Colocarse en el eje de nuestra actuación política

Miguel Barbosa Huerta

 Desde la izquierda, el PRD debe proponer reformas que permitan fortalecer a la clase media en materia de oportunidades, derechos y libertades, porque el fortalecimiento de este sector debe ser una de las metas principales de un proyecto de transformación nacional. Acabar con la polarización social, terminar con los abismos que separan los extremos de la sociedad y lograr una mejor distribución del ingreso. En suma, robustecer a los sectores medios debe colocarse en el eje de nuestra actuación política.

¿En qué parte del camino estamos? ¿Qué tan distante nos encontramos de lograr este propósito?

Según datos del INEGI, en el transcurso de una década, la clase media aumentó cuatro puntos porcentuales.  En 2000, el 38.4% de los hogares era de clase media, en los cuales vivía el 35.2% de la población. En 2010, este sector de la población representa el 42.4% de los hogares y el 32.2% de la población nacional.

A primera vista, los sectores medios representan un porcentaje importante de la población, pero cuando se lee con más detalle salta a la vista la polarización. Dos datos son contundentes, la clase alta mexicana representa en 2.5% de los hogares, que equivale al  1.7% de la población. Mientras que la clase baja constituye en 55.8% de los hogares y representa el 59.13% de la población.

Por más que las cifras oficiales traten de ubicar a México como un país de clase media, la realidad salta a la vista: más de la mitad de la población vive en condiciones de pobreza y sólo un reducido, muy reducido, porcentaje de la población percibe altos ingresos.

En medio de esos dos polos, de esos dos mundos diametralmente opuestos, se encuentran los sectores medios. Desde el Poder Legislativo se deben realizar las reformas para fortalecer la clase media económica y culturalmente. En  primer lugar en dos aspectos: educación y trabajo. La reforma constitucional en materia educativa y la reforma legal en esta materia, que se discutirá en un próximo periodo extraordinario, debe servir para mejorar sustancialmente la calidad educativa y con esto, disminuir la brecha entre sectores sociales.

Los paquetes económicos que cada año aprueba el Congreso, la llamada reforma hacendaria y cualquier reforma en  materia económica, deben tener como propósito generar fuentes de empleo que permitan mejorar la calidad de vida de millones de familias. De poco serviría el acceso a satisfactores a partir del otorgamiento de crédito para televisiones, teléfonos móviles, si no se eleva el niveles educativos y culturales y no se tiene acceso a las nuevas tecnologías, principalmente Internet.

Una sociedad de clases medias no sólo pasa por lograr el acceso a satisfactores materiales, también tiene que ver con el ejercicio de derechos y libertades. Si la clase media se fortalece, también tendremos una democracia más fuerte y consolidada, porque la decisión de la ciudadanía no estará sujeta a controles corporativos que se basan en la pobreza y las necesidades de sobrevivencia de las personas y las familias.