Si no se atienden, los problemas y la economía pueden explotar

Levantar un andamio, no es edificar.

Napoleón III

Carlos Alberto Pérez Cuevas

El primero de junio se cumplieron seis meses del nuevo gobierno de la república encabezado por Enrique Peña Nieto, seis meses en que el PRI ha tenido oportunidad de poner las bases de lo que será su forma de gobernar después de doce años de ser oposición, y frente a instituciones y políticas públicas diferentes a las que ellos estaban acostumbrados; hasta ahora gobiernan muy mal.

Una constante es la que está marcando el inicio de este sexenio, fallas económicas de fondo, que cubierto por las bondades del Pacto por México, ha logrado generar una cortina de humo sobre temas de relevancia en la conducción económica, política y social del país; la constante de errores e ineficacias que empiezan a generar gravísimos problemas.

La subida de precio de los productos básicos de primera necesidad cada vez es mayor, ahí está el aumento del precio del pollo o el huevo; la inseguridad cada vez es más sentida y la población no se siente segura, porque está expuesta a mayores grados de violencia; en este sexenio no se habla de ejecutados, ni de levantados, ni secuestrados, pero la narrativa diferente no cambia la necia realidad que cada vez se impone con mayor fuerza.

Queda claro que no hay una ruta de navegación clara, y me atrevo a asegurarlo por lo que hace poco vimos en Michoacán, la estrategia tantas veces criticada al gobierno de Calderón es la que se pone en marcha, las fuerzas federales en auxilio de la ineficacia de los gobiernos estatales.

En materia económica las cifras son duras, claras y frías, no hay opción a la interpretación o a la evasión, con datos del mismo gobierno, observamos una desaceleración en la economía mexicana y un franco retroceso cada vez más marcado en las actividades económicas, con datos tenemos que el desempleo generó casi 2.5 millones de desocupados, al superar la tasa anual de desocupación del 5.4%.

Según el INEGI durante el primer trimestre del año, la economía mexicana creció sólo un 0.8%, desde la recesión sufrida en 2009 es el nivel más bajo de crecimiento que hemos tenido, comparemos los datos, en 2010 creció 4.4%, en 2011 fue 4.3% y en 2012 se fue a la alza en 4.9%, es decir las cosas no están bien en el manejo económico del país, pero si además sumamos que la expectativa de crecimiento de este gobierno para 2013 era del 3.5% y dije bien, era, porque decidió la Secretaría de Hacienda modificarla para llevarla a la baja en un 3.1%, dato que comprueba la desaceleración económica que ya sufrimos.

Si hay menos ingresos, la consecuencia es que habrá menos gasto, es decir el gobierno tendrá que recortar gastos y la pregunta que surge es: ¿cuáles serán las partidas afectadas? Además, durante estos tres meses de arranque de año, el gasto federal se ha frenado, no se ha ejercido y ha generado auténticos subejercicios que han parado la inversión en vivienda e infraestructura.

Los datos ahí están, y prueban que estamos peor hoy que antes; vivimos problemas económicos, sociales y de inseguridad, y nadie habla de ellos, los medios han sido callados; el problema no es hablar o debatir sobre los problemas, la circunstancia de afectación es que los problemas ahí están y siguen generando complicaciones que, de no atenderse, tarde o temprano será imposible hacerlo y sumirán a México en una crisis de incalculables consecuencias. La bomba de tiempo esta activada.

 

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