay descontento social contra el gobierno?
Olson: Mire, siempre hay sectores de una población molestas contra un gobierno. Los hay en México y sabemos que hay gente en Estados Unidos que no sólo discrepa con el gobierno, sino que es antigobierno. Yo quiero subrayar que no estoy diciendo que los autores de esta tragedia en Boston sean domésticos. Bien pueden ser internacionales, pero todavía no hay datos. En todo caso, hay gente dentro y fuera del país que no sólo son críticos, sino que llegan a un odio extremo y quieren tomar acciones de este tipo, con las que resulta muerta o herida gente totalmente inocente. Eso es un extremo criminal y totalmente inaceptable.
Finalmente es terrorismo, ya sea interno o externo.
Olson: No hay duda. Lo dijo el presidente muy claramente: “Este fue un acto de terrorismo”. Lo que no sabemos es si es interno, al estilo de Oklahoma, o promovido desde el exterior. No hay claridad y creo que es sumamente importante resguardar esa conclusión hasta tener más información fehaciente.
Entre amenazas
¿Qué tanto desestabiliza esto a los Estados Unidos?
Viano: Creo que desestabiliza desde el punto de vista emocional. Para decirlo claramente, está de vuelta la histeria que preocupó a Estados Unidos después del 11 de septiembre de 2001. Los norteamericanos estamos viviendo días un poco difíciles: siempre está la amenaza de Corea del Norte, que habla de enviar misiles a California, o a una ciudad en Colorado, aunque al final resulta que no conocen su ubicación, y después permanecen latentes los conflictos en el Oriente Medio. También están el temor de Al Qaeda, o de otro terrorismo, y las amenazas de otras naciones, como Irán. Hemos visto conflictos políticos internos durante la última elección presidencial, de los diputados y senadores, y también las matanzas que han entristecido al país, desde la de la preparatoria Columbine, en 1999, hasta a la ultima en Newtown, Connecticut (diciembre de 2012), en donde 26 personas murieron, y la mayoría fueron niños de la escuela elemental. Está igual el episodio en la Universidad Politécnica de Virginia, en 2007, cuando muchos estudiantes, también sobre los veinte años, murieron. Estos eventos, con el impacto mediático de hoy, crean una impresión muy profunda en la gente, porque antes no se utilizaba las mismas armas automáticas, sino armas blancas que herían, pero no mataban. Sin embargo, hoy en día, además del hecho de que hay armas que pueden causar un enorme daño, hay también medios de comunicación que transmiten de manera instantánea lo que está pasando, a veces en vivo. Esto crea un impacto emocional, psicológico, y una impresión negativa mucho más grave. Nos desestabiliza también desde el punto de vista de la lucha contra el terrorismo, porque siembra la duda de que no estamos haciendo lo suficiente, o lo correcto, o que el gobierno no está aplicando la inversión que debería para defender al país. Por eso es que hemos visto al presidente Obama intervenir de inmediato y el despliegue de las fuerzas policiales federales, prácticamente tomando el control de la investigación. Claramente esto afecta la imagen del país en la percepción de seguridad o inseguridad, y también el standing del presidente frente a la población, porque siempre hay una crítica de los republicanos a Barack Obama, con fines políticos, en el sentido de que no es lo suficientemente firme en la lucha contra el terrorismo, por lo que pasó en Bengasi, Libia. Esa crítica naturalmente continúa. Puede también impactar a veces al sector financiero, porque se crea cierto malestar o un temor a vivir o invertir en los Estados Unidos. Igual se golpea al turismo, que como sabemos, es una fuente muy grande de ingresos para cualquier país. Otra repercusión que se podrían esperar es un aumento en las medidas de seguridad y en los poderes policiales, una intrusión del gobierno en la vida privada de los ciudadanos, y una disminución adicional de las libertades civiles y derechos humanos en el país. En esta burbuja de sospecha, todos esos llamados que se hacen en cualquier ciudad, particularmente en Nueva York, Washington, San Francisco y Los Angeles, de que los ciudadanos adviertan inmediatamente a la policía si ven algo sospechoso, divide a la población. La divide según líneas raciales, étnicas y de color, como se vio en Boston, cuando parecía que un joven de origen saudita estaba tratando de alejarse del área donde estalló la bomba. El hecho de que él estaba corriendo y mostraba un fenotipo del Oriente Medio, con toda esa gente tratando de capturarlo y de consignarlo a la policía, y de que eventualmente fue liberado y no quedó bajo arresto, indica que hay estereotipos funcionando que pueden causar violaciones de derechos humanos, o conducir a matanzas, o a heridas, o a maltratos de cierta gente. Eso no es positivo para un país que ha luchado mucho para eliminar el racismo y las divisiones según líneas étnicas. Puede impactar también la discusión que se está haciendo sobre inmigración, porque ya hay algunos, entre ellos un congresista, que dijeron, no se sabe por qué, que el autor era alguien que había entrado al país con visado de estudiante y que había aprovechado esa acreditación para perpetrar estos hechos. Esto fue desmentido, criticado y condenado, pero nos indica que podría haber también consecuencias sobre la Ley de Inmigración que se está discutiendo en el Congreso. Y nuevamente siempre hay los halcones que hablan de tomar posiciones muy estrictas, severas y belicosas contra cualquier país que manifieste tal vez una enemistad o un desacuerdo con Estados Unidos, ya sean Corea del Norte, Irán, o ciertos países de América Latina que se “rebelaron”, digamos, a la hegemonía norteamericana. Y también hay halcones que aprovechan estas explosiones para decir que los Estados Unidos tienen que ser, con su poder, el país fuerte que se defiende, que anticipa la posibilidad de ser atacados y que no tolera a los díscolos o que no obedecen o no siguen su línea política.


