Homicidios y amenazas en los comicios
Félix Fuentes Medina
A diferencia de las elecciones federales del 1 de julio de 2012, transcurridas sin incidentes mayores, las de este domingo están marcadas por temor a homicidios, secuestros y amenazas de la delincuencia. En un año se disparó la inseguridad en el ámbito político.
Candidatos de todos los partidos han sido víctimas de atentados mortales o sus domicilios fueron tiroteados en al menos ocho de las catorce entidades donde hoy serán elegidos un gobernador, 441 diputados locales y 931 alcaldías.
Pese a los llamados a la cordura de dirigentes de los partidos políticos y el señalamiento del priista César Camacho de que los actuales sucesos no son motivo de intimidación, el electorado no está confiado y teme conflictos en la jornada de hoy.
Esta vez, no se acusan los partidos entre sí de crímenes y amenazas. En algunos casos puede tratarse de rencillas políticas, pero en los más es advertida la presencia del crimen organizado y el común.
Mafias de las drogas están posesionadas de importantes regiones de la república y pretenden imponer en determinadas alcaldías a gente de su confianza y calaña. Eliminan a quienes pueden llegar a limitar sus cotos de poder o los amenazan de muerte. Es el signo en los estados de Tamaulipas, Coahuila, Chihuahua, Durango, Sinaloa, Oaxaca y Quintana Roo, entre otros.
A las autoridades federales y locales les ha sido imposible identificar y detener a los criminales de sucesos ocurridos en las semanas recientes, lo cual supone que se trata de mafias del narcotráfico.
Del 13 de junio a estos días han destacado estos hechos: el candidato del PRI a la alcaldía de Guadalupe y Calvo, Chihuahua, Jaime Orozco Madrigal, fue muerto a tiros. El presidente del Consejo Estatal del PRD en Oaxaca, Nicolás Estrada Medina, fue secuestrado y asesinado.
Francisco Navarro Montenegro, exdiputado federal y local fue ultimado en Saltillo, Coahuila. En Culiacán, Sinaloa, fue hallado muerto Jesús Antonio Loaiza, sobrino del candidato de la coalición PRI-PVEM-Panal.
Rosalía Palma López, aspirante a legisladora en Oaxaca, fue tiroteada. Salvó la vida, pero su esposo y una sobrina suya fueron murtos en el ataque.
José Reyes Zamudio, candidato del Movimiento Ciudadano a la alcaldía de San Dimas, Durango, fue levantado de un sepelio y horas después apareció sin vida.
Debido a otros sucesos relacionados con los comicios estatales, contingentes del Ejército y agentes federales se encuentran en situación de alerta, ante la posibilidad de que el hampa cometa otros atentados. Así ingresa México en la era en que la delincuencia pretende imponer a autoridades locales, presidentes municipales en primer término.
Gustavo Madero, líder del PAN, dijo que en algunos municipios, al menos diez, se abstuvo de postular candidatos por el temor a acciones de los delincuentes. De por sí preocupa a los panistas otra derrota general y seguir en el tercer lugar de las preferencias electorales. Por ello se unen a la fracturada izquierda, con la idea de sufrir menos descalabros.
Josefina Vázquez Mota aprovechó este proceso para reaparecer y amortiguar el desbarajuste de su partido. Para las fotografías posó entre el perredista Jesús Ortega y el albiazul Santiago Creel. Así pisotean la ideología de sus partidos, si alguna vez la tuvieron. Desvergüenza absoluta.