Apertura amplia a empresas extranjeras
Félix Fuentes Medina
De paso en Londres, en uno más de sus viajes por el mundo, el presidente Enrique Peña Nieto expresó su propósito de “romper el monopolio” del Estado mexicano en exploración y producción de petróleo y gas natural mediante la apertura a empresas privadas del país y extranjeras.
Según dijo el mandatario mexicano a la agencia informativa Bloomberg, Pemex carece de capacidad financiera para estar en cada frente de la generación de energía y, por ello, la “apertura amplia” sería en exploración de crudo offshore y en gas hasta los campos shale.
Por offshore se entiende: “en el mar, alejado de las costas”, pero offshoring es un término inglés relativo al desempeño de empresas fuera de su país con el fin de obtener menos costos de mano de obra y relativa presión de leyes laborales en otras naciones.
Shale gas es el “gas exquisito”, obtenido de una dura roca sedimentaria que para romperla se requiere de elevados volúmenes de agua dulce. Contadas empresas de Estados Unidos desarrollan esa técnica y en Inglaterra se le rechaza por sus peligrosas emisiones de dióxido de carbono. Incluso se le responsabiliza de causar dos temblores en ese país y otro en Arkansas, Estados Unidos.
A esos peligros darán lugar los consorcios internacionales que lleguen, principalmente al Golfo de México, a localizar y explotar los hidrocarburos que, como dijo el presidente Peña, Pemex ya no puede hacer por falta de recursos.
Es muy sabido que gran parte de los dineros de la paraestatal sirven para cubrir los cuantiosos déficit presupuestales del gobierno federal. Además proyecta un gasto de 25 mil millones de dólares al año para la compra, entre otras cosas, de astilleros en desuso de Vigo, España.
En su entrevista al medio británico, manifestó Peña Nieto que a principios de septiembre próximo enviará al Congreso de la Unión su iniciativa energética, la cual contemplará modificaciones a la Constitución y así dar lugar al ingreso del capital extranjero en la extracción de petróleo y gas.
El presidente Peña expresó su confianza en que la reforma energética, principal propósito de su gobierno, sea aprobada a fin de año, una vez logrado el acuerdo respectivo en el Pacto por México.
De nuevo queda a la vista el empeño presidencial por mantener dicho Pacto, por encima de las acciones chantajistas de los líderes del PAN y el PRD, Gustavo Madero y Jesús Zambrano, respectivamente. Ambos van a pedir las perlas de la virgen a la hora en que sean requeridos los votos de sus fracciones parlamentarias.
Está por verse, sin embargo, si Madero va a sobrevivir de aquí a diciembre próximo al frente de ese partido de derecha que se cae a pedazos por las raterías de varios de sus miembros y el empeño de Felipe Calderón por apoderarse del mismo para sus fines aviesos.
La avidez de Calderón es ilimitada. Tanto, que envió a su esposa, Margarita Zavala, a Baja California para buscar apoyos en favor de un tal Kiko, que no sabe si es de derecha o izquierda, pues lo apoyan el PAN y el PRD. También participa en esa alianza Jorge Hank Rhon, quien en Baja California ha fincado el imperio de las apuestas y negocios peores.
Lo mencionamos porque todo esto se relaciona con el Pacto por México, del cual podría depender el futuro del petróleo, según lo dicho en Inglaterra por el presidente Peña Nieto.