D.F. por Siempre!
Charlatanería y antipatriotismo de Fox
Más vale a un hombre tener la boca cerrada
y que los demás lo crean tonto, que abrirla
y que los demás se convenzan de que lo es.
Anónimo castellano
José Alfonso Suárez del Real y Aguilera
En abierto contraste con la seriedad con la que los órganos de gobierno del Distrito Federal abordan el tema de la despenalización del consumo de la mariguana, el locuaz expresidente Vicente Fox viene protagonizando una agresiva campaña a favor de la comercialización del narcótico en el marco de actividades como el Simposium sobre su legalización organizado por el centro de estudios que se construyó en la heredad de sus padres, con recursos cuyo origen nunca ha quedado del todo esclarecido.
Mientras que en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal se han llevado a cabo diversos foros y mesas de debate en las que se han presentado análisis, reflexiones y propuestas cuya seriedad han generado el reconocimiento internacional, en el Rancho San Cristóbal el debate —de más de nueve horas— se ha visto opacado por las ocurrencias y la irreverencia de un exmandatario que es paradigma de la irreflexión e irrelevancia discursiva, política y administrativa.
El prolegómeno a la cauda de sandeces expresadas por el hombre de las botas lo encontramos en las declaraciones vertidas durante la entrevista que le realizó Fernando del Collado en su programa televisivo Tragaluz, donde sin empacho alguno el guanajuatense se autocalificó como el mejor presidente de México, afirmando que supera a quien el pueblo mexicano ha considerado como el mejor mandatario a lo largo de la historia, don Benito Juárez García.
Tal insensatez del primer presidente emanado de las filas de la reacción provocó el justificado reclamo social, cuyo culmen fue la declaratoria de persona non grata emitida por unanimidad por los integrantes del Cabildo de San Pablo Guelatao, Oaxaca —lugar de nacimiento del Benemérito de las Américas—, condena que no amilanó la absurda estrategia mediática del cónyuge de Martha Sahagún, consistente en atraerse los reflectores para promocionar su incongruente agenda político-comercial.
El interés amarillista desatado por los dislates e insultos al prócer oaxaqueño por parte de Fox —a quien Andrés Manuel López Obrador atinadamente calificó de Chachalaca— nutrió morbosas notas periodísticas que puntualmente acreditan la insensatez del promotor de la comercialización de la mariguana, congruente actitud de quien antes de ser gobernador de Guanajuato y presidente de México se ganó la vida vendiendo Coca Cola, adictiva bebida cuya base de elaboración es la planta de coca, tan perseguida y anatemizada por el gobierno del mayor de sus consumidores, es decir el mercado estadounidense.
La elocuente charlatanería y el antipatriotismo del expresidente Fox dan puntualmente vigencia al antiguo refrán castellano que exhorta a los hombres a tener la boca cerrada, y a no abrirla para que los demás no se convenzan de su estulticia.