Los paristas insisten en contrarreformas

Félix Fuentes

El gobierno de Enrique Peña Nieto apretó el puño para fortalecer la reforma educativa, vistos los vaivenes de los gobernadores de Guerrero y Oaxaca, Ángel Aguirre y Gabino Cué, quienes habían aceptado contrarreformas con maestros vandálicos de la CNTE.

En su retroceso del lunes pasado, ambos mandatarios negaron la elaboración de iniciativas de ellos con los maestros, las cuales enviaron a sus respectivos congresos para oponerse a la reforma federal, ya aprobada por el Congreso de la Unión y las legislaturas estatales.

Gabino Cué, postulado por la coalición del PAN y partidos de izquierda, ha permanecido contra la pared durante sus casi tres años de gobernador. La Sección 22 del SNTE, en realidad adherida a la Coordinadora de Trabajadores de la Educación (CNTE), lo ha chantajeado en ese tiempo.

El débil mandatario oaxaqueño, cargado a la izquierda, ha cedido a todo, y los presuntos profesores de esa sección se la pasan en plantones y marchas, sin importarles la enseñanza de más de millón y medio de niños de primaria.

La CNTE ha sido adversaria de la profesora Elba Esther Gordillo, pero coincidió con ella en vapulear la reforma educativa, entre otros motivos porque los maestros se niegan entre otras cosas a ser evaluados, sabedores de que serían reprobados y sin derecho a cobrar sueldos y otras prebendas, por carecer de capacidad para enseñar.

Doblegado como ha estado en todo su sexenio, el gobernador Cué convino con la 22 de Núñez Ginés en presentar una contrarreforma al Congreso local y someterse a caprichos de los falsos mentores, dedicados a ocupar plazas públicas, tirados en el piso y en constante holgazanería.

Es claro que el presidente Peña Nieto apretó el puño el pasado fin de semana y ante la posibilidad de que Gabino Cué y Ángel Aguirre sean obligados a solicitar licencia en sus cargos, cambiaron de opinión.

En sus confusiones, el mandatario oaxaqueño dijo que a través de los diputados federales de su entidad presentará una iniciativa de cambios a la Ley General de Educación Pública ¡de acuerdo con la Sección 22!, a fin de transformar las leyes secundarias de la reforma educativa.

Los legisladores federales de Oaxaca están en su derecho de formular tales propuestas, pero de seguro les serán rechazadas en la Cámara de San Lázaro por ser inaceptables los caprichos de maestros vivales, respaldados por su gobernador. ¿Y después que haría la dirigencia de la 22? Pues más paros y marchas.

A ese caos se debe poner punto final, e incluso impedir los viajes de paristas al Distrito Federal, financiados por los mismos gobernadores endebles. ¿O Núñez Ginés no teme correr la misma suerte de Elba Esther Gordillo?

En Guerrero, la CETEG del líder Gonzalo Juárez también ha causado desmanes mayúsculos, entre otros el bloqueo de nueve horas en la autopista a Acapulco. El gobernador Ángel Aguirre no pudo impedir ese ilícito que agravió a decenas de miles de vacacionistas, pero mucho antes debió imponer su autoridad a los chantajistas.

En vez de eso, Aguirre se sumó a Gonzalo Juárez, en eso de enviar una contrarreforma al Congreso local. Después cambió, seguramente por la reprimenda del gobierno de Peña Nieto y dijo que esa iniciativa fue de la CETEG, no de él.

A punto de que la Cámara de Diputados discuta las leyes secundarias de la reforma educativa, no deben permitirse más suspensiones de clases ni atropellos como el de la autopista a Acapulco. ¿O la CNTE tiene más fuerza de la cual hizo gala Elba Esther Gordillo?