PAN, farragosa iniciativa de reforma política
De todas las formas de engañar a los demás, la pose
de seriedad es la que hace más estragos.
Santiago Rusiñol
José Fonseca
Los acontecimientos de la semana que termina bien podrían obligar al gobierno del presidente Enrique Peña Nieto a realizar cambios en la ruta de acciones para concretar su proyecto de transformación nacional.
Por supuesto que las informaciones económicas, no todas positivas, aun cuando sean coyunturales, forzarán al gobierno peñista a revisar algunas de sus premisas económicas, especialmente las relacionadas con la calendarización del gasto público y a reordenar las prioridades de sus programas.
No es nada nuevo, tampoco la primera vez que las estrategias gubernamentales deben ajustarse por las cambiantes circunstancias, particularmente en un entorno global que todavía es incierto. Cuenta el gobierno con personal experimentado en las áreas financieras y económicas, fogueado en las crisis para realizar los ajustes que la realidad exija.
Eso, por supuesto, no significa el sacrificio de los objetivos trazados al arranque del sexenio, pero sí una reorganización de prioridades.
Pero es en el ámbito político donde se gestan desafíos. En el marco de la confrontación entre calderonistas y maderistas por el control del PAN, se ha forjado una alianza coyuntural entre senadores panistas y perredistas, encabezada por Ernesto Cordero y el coordinador de la bancada perredista en el Senado Miguel Ángel Barbosa.
Como resultado de las disputas internas en sus partidos, particularmente la del senador Cordero con la dirigencia nacional de su partido, cuya única razón es la disputa por el control del PAN, han elaborado una farragosa iniciativa de reforma política.
No tienen los votos, pero incluyen un tema que al parecer también estaría incluido en el Pacto por México: la segunda vuelta en las elecciones presidenciales. Lo cual significaría que el candidato que no gane con más del 50 por ciento de los votos, tendría que ir a otra elección con el segundo lugar.
Son muchos en la opinión ilustrada que favorecen la segunda vuelta electoral. Quizás, en aras de obtener la aprobación de las reformas que le interesan al presidente, los priistas estarían dispuestos a discutirla.
Quizás esa posibilidad la echó por la borda un senador calderonista que suele reflejar la opinión de lo que ahora es el sector duro del PAN. El senador Javier Lozano Alarcón ha declarado que la aprobación de la segunda vuelta asegurará que el PRI nunca más pueda ganar la Presidencia de la República.
Ante esa advertencia es posible que se empieza a acercar el momento de que el gobierno del presidente Peña Nieto decida, aunque no sea explícitamente, cuáles son los límites de la negociación.
Por elemental sentido de supervivencia política en algún momento habrán de pintar su raya.
jfonseca@cafepolitico.com
