A 60 años de distancia

Yazmín Alessandrini

Hacer periodismo en México no es nada fácil.

Y que éste (periodismo) sea político (no politiquero, como el que hacen muchos), es todavía más complejo.

Pero que te lo reconozca la Lotería Nacional emitiendo un billete conmemorativo para un sorteo mayor, a manera de homenaje por 60 años de labor profesional ininterrumpida, objetiva y sin más compromisos que con la verdad… bueno, eso simplemente no tiene comparación.

Por eso, ser parte de esta gran familia periodística que hace seis décadas surgió de la visión de un hombre de condiciones natas para este quehacer profesional, como lo fue don José Pagés Llergo (1910-1989), y cuya batuta ha sido abrazada y sostenida por una mujer como Beatriz Pagés Rebollar, su hija, atingente y apasionada periodista quien a lo largo de 25 años ha sabido aglutinar en torno suyo a un espectacular equipo de incansables colaboradores (entre los que me cuento orgullosamente), es un orgullo que podemos presumir muy pocos. En serio.

Las palabras de María Esther Scherman Leaño, directora general de la Lotería Nacional para la Asistencia Pública son, por mucho, además del billete del sorteo 3456 que ya por sí solo representa todo un homenaje, todo un cumplido para aquéllos que hemos encontrado cobijo en esta honorable casa editorial durante seis décadas para ejercer nuestra pasión profesional: “Hoy, después de 60 años Siempre! permanece en su lugar de faro, como lección y estímulo de lo que debe ser el verdadero periodismo”.

Y ésta, la revista Siempre!, desde sus inicios, ha sido una muy sui géneris trinchera para que todos aquéllos con la inquietud por el análisis político a través del editorialismo hayamos tenido cabida más allá de nuestras ideologías, tendencias y estilos. Por eso, la amalgama de personalidades que se dieron cita a la ceremonia de la emisión de nuestro billete conmemorativo bien representa la diversidad de las plumas que aquí convergemos y coexistimos:

El presidente del Comité Ejecutivo Nacional del PRI, César Camacho Quiroz; Diego Fernández de Cevallos, prominente político emanado del verdadero panismo; el senador perredista Miguel Barbosa Huerta y el empresario Olegario Vázquez Raña, entre otros muchos más, se apersonaron no sólo para hacer acto de presencia y reconocer el esfuerzo de nuestra directora general Beatriz Pagés Rebollar por mantener vivo el sueño de nuestro fundador. Estar ahí, para ellos y para nosotros, es síntoma inequívoco (y tangible) de que Siempre! posee una indiscutible rectoría moral desde que su primer ejemplar fue puesto en circulación y que en el ejercicio del periodismo es un real modelo de verticalidad ética, lo que convierte a esta revista en un parteaguas del nuevo periodismo.

Obviamente, en esta gesta Beatriz Pagés no está sola. A su lado cuenta con verdaderos profesionales, apasionados, entregados en cuerpo y alma para que este ejemplar esfuerzo periodístico semanal sea posible. Nombres son muchos, desde la redacción, hasta los talleres de impresión, pasando por el área administrativa. Sin embargo, personas como Mauricio Díaz, Irma Ortiz y Enrique Montes son, por mucho, nuestros verdaderos mariscales de campo, Espartacos periodísticos que 52 veces al año nos conducen a la victoria.

La libertad de expresión es una garantía que todos y cada uno de los mexicanos tenemos consagrada en nuestra Constitución. Sin embargo, al momento de ejercerla, cuando se trata de plasmarla (en este caso en papel), muchos son aquéllos los que, en un afán por llegar y establecerse en su llamada zona de confort, hacen concesiones con la parcialidad, el favoritismo y la autocensura. Aquí, en Siempre!, cada semana estamos comprometidos con la libertad de expresión porque tenemos una mística y un destino, como lo señaló nuestra directora general Beatriz Pagés:

“(Aquí, en Siempre!) hemos hecho un periodismo donde a veces con sangre y donde a veces con lágrimas, a veces con sed y a veces con hambre, se escribe con las plumas aladas del águila republicana.”

Para muchos, esos 3.6 millones de cachitos del sorteo que se celebró el martes pasado bien pueden representar una especie de souvenir (gracias a la pasión de algunos coleccionistas pasarán a la posteridad celosamente guardados en llamativos álbumes); para unos cuantos afortunados, para los ganadores, este billete a estas horas ya se convirtió en un motivo de alegría. Para nosotros, para los que colaboraron en el pasado, para los que colaboramos en el presente y para aquellas generaciones futuras de periodistas analíticos que aquí encontrarán las puertas abiertas para desarrollar sus inquietudes profesionales, este pedacito de papel tiene un enorme significado: quiere decir que, gracias a una institución tan sensible de cara a la opinión pública como lo es la Lotería Nacional, ya pertenecemos a la historia popular de nuestro país.

Siempre! inauguró la pluralidad periodística cuando lo políticamente correcto era el verticalismo informativo —Pagés Rebollar dixit—. Desde su nacimiento, Siempre! asumió los valores más avanzados de la democracia y los valores de la república. Somos una publicación única en su género porque creemos en lo que ya nadie cree y defendemos lo que a pocos o casi a nadie le interesa seguir defendiendo: ¡México!

Y pensar que todo comenzó con aquella fotografía del matrimonio Girón Alemán y la bailarina Simone Claris en el centro nocturno Carrolls de París…

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