Entrevista a Francisco Reveles/Profesor e investigador de la UNAM
Nora Rodríguez Aceves
“Las fracciones panistas en la actualidad son facciones de poder. Su principal objetivo es la conquista y ejercicio del poder interno. En el PAN las fracciones no son estáticas. En muchas ocasiones se produce una atracción de ciertos liderazgos, ya sea por características propias de ciertas personalidades o por el manejo de un discurso atractivo para ciertos sectores. Esto dificulta la ubicación de los dirigentes y miembros del partido en grupos. Sin embargo, se mantienen presentes en él…” A esta conclusión llegaba Francisco Reveles Vázquez en su libro Partido Acción Nacional: los signos de la institucionalización. Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, UNAM, 2002.
Conclusión que pasado el tiempo Reveles Vázquez sostiene, en el fondo de la disputa interna que hoy vemos entre el presidente nacional del PAN, Gustavo Madero y el grupo calderonista —los seguidores del expresidente de la república, Felipe Calderón— está el control de Acción Nacional, “quizá más importante que lo que contenga o llegue a contener en el futuro inmediato el Pacto por México, está más bien el control del partido. Sin embargo, aquí se entrecruzan dos planos: por un lado está la dinámica interna con estos conflictos entre los grupos, y por el otro está la pelea entre el PAN y el PRI, el presidente Enrique Pena Nieto, para ver qué es lo que se puede profundizar en el gran Pacto por México, que es un abanico de propuestas, que ya varias de ellas se han concretado, pero la mayoría falta; y en esas faltantes está el estira y afloja tanto de la dirigencia del PAN como de parte del presidente de la república y su partido, y en ese plano se inscribe la denuncia penal de Pemex en contra de César Nava —que es, sin lugar a dudas, un calderonista— y ahí lo relevante es que el ataque es al partido, pese a que afecta directamente a un integrante de esta corriente, pero en ese caso están más bien tratando de ablandar al blanquiazul para que no cuestione tanto el Pacto, para que no de repente trate de abandonarlo o de poner más condicionantes a las negociaciones; entonces son dos pugnas: una interna y otra en el contexto del sistema de partidos”.
Lo importante: el control del partido
Francisco Reveles, profesor e investigador de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (FCPyS-UNAM) explica a Siempre! que “ya perdida la Presidencia de la República y los principales cargos del gobierno federal ahora lo más relevante, lo más importante, es tener el control de PAN, porque eso les reditúa en el interior en cuanto a espacios de toma de decisiones dentro del partido, pero sobre todo los coloca en una posición de negociación, de competencia política con el presidente de la república y con los demás partidos políticos”.
“Acción Nacional es un partido muy importante en nuestro país y lo que haga o deje de hacer, lo que decidan sus líderes, tendrá una incidencia muy clara en la dinámica de nuestro país por lo menos en el corto y mediano plazo; entonces sí es algo muy importante, aunque ya los veamos ahora como el partido que perdió la Presidencia de la República; al final de cuentas queda el partido, queda en esta posición trascendental importante porque no desapareció y porque no se cayó en la elección, sino que se mantuvo ahí competitivo.”
Además, “habría que considerar que tradicionalmente el PAN ha sido el aliado en el Congreso de la Unión del PRI, el aliado del presidente en turno, en el caso de los presidentes priistas, y esto sería lo que estamos viendo en este momento aquí. Yo no dudaría que, si los calderonistas ganaran en esta disputa interna terminaran por aceptar una relación armónica con el presidente Peña Nieto, porque ésa ha sido la línea desde 1988, es muy clara, aunque las negociaciones, los elementos de la negociación, podrían ser diferentes dependiendo de si es el grupo de Calderón o si es el de Madero el que tiene el control de la relación con el gobierno; pero es muy importante por este papel que el PAN aún mantiene en nuestro sistema político”.
Para el especialista en partidos políticos y sistemas electorales, los partidos políticos en México, y el sistema político mexicano, esta crisis en el interior de Acción Nacional no inicia el pasado 16 mayo, cuando los coordinadores del PAN y del PRD, Ernesto Cordero y Miguel Barbosa, respectivamente, anunciaron durante una conferencia de prensa que en seis semanas presentarán una iniciativa de reforma política que incluye 30 temas, unas horas después de que el PAN presentara ante la Comisión Permanente su reforma electoral, más bien fue la gota que derramó el vaso de agua, pues en realidad todo comienza cuando “el panismo en el poder llegó diezmado a la sucesión presidencial de 2012, tanto por factores internos como externos. Entre los primeros destaca la falta de cohesión entre las corrientes, todas ellas subordinadas a la del presidente Calderón. Jóvenes en su mayoría, con buena formación profesional y capacidad de oratoria, los calderonistas ocuparon importantes espacios de poder en el gabinete presidencial y en la dirigencia nacional del partido. La sustitución de Manuel Espino como líder nacional generó divisiones que se intensificaron por la accidentada selección de candidatos para los comicios de 2009, que se replicó en 2012. Las pugnas provocadas por esta selección debilitaron la cohesión, pues la mayoría de las candidaturas fue determinada por la dirigencia sin el acuerdo con varias de las corrientes o liderazgos locales”.
La remoción de Cordero
Luego viene la derrota en la elección presidencial de 2012 y “después de que sale de la presidencia Felipe Calderón, el encuentro de él y de sus seguidores para recuperar plenamente la dirigencia nacional del partido. Luego viene el Pacto por México donde Madero establece un alianza, a final de cuentas, con el presidente Peña Nieto y con las dirigencia del PRI y del PRD. Eso también provoca que haya un mayor divisionismo interno, y esto se ve reflejado posteriormente en estas diferencias públicas cada vez más fuertes, principalmente en el caso del coordinador de los senadores, Ernesto Cordero”, lo que lleva a Gustavo Madero a tomar la decisión de removerlo —oficialmente el 19 de mayo— de la coordinación del PAN en el Senado.
Frente a eso, hay estos dos disidentes que no se adhieren a calderonistas o maderistas propiamente y que constituyen liderazgos importantes en el partido, como Ernesto Ruffo, como Javier Corral, que también tuvieron sus diferencias con el expresidente Calderón en algún momento, después con el presidente del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) y ahora están más bien a la expectativa en ver qué es lo que sucede con esta confrontación entre Madero y Cordero, con la posibilidad de que ellos tengan mayor participación en la toma de decisiones”.
En este contexto, el académico de la UNAM señala que Gustavo Madero “está tratando de aprovechar la coyuntura, está tratando de adquirir un mayor poder dentro del partido como él mismo lo planteó: es decisión del presidente del CEN designar al coordinador parlamentario en el Senado, también al coordinador de los diputados. Por otro lado, en efecto no había un argumento legal que lo obligara a renunciar o a adelantar la selección de dirigentes en lo interno, así es que está tratando de adquirir un poder indiscutido dentro de la organización y se ve que tiene todo el empeño dedicado a eso”.
Asimismo, “busca tener más posibilidades de acción en la relación con el gobierno federal y con los otros partidos. A mí me da la impresión de que a Gustavo Madero le queda poco tiempo para lograr afianzarse tanto en la presidencia del CEN como en el plano político nacional, pero no podríamos dejar de considerar que él tendría en realidad posibilidad de reelegirse y también en todo caso de dejar a alguien de su propia corriente o cercano a él, para que efectivamente pudiera seguir teniendo incidencia en la dinámica del panismo”.
Sobre todo porque Madero ha sido desde el inicio de su mandato en la dirigencia nacional del PAN un líder débil, “sobre todo en la época del presidente de la república Calderón, donde ahí sí no tuvo ningún deparo en aceptar las directrices que venían de la Presidencia, creo que ahora recién se ha dado cuenta de que el papel del partido es muy importante, desde su punto de vista la estrategia a seguir es mantener la negociación con el presidente Peña Nieto y por ese lado podría tener también el respaldo tanto del presidente como del propio PRI; en esta dinámica de confrontación interna, ahí es donde se vuelven a cruzar los planos de la confrontación entre las corrientes y la participación del partido en las negociaciones del Pacto por México”.
Madero se mantendrá hasta 2014
Creo que “la dirigencia de Gustavo Madero se mantendrá hasta la renovación del CEN, a inicios del 2014, y mientras estaremos viendo esta confrontación, los calderonistas aunque no se queden con la coordinación del grupo de senadores irán tratando de construir una candidatura, un fuerte para ganarle a Madero y a las demás corrientes que están en el partido, ya trabajando justamente para ello. No hay que olvidar lo que sucedió en la Asamblea pasada, donde también producto de estas fuertes diferencias se vivió un proceso sui géneris, algo nunca visto en el partido donde se perdió el control de la participación de los delegados en la asamblea y se tomó esta decisión trascendental que todavía se puede revertir. Pero con esta decisión de elegir al dirigente por voto directo de los militantes, ahí se abre la posibilidad de que cualquiera que sume la mayoría de los votos gane la dirección de la organización, entonces hasta que se dé esa renovación de dirigentes es cuando podremos ver si en efecto el partido termina unido, cohesionado o con esta pugna que no hará más que debilitar al PAN en el sistema político”.
“El triunfo de Felipe Calderón significó el fortalecimiento de una generación de panistas jóvenes (en edad y militancia), de derecha moderada y con evidente pragmatismo en pos del poder”, escribió Jacqueline Peschard en el libro: 2 de julio: reflexiones y perspectivas
En este sentido, Reveles Vázquez afirma: “es cierto, hay una corriente calderonista, que son aquéllos que tuvieron participación en las altas esferas del gobierno del presidente Calderón, que ocuparon espacios importantes de poder en el gabinete presidencial y en la dirigencia nacional del partido, que ahora tienen sus espacios, principalmente, en la Cámara de Diputados, en la Cámara de Senadores, notoriamente en esta última, por eso también esta situación que está viviendo el partido en la actualidad, pues ahí está su hermana, Luisa María Calderón; la prima de Margarita Zavala —esposa de Calderón—, Mariana Gómez del Campo; Gabriela Cuevas, exdiputada federal y exdelegada de Miguel Hidalgo; está Javier Lozano, exsecretario del Trabajo; Salvador Vega Casillas, exsecretario de la Función Pública, personajes que en su momento fueron muy importantes para la administración de Felipe Calderón”.
Aunque, de acuerdo con información publicada en la prensa, hay un círculo bien identificado cuyos nombres emergieron desde su precampaña presidencial. Entre ellos están César Nava, Germán Martínez Cazares, Roberto Gil, Maximiliano Cortázar, Jordy Herrera, Alfredo Rivadeneyra, Gerardo Ruiz Mateos, Francisco Javier Conejo, Rogelio Carbajal, Alejandra Sota y, por supuesto, Ernesto Cordero.
Sin embargo, “el hecho de que tengan un cargo no les da las capacidades o habilidades necesarias para ya establecer este tipo de confrontaciones, donde es muy importante la posición política, el cargo, pero es mucho más ya lo que se propone, lo que se negocia y cómo se procede después de la negociación, en realidad es difícil ver qué éxito pudiera tener este grupo calderonista, porque, por el otro lado, la dirigencia panista da la impresión de que simplemente está haciendo uso de sus normas internas y de esa necesidad del presidente Peña Nieto de mantener un pacto, una alianza de gobierno de facto, que es lo que desde mi punto de vista representa el pacto”.
Con los diputados no hay problema
En ese mismo tenor, el doctor en Ciencia Política por la FCPyS de la UNAM apunta que también “están aquéllos que teniendo una relación con el presidente Calderón culminando el sexenio han tratado de reagruparse en torno al CEN, a Madero, y hasta cierto punto apoyándolo en esta serie de conflictos. En el Senado en realidad son pocos que podrían ser respaldo de Madero, pero en la Cámara de Diputados no tiene mayor problema, ahí sí ha funcionado adecuadamente la interlocución y el apoyo al dirigente nacional”.
“También están aquéllos que fueron cercanos más bien al presidente Fox desde antes de llegar al gobierno, aquéllos conocidos como neopanistas que eran empresarios, que se hicieron varios de ellos gobernantes en el ámbito local y ya después se integraron al gobierno del presidente Fox, de alguna manera también están ahí tratando de mantener un espacio, aunque ya sin el techo que les pudiera significar el contar con una Presidencia de la República, con una secretaría de Estado, por lo tanto, es una corriente disminuida en comparación con las otras dos.”
Aquí cabe mencionar que, en cuanto a las posturas de los expresidentes de la república panistas —Vicente Fox y Felipe Calderón—, “la postura de apoyo a Peña Nieto por parte de Fox es muy clara y es una variable ahí quizás, aunque en realidad su influencia en el panismo ya sea muy débil, quizá está siendo utilizado por el gobierno actual para fortalecer esa postura de negociación con el propio gobierno. En el caso de Calderón, está tratando de colocarse, de hacerse presente justamente para que las corrientes panistas o los liderazgos panistas que no coinciden con él lo vean todavía como un factor importante en el interior de la organización, pero a la distancia, de tener un prestigio realmente aceptado dentro del panismo; actualmente tiene muy poco que influir, ya más bien depende de los cuadros que le son leales ver qué es lo que realizan, qué es lo que hacen, cómo procesan estas pugnas y qué es lo que resulta de ellas, particularmente, en el caso de la disputa por la coordinación del Senado, se verá si en efecto los calderonistas tienen la capacidad para enfrentar al presidente del CEN y, más tarde, incluso ganar la presidencia del CEN”.
“A mí me parece que les falta cohesión y definición precisa en sus objetivos porque, más allá de tener una senaduría, tener el micrófono a la mano, es decir, la presencia de medios de comunicación, lo que han demostrado es una incapacidad para presentar alternativas no solamente a las iniciativas de Madero sino también del PRI o incluso del PRD, tanto en el Senado como en la Cámara de Diputados; entonces yo los veo en realidad en una condición endeble en la que sí pueden generar una disputa, un conflicto, como el que estamos viendo, pero que no llegarán demasiado lejos.”
Además, no hay que olvidar que “están estos otros liderazgos que, sin adherirse a alguna de las corrientes, son muy pesados políticamente, pues tienen un discurso llamativo; de pronto puede ser fiel de la balanza en las discusiones, en los debates internos, en los conflictos internos, como puede ser Javier Corral, Luis H. Álvarez, a pesar de que no tenga ya una actividad muy frecuente y el propio Ernesto Ruffo, que siendo un neopanista también de pronto se encuentra en solitario participando o emitiendo posiciones críticas tanto hacia, en su momento, el presidente Calderón y después a la dirigencia del partido, estos tres son las corrientes y liderazgos principales”.
“A Josefina Vázquez Mota naturalmente que también hay que considerarla, pero en esta dinámica estará más cerca de la presidencia del CEN porque justamente a partir de mantener esa postura podría ella tener posibilidades de regresar al partido y de construir un liderazgo que, por el momento, está de capa caída o, por lo menos, en espera para justamente la renovación formal de la dirigencia nacional del Acción Nacional.