Susana Hernández Espíndola
Los doce jóvenes que el 26 de mayo desaparecieron en un bar de la Zona Rosa de la Ciudad de México, se suman a una inmensa lista que es parte de la herencia negra dejada por el gobierno del panista Felipe Calderón. Aparte de los 70 mil muertos que ocasionó la ofensiva gubernamental contra el narcotráfico, más de 26 mil mexicanos, simplemente se desvanecieron.
El DF, sin blindaje
Aunque el Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera, ha negado categóricamente la presencia y operaciones de mafias del narcotráfico en el Distrito Federal, la desaparición de esos jóvenes puso al descubierto que la capital no es la entidad más segura del país y que mucho menos está blindada contra la penetración delictiva.
Mientras que la Secretaría de Gobernación (Segob) estima que más de 26 mil personas desaparecieron desde diciembre de 2006 y hasta noviembre de 2012, durante el período de la llamada guerra contra el narcotráfico y entre los carteles de las drogas, la Comisión Nacional de Derechos Humanos habla de 24 mil, y la organización no gubernamental, Amnistía Internacional, refiere 25 mil. Lo cierto es que no existe una cifra exacta.
“No está claro cuántas (personas) continúan desaparecidas actualmente. Algunas son víctimas de desapariciones forzadas en las que hay funcionarios públicos implicados. Otras han sido privadas de su libertad por particulares o bandas delictivas. Otras simplemente se fueron de casa sin avisarle a nadie”, asegura Amnistía Internacional.
“Un país que tiene a casi 30 mil desaparecidos y que no sabe dónde están, es un país con una grave problemática”, afirmó, el 12 de junio, Julio Hernández Barros, académico del departamento de Derecho de la Universidad Iberoamericana y redactor de la Ley General de Víctimas, en la mesa de análisis “Los desaparecidos de Tepito… la punta del iceberg”, que se llevó a cabo en la Universidad Iberoamericana.
Hernández Barros señaló que algunos medios de comunicación, pero sobre todo las autoridades, son coparticipes de la “criminalización de las víctimas” mucho antes de iniciar una investigación. En el caso de los jóvenes que desaparecieron en la Zona Rosa, las autoridades sostuvieron, antes de averiguar, que “eran miembros del crimen organizado, narcomenudistas y personas socialmente indeseables”, indicó el académico.
Compromiso de EPN
“Mi gobierno está comprometido a apoyar, a través de un área especializada, una investigación exhaustiva y a buscar o saber el paradero de las personas que lamentablemente han desaparecido. He instruido a la creación de una unidad especial dentro de la Procuraduría General de la República (PGR) para que realice una investigación sobre ese tema”, aseguró, el 18 de junio, el presidente Enrique Peña Nieto, durante una conferencia de prensa en Londres.
Esa instancia es la Unidad de Búsqueda de Personas Desaparecidas (UBPD), cuya creación fue anunciada, el 27 de mayo, por los titulares de la PGR y la Segob, quienes asentaron que se reforzarán las capacidades institucionales para atender el problema de los mexicanos desaparecidos.
El subprocurador de Derechos Humanos de la PGR, Ricardo García Cervantes, indicó en esa ocasión que esta unidad se alinea a los organismos protectores de derechos humanos y que su banco de datos contará con el apoyo de la Segob, con lo que se tendrá “una sola ventanilla” para la atención del problema.
Según datos dados a conocer por Univisión, el 15 de marzo, a través de gráficas de CartoDB, en un reporte titulado: ¿Dónde desaparecieron 26 mil 567 mexicanos?, “el 48.1 por ciento de las desapariciones en México, entre 2006 y 2012, ocurrieron en el Distrito Federal, en el Estado de México y en Tamaulipas”.
El informe indica que si se quitan el DF y el Estado de México, la mayor concentración ocurrió en estados que también reportaron altos índices de violencia: Tamaulipas, Sinaloa, Jalisco y Coahuila.
“Los estados con las tasas más altas de desaparecidos por cada 100 mil habitantes, fueron: Quintana Roo, con 74.2; Tamaulipas, con 54.8; Sinaloa, con 50.9, y el Distrito Federal, con 50.1 desaparecidos.
Desaparición de mujeres
La historia geográfica, indica el reporte, es muy diferente entre los hombres y las mujeres desaparecidas. “Las mujeres desaparecen en municipios con poca población”, mientras que “los hombres desaparecen en municipios con poblaciones más grandes”. Así, los estados con las tasas más altas de mujeres desaparecidas por cada 100 mil habitantes fueron: Quintana Roo, Aguascalientes, Jalisco, Chiapas, el Distrito Federal y Guanajuato. Los estados con las tasas más altas de hombres desaparecidos por cada 100 mil habitantes fueron: Tamaulipas, Sinaloa, Coahuila, Durango, Zacatecas y Michoacán.
El viernes 24 de mayo, el titular de la Segob, Miguel Angel Osorio Chong, se comprometió a presentar, en un plazo de dos meses (es decir, para el 24 de julio), “la estadística del número real de los desaparecidos” en México en el contexto de la guerra contra el narcotráfico.
El funcionario sostuvo que la polémica cifra de más de 26 mil desaparecidos durante el sexenio de Felipe Calderón, se refiere en realidad a personas “no localizadas”, en muchos casos de gente huída de sus lugares de residencia por conflictos familiares o de otra índole. “No existía una base de datos de desaparecidos como tal. Muchos de los muertos de enfrentamientos entre los cárteles iban a la fosa común sin identificar”, afirmó Osorio.





