La Política Me Da Risa

Los capitalinos estamos asustados y enojados

Yazmín Alessandrini

 

El Distrito Federal, centro neurálgico de la república mexicana, es un crisol de complejidades que la convierten en una ciudad sumamente difícil de manejar, de controlar… de gobernar. Y sin afán de incomodar a nuestras autoridades capitalinas, encabezadas por el jefe de Gobierno Miguel Mancera, el momento actual que permea en chilangolandia nos tiene sumamente preocupados a todos los que aquí nos encontramos.

Y es que los días pasan y tanto al procurador General de Justicia como al secretario de Seguridad Pública capitalinos, Rodolfo Ríos Garza y Jesús Rodríguez Almeida, respectivamente, se les sigue haciendo bolas el engrudo con respecto al caso Heaven, razón por la cual a su jefe Mancera no le quedó más remedio, hace unos días, que declarar que ninguno de los funcionarios de su gabinete tiene garantizada su permanencia en el gobierno capitalino. Al titular del Gobierno del Distrito Federal le ha calado hondo el bombardeo mediático del que está siendo objeto y por lógica se entiende que voltee a ver a sus dos colaboradores más cercanos, quienes digan lo que digan (juntos o por separado) no están dando el ancho.

A diferencia del resto de los habitantes del país, los defeños contamos con un umbral a la tolerancia (cuando se trata de problemáticas sociales cotidianas) relativamente más amplio. Sin embargo, en estas últimas semanas hemos presenciado cómo la incompetencia y la negligencia de aquellas instituciones que supuestamente tienen el compromiso de protegernos están siendo dramáticamente rebasadas por la delincuencia; situación que ha provocado que muchos vivamos en un constante estado de psicosis.

Los capitalinos estamos asustados y enojados. Y mucho tienen que ver Ríos Garza y Rodríguez Almeida, quienes con sus evasivas y medias verdades (a la hora de enfrentar a los medios de comunicación y a los familiares de la docena de muchachos que siguen sin aparecer) están abonando en el terreno del descrédito y la desconfianza hacia nuestras instituciones responsables de impartir la justicia en el DF. Sin embargo, hay que estar en el entendido de que tanto el procurador de Justicia como el secretario de Seguridad capitalinos no andan por la libre, sino que todos y cada uno de los pasos que dan son palomeados por el jefe de Gobierno; así que un buen porcentaje de la corresponsabilidad de este estado de inseguridad también atañe a Mancera Espinosa.

A estas alturas del partido, hablando exclusivamente del caso Heaven, está claro que tanto Mancera como Ríos y Rodríguez ya no saben ni para dónde jalar. Todo comenzó con un muerto en una jardinera de la colonia Condesa al que después se le sumaron 12 personas que no aparecen por ningún lado y enseguida se agregaron cuatro asesinados a balazos en un gimnasio del barrio bravo de Tepito. Pero la cosa no se acaba ahí: ahora en la delegación Gustavo A. Madero también ya se habla de un caso similar en un antro llamado Virtual Club, cercano a la estación del Metro 18 de Marzo, donde a la Houdini también desaparecieron siete chavos en abril pasado.

Pero eso sí, están más preocupados por que les llamemos pandillas en lugar de cárteles, o desaparecidos en vez de levantados.

 

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