Entrevista a Edgar González Ruiz/Especialista en la derecha política
Antonio Cerda Ardura
El PAN es la organización política que menos autoridad moral tendría para sustentar acusaciones del manejo electorero de programas sociales, afirma a Siempre! el investigador y periodista, especializado en la derecha política en México y América Latina, Edgar González Ruiz.
El también maestro en Filosofía dice que durante los sexenios de Vicente Fox y Felipe Calderón afloró el uso demagógico y electorero de esos programas y se dieron infinidad de denuncias sobre el mal manejo de los recursos públicos por parte de políticos y funcionarios del PAN.
No logra el cese de Robles
Y es que, secundado por el PRD, y en lugar de buscar las mejores metas para el país, el PAN ha asumido su papel de mal perdedor y, como en los tiempos de los grandes montajes mediáticos de Felipe Calderón, intenta ahora golpear el programa social del actual gobierno, señalando su supuesto uso electorero con miras a facilitar el triunfo del PRI en los comicios locales del próximo 7 de julio en 14 estados.
El PAN no ha podido lograr la renuncia de la titular de la Sedesol, Rosario Robles, de quien observa que es responsable del mal uso que se haga de los programas sociales, ni convencer de la limpieza de la denuncia penal que interpuso, el 17 de abril, ante la Procuraduría General de la República, contra 57 funcionarios federales, estatales y municipales, y el gobernador de Veracruz, Javier Duarte, a quienes acusa, con videograbaciones supuestamente levantadas por un priista y validadas por un perito, del presunto uso de recursos públicos con fines electorales.
Al presidente del PAN, Gustavo Madero, le salió el tiro por la culata tras de que legisladores del PRI dieran a conocer nombres y pruebas de panistas beneficiados con el programa Oportunidades en Veracruz durante el proceso electoral de 2012.
Entre los acusados, destaca Miguel Ángel Yunes Márquez, excoordinador de ese programa en la entidad e hijo de Miguel Ángel Yunes Linares, quien habría obligado a muchos ciudadanos veracruzanos a afiliarse al PAN a cambio de recibir beneficios a través de Oportunidades.
Larga cola
Como es ya tradición, el PAN busca la paja en el ojo ajeno, tratando de evadir la viga en el propio. A vuelo de pájaro, he aquí algunos ejemplos de casos que conforman la larga cola del PAN en materia del uso de recursos públicos y programas sociales, con miras electorales, y que le han producido Alzheimer a su líder nacional, Gustavo Madero.
El 19 de junio de 2012, por ejemplo, vecinos de San Andrés y de San Pedro Cholula, Puebla, denunciaron ante la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (FEPADE) al aspirante a diputado federal por el distrito 10, Julio Lorenzini Rangel, por utilizar recursos públicos para promover el voto a su favor y del entonces precandidato a la Presidencia de la República en la contienda interna del PAN, Ernesto Cordero.
Los ciudadanos José Eric Germán Juárez Hihuitl y Virginia Xochitecatl Muñoz dijeron que Julio recibió despensas de la Sedesol para repartirlas en las comunidades del distrito, las cuales fueron descargadas por camiones del gobierno federal en el balneario El Cristo, propiedad de Antonio Lorenzini, tío del político.
Los testigos realizaron una grabación en video, el 3 de febrero de ese año, que muestra a tres camiones —placas 1PN-6624, 1PN7242, SI-11901 y TWR-1536—, rotulados con la frase “Vivir Mejor, Gobierno Federal”, los cuales pertenecían a la Sedesol y a Diconsa Sur, descargando las despensas.
En la denuncia (folio AP/PGR/PUE/PUE-10/712/2012) se establece que, el 20 de mayo, Lorenzini Rangel repartió las despensas con bolsas de frijol, atún, sopa de pasta y botellas de aceite en la junta auxiliar de San Agustín Calvario, a cambio de que los beneficiarios votaran por el PAN en las elecciones del 1 de julio.
Otro caso de antología se dio el 27 de junio de 2012, cuando pobladores del municipio de Ocosingo, Chiapas, descubrieron, in fraganti, al candidato del PAN a esa alcaldía, Gilberto Rodríguez de los Santos, y al exedil Carlos Leonel Solórzano Arcia, en los momentos en que, en el interior del restaurante Loma Real, instruían a una decena de personas para comprar votos durante los comicios del 1 de julio.
Tal restaurante era propiedad del extesorero de Solórzano Arcia, Alfonso Pérez Lara, quien, el 17 de marzo de 2008, fue acusado ante el órgano de Fiscalización del Congreso del Estado por presunto enriquecimiento ilícito, en tanto que Rodríguez de los Santos, ya compilaba 14 averiguaciones previas, una sentencia y dos órdenes de aprehensión sin ejecutar, por fraude, amenazas y daños.
Según dio a conocer en aquel momento Juan Gabriel Rosales Herrera, representante del Partido Nueva Alianza (Panal) ante el Instituto Federal Electoral (IFE), cientos de simpatizantes del PRI, el PVEM y del propio Panal rodearon el restaurante, ubicado en el barrio Villa Satélite, para evitar que los mapaches huyeran. Finalmente, 14 horas después, fueron liberados tras la intervención de la policía.
El notario público Wenceslao Narváez Zenteno dio fe de documentación hallada en el drenaje del local, que los panistas trataron de destruir, en el que se notaban asignaciones de entre 20 mil y 50 mil pesos, que supuestamente se iban a entregar a autoridades comunitarias o representantes del PAN en las casillas para comprar votos el día de las elecciones.
Una semana antes de estos hechos, militantes de los mismos partidos habían denunciado al alcalde de Ocosingo en funciones, Arturo Zúñiga Urbina, y a sus principales funcionarios, de desviar recursos del erario municipal en apoyo de la campaña de Rodríguez de los Santos, quien fue adoptado de última hora por el PAN, después de haber pertenecido al PRD.
Durante la propia elección federal del domingo 1 de julio de 2012, la Policía Municipal de Torreón, Coahuila, arrestó a Angélica Campos García, asistente del senador panista Guillermo Anaya Llamas, y a otras 15 personas, entre ellas su esposo, Sergio Gómez, por la presunta compra de votos en colonias con un alto número de electores.
Tras la denuncia de votantes del Sector Alamedas, que indicaron que la mujer y sus acompañantes entregaban dinero a cambio de sufragios a favor de los candidatos del PAN, en las colonias Las Arboledas y Jacarandas, la policía les halló bolsas con una importante suma monetaria, en efectivo, y una copia del padrón electoral.
Contra estas personas se iniciaron tres averiguaciones previas relacionadas con delitos electorales. Sin embargo, poco antes de entrevistarse con el subdelegado de la PGR en Coahuila, el matrimonio y el resto de los presuntos mapaches electorales quedaron en libertad.
Se compran a sí mismos
Pero los panistas se compran hasta ellos mismos cuando de elecciones, para lo que sean, se trata. Así quedó de manifiesto, el 24 de noviembre pasado, cuando Óscar Sánchez Juárez fue electo como presidente del blanquiazul en el Estado de México para el periodo 2012-2015.
El político, quien ha comparado públicamente su supuesto liderazgo con el de Adolfo Hitler, y le ganó por un solo voto a Jorge Inzunza Armas, había sido acusado de enriquecimiento inexplicable y del desvío de 720 mil pesos del Congreso local para su precampaña para senador, proceso en el que quedó en tercer lugar.
En la sesión del Comité Ejecutivo Nacional panista del 26 de noviembre, Luis Felipe Bravo Mena, líder de la fracción de los Bravo Boys, que apoyó al candidato perdedor, Jorge Inzunza, señaló que la elección de Sánchez Juárez había sido un cochinero.
Militantes del grupo de Bravo e Inzunza dijeron que la compra de votos de consejeros por parte de la fracción del coordinador de los diputados locales, Ulises Ramírez, que apoyó a Sanchéz Juárez, se llevó a cabo en sus oficinas de Tlalnepantla, y uno de los operadores fue Anuar Azar, coordinador financiero de la bancada panista en el Congreso.
Pero Sánchez Juárez devolvió la piedra indicando que, un día antes de la elección, el grupo de Inzunza citó a 25 consejeros en el hotel Fiesta Inn, en Naucalpan, para ofrecerle a cada uno hasta 150 mil pesos por su voto. “Tenemos videos de cómo entraban consejeros, muchos, que fueron citados ahí”, sostuvo.
Óscar Sánchez Juárez tomó posesión de su cargo el 26 de febrero de este año. Sin embargo, tres semanas después fue desconocido por los panistas, quienes lo expulsaron de la dirigencia en el Estado de México.
Enemigos del pueblo
Al respecto, Edgar González Ruiz señala, en entrevista con Siempre!, que los gobiernos panistas fueron enemigos del pueblo y amigos de los más privilegiados.
Especialmente en la administración de Calderón, indica, la ayuda a los más necesitados no fue una prioridad, sino más bien el impulso a proyectos de tipo fascista, como el de la guerra contra el narco.
Hay una fuerte andanada del PAN contra el PRI, con denuncias del supuesto uso electorero de los programas sociales. ¿Cómo debemos entender estas acusaciones?
El PAN acusa al PRI de que tales programas tienen un uso electorero, pero, en primer lugar, el PAN es el partido que menos autoridad moral tendría para sustentar esas acusaciones. Durante los sexenios panistas vimos el uso demagógico y electorero de esos programas, por parte de Vicente Fox y de Felipe Calderón, quienes, para su propaganda tendenciosa, recurrían cotidianamente a la televisión y a las cadenas de radio, hasta llegar al extremo, con los spots del gobierno de Calderón, que constantemente alardeaban de supuestos logros y pretendidas ayudas sociales.
A lo anterior hay que sumar las muchas denuncias sobre el mal manejo de los recursos públicos por parte de políticos y funcionarios del PAN, sean esos programas oficiales o proyectos como el famoso Vamos México, que impulso la protagónica Martha Sahagún en el sexenio de Fox.
¿Hay documentación al respecto?
Se escribió mucho y también se publicaron artículos y libros sobre el mal uso que hicieron los panistas de los programas sociales. Por ejemplo, en 2006, Planeta publicó el libro Las manos sucias del PAN, de José Reveles, con amplia información sobre ese problema.
La verdad es que esos gobiernos fueron enemigos del pueblo y amigos de los más privilegiados. Esa tendencia, que comenzó con el gobierno de Fox, enfocado a beneficiar a los empresarios, se agudizó en el de Calderón, que fue de carácter confesional y plutocrático.
Hay que notar que en esos sexenios panistas, y especialmente en el último, la ayuda a los más necesitados no fue una prioridad, sino más bien el impulso a proyectos de tipo fascista, como el de la guerra contra el narco y el llamado combate contra la inseguridad, que se basa en la defensa del patrimonio de los ricos.
¿Qué motiva los ataques contra la administración de Peña Nieto? ¿Es parte de esa circunstancia de “no sé perder”?
Es que ahora, por primera vez en mucho tiempo, se habla de ese apoyo a los más necesitados, lo cual es excelente. Si bien, los programas los manejan personas y éstas, sin duda, cometerán errores, en tanto que los proyectos mismos, como toda obra humana, tendrán limitaciones y los usarán sus promotores para beneficiar su imagen, eso es algo que sucede en todos los gobiernos. Sin embargo, la derecha, encarnada en el PAN, siempre se ha opuesto a los programas de apoyo a los más pobres, lo mismo que a la educación pública, etcétera. En las antiguas épocas priistas, el PAN así se manifestaba contra los programas sociales que en algunos sexenios fueron importantes, y, especialmente, Fox y Calderón fueron enemigos a ultranza de los proyectos de ayuda a los ancianos que se impulsaron en la ciudad de México en el gobierno de López Obrador. Ahora el blanquiazul va contra los programas federales. Hay que recordar que en 2006 el PAN trató de desacreditar esos programas en beneficio de la tercera edad, como parte de su guerra sucia contra la izquierda en el Distrito Federal. El PAN nunca ha querido que el dinero público se invierta en beneficio de los más necesitados, sino de los más ricos y del clero.
Ahora la derecha protesta contra la llamada Cruzada contra el Hambre, pero se mostraba muy de acuerdo con los gobernantes panistas, como Calderón, que tanto invirtieron en fortalecer el Ejército, o en otorgar recursos millonarios al clero, como hizo el exgobernador de Jalisco, Emilio González, con el famoso limosnazo que otorgó a la Iglesia para construir un santuario cristero en Guadalajara. Ésa es la forma en que el PAN gasta el dinero del erario.
Pretextos insulsos
¿Esa sería la explicación de la impugnación de la señora Robles?
En suma, nuevamente el PAN se opone a iniciativas que benefician a la gente que más necesita, pues su prioridad, como lo demostró en el gobierno, es ayudar a los que más tienen y fortalecer al clero católico.
Para mantener su posición impopular, el PAN recurre a pretextos insulsos, como el de alegar que esos programas serán electoreros. La verdad es que si esos programas son eficaces y benefician a mucha gente, entonces, también beneficiarán la imagen y la carrera de los políticos que los promuevan, lo cual no tiene nada de malo, mientras que el PAN deberá conformarse con el voto de los obispos católicos y de empresarios poderosos, pues han sido los únicos beneficiados en sus gobiernos.


