A partir de células madre
René Anaya
Aunque los órganos creados por la ingeniería genética no estarán pronto disponibles para pacientes que requieran de trasplantes, como Fausto Vallejo, gobernador de Michoacán, quien en días pasados recibió un trasplante de hígado, el reciente avance médico en la creación de órganos humanos, abre nuevas posibilidades para la curación de muchas enfermedades en las próximas décadas.
Estrictamente, no ha sido posible todavía crear un órgano humano completo, pero investigadores japoneses han podido crear uno funcional, a partir de células madre pluripotenciales (iPS, por sus siglas en inglés). Se trata de una colección de células hepáticas que realizan algunas de las funciones del hígado.
Cómo crear un órgano sano
Ante la escasez de donadores de órganos y, sobre todo, ante el grave riesgo de que el trasplante sea rechazado por el propio organismo, los científicos han enfocado sus esfuerzos a lograr la formación de órganos a partir de las células del propio paciente.
Hasta hace poco, los trabajos experimentales solamente habían podido crear tejidos celulares especializados de corazón, vejiga y riñón. Esos tejidos crecían sobre moldes parecidos a esos órganos, eran moldes forrados de células. Cuando se intentaba que el tejido siguiera creciendo, el andamiaje sobre el que se iba construyendo no soportaba las células y estas caían y morían.
Pero ahora ya se ha logrado crear tejidos funcionales de hígado, como si fueran pequeños brotes, según informó un equipo de científicos de la Universidad de la Ciudad de Yokohama, durante la reunión anual de la Sociedad Internacional de Investigación en Células Madre, que se celebró a fines de junio en Yokohama, Japón.
Takanori Takebe, al frente del equipo de científicos, explicó: “hemos logrado generar precursores hepáticos humanos ─que hemos llamado brotes de hígado─ a partir de células iPS humanas. Lo que hemos hecho es mezclar los tres tipos de células, incluyendo las células progenitoras hepáticas iPS derivadas de humanos y hemos visto que se autoorganizan para formar un brote de hígado en tres dimensiones, se trata de un hígado rudimentario”.
Ese hígado fue creado a partir del cultivo de las células madre pluripotenciales del estroma del hígado (su tejido de sostén), células madre de la médula ósea de un donante y células de la pared venosa del cordón umbilical. Esta mezcla o coctel celular a los pocos días comenzó a estructurarse como un tejido en tres dimensiones y vascularizado (con circulación sanguínea).
La colección de células resultante es considerada por los autores de la investigación como “un órgano humano tridimensional vascularizado”, el cual trasplantaron al cráneo de un ratón para observar si el órgano podía seguir creciendo, como sí lo hizo y continuó vascularizándose, procedieron a trasplantarlo en dos sitios del cuerpo del ratón para observar su comportamiento: en la membrana del peritoneo y por encima del riñón.
Un hígado a pedido
El órgano trasplantado fue capaz de metabolizar medicamentos de forma correcta (la mayoría de las medicinas se procesan en el hígado); además, un ratón al que le habían causado una insuficiencia hepática mejoró su supervivencia, lo cual demostró que ese brote hepático funcionaba adecuadamente.
Los investigadores quería corroborar si el órgano rudimentario procedía de las células madre pluripotenciales del estroma, por lo que estudiaron la producción de sustancias que únicamente se producen en el organismo humano. Encontraron que, efectivamente, se producía albúmina humana y también se comprobó que el brote era capaz de metabolizar determinadas sustancias que únicamente puede hacerlo el hígado humano.
Posteriormente, se observó durante seis meses a los ratones trasplantados para determinar si no había signos del desarrollo de un tumor, ya que este es el principal riesgo del uso de células madre pluripotenciales. Según los investigadores, no se han presentado tumores, por lo que el método parece seguro, pero habrá que perfeccionarlo antes de intentar trasplantarlo en seres humanos.
Entre tanto, expertos en trasplantes consideran que estos brotes hepáticos podrían emplearse para probar nuevos medicamentos, de esta manera sería más segura la aplicación clínica de las nuevas medicinas, pues se tendría un mayor margen de seguridad de su falta de toxicidad o se descartarían sustancias que resultaran potencialmente dañinas al hígado. Asimismo, se ha planteado que estos brotes hepáticos podrían utilizarse en pacientes con insuficiencia hepática, de una manera provisional, hasta que se les trasplantara un órgano.
Takebe y colaboradores han señalado que en un plazo de diez años probablemente se podrán iniciar los trasplantes en humanos, ya que antes se deberá generar el sistema biliar. Por lo pronto, este método abre nuevos caminos para la reparación o sustitución de órganos enfermos.
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