Cada año, desde hace 60, en cada número de aniversario, aparece en las primeras páginas de la revista Siempre! una plana con las fotografías de sus fundadores. Al lado hay un texto que dice así: “Lector: aquí aparecen los rostros de un grupo de mexicanos que en un momento del destino escribieron una de las páginas más bellas, más viriles, más conmovedoras de nuestra historia. Su conducta encierra, por sí sola, la más alta lección de ética y moral que pueda dictar un hombre en defensa de la dignidad. Es que queremos recordar, gritar, perpetuar —el nacimiento de Siempre!— como uno de los momentos estelares de la libertad de prensa”. Firma: José Pagés Llergo.
Estas líneas resumen la línea editorial más vanguardista del periodismo mexicano en el siglo XX. Siempre! no sólo defendió, sino que ejerció la libertad de expresión cuando pocos se atrevían a ejercerla. Siempre! inauguró la pluralidad periodística cuando lo políticamente correcto era el verticalismo informativo. Siempre! asumió —desde su nacimiento— los principios más avanzados de la democracia y los valores de la república. Siempre! ha sido, y es una publicación singular, única en su género. Cree en lo que ya nadie cree. Defiende lo que a pocos o a casi nadie le interesa defender. Sueña con lo que ya nadie sueña: con México. Simplemente… con México.
Sus páginas han dado testimonio puntual del México posrevolucionario. Se nutrió con las plumas más brillantes de la República Española, del sindicalismo, la izquierda y la derecha más pensantes, de las revoluciones latinoamericanas y la generación intelectual que protagonizó el movimiento estudiantil del 68.
Hoy se enriquece con lo más destacado del análisis político nacional e internacional, pero también y sobre todo, con la lealtad de sus colaboradores, redactores, reporteros, diseñadores, caricaturistas. Compañeros en una dura travesía y cuya solidaridad ha sido determinante para llegar a puerto, aun y cuando hay semanas en que la tormenta parece ser perfecta.
Quienes formamos parte de la revista Siempre! estamos conscientes de lo que significa el poder imperial de los medios electrónicos. Hemos sido testigos y víctimas de cómo la mercadotecnia discrimina el periodismo de fondo, pensante y comprometido. Observamos cómo periódicos y semanarios han tenido que deformar, alterar, prostituir sus contenidos para ser considerados por las agencias de publicidad.
Pero lo que no podemos aceptar, ni entender, ni comprender, es que los gobiernos, todos, de todos los signos, formen parte de ese cortejo fúnebre que pasea sobre sus hombros el ataúd de la letra impresa.
No lo entendemos porque si la lucha nacional es por una educación de calidad, si la lucha es por tener un mexicano civilizado y corresponsable, si la meta es llegar a ser una potencia emergente, entonces, en la formación de una sociedad con un índice intelectual menos vergonzante, en la construcción de una ciudadanía más participativa y pujante, enterada e informada, la prensa comprometida tiene —como en todas las revoluciones— un papel que cumplir.
La prensa histórica nace para apoyar una democracia u oponerse a una dictadura. Siempre! es —como lo dice su lema— “Presencia de México”; sus editoriales y artículos son el espejo crítico del país, pero también la ventana por donde puede otearse un horizonte iluminado y grandioso. No vivimos de la industria de la catástrofe, ni vivimos del negocio de la calumnia o la difamación.
No sé si en estos tiempos eso sea un error. Sin embargo, tenemos claro cuál es nuestra mística y nuestro destino: un periodismo donde, a veces con sangre y otras con lágrimas, a veces con sed y otras con hambre, se escribe con las plumas aladas del águila republicana.
* Discurso pronunciado por la directora del semanario, la periodista Beatriz Pagés, con motivo del 60 aniversario de la fundación de la revista Siempre! en la Lotería Nacional, el 25 de junio de 2013.