EN LA LÍNEA
El “chantajismo” en su apogeo
Félix Fuentes Medina
La pareja del agua y el aceite, Gustavo Madero y Jesús Zambrano, líderes del PAN y PRD respectivamente, van en el camino de Vicente Fox, de mentir y elucubrar. Ahora se creen copropietarios del Pacto por México y señalan condiciones para secundar las reformas promovidas por el gobierno priista del presidente Enrique Peña Nieto.
Declarado el triunfo de Baja California a favor de la alianza de la derecha y lo que queda de la izquierda, merced a los favores recibidos para no realizar un riguroso conteo de votos, Madero y Zambrano demandan en su agradecimiento simulado la aprobación de las reformas priistas.
En un pliego de cinco puntos, empiezan los aliancistas por exigir el cumplimiento del adéndum, aprobado en el seno del Pacto y el cual señala a los gobernadores apartarse de procesos electorales.
Eso no va a suceder jamás y Madero y su adherente del PRD fingen ignorancia sobre las trapacerías —término favorito de ambos— realizadas por el mandatario de Baja California, Guadalupe Osuna Millán, como fueron los gastos excesivos de campaña y la contratación de una empresa que por momentos suspendió el conteo de votos.
La orden Gobernación, de no abrir determinados paquetes para confrontar boletas y actas, dejó en duda la veracidad de los comicios de Baja California y eso tiene felices a los aliancistas, quienes para congratularse prometen su permanencia en el Pacto.
En su descaro plantean la aprobación de las leyes secundarias sobre educación, telecomunicaciones y competencia económica, todas derivadas de iniciativas del partido tricolor.
Más aún, Madero y Zambrano exigen acuerdos para las reformas energética y hacendaria. Hasta Vicente Fox, disparatado y mentiroso como es, sabe que ambos propósitos constituyen el eje principal del gobierno de Peña Nieto, quien se esmera por sacarlos adelante, en este año.
Es capaz Zambrano de arrogarse la autoría de dichas iniciativas, si entre sus alocuciones afirma que el Pacto por México no corresponde a Peña Nieto sino a él y a quienes intervinieron en su conformación. “No vamos a oponernos a lo que hicimos”, ha dicho, orondo.
La nueva relación del régimen peñista apuntala de pronto a Madero y a Zambrano en sus partidos, pues ambos llevan meses en constante bamboleo, entre otros motivos por formar parte del controvertido Pacto sin haber consultado a sus militantes.
En la actual situación, los priistas pasan a un segundo plano, si las preferencias están inclinadas hacia los aliancistas Madero y Zambrano. Éstos gritan, exigen investigaciones a gobernadores, plantean cuanto deba hacerse y manifiestan constantes amenazas de abandonar al Pacto. El chantajismo en su apogeo.
Después de lo sucedido en Baja California, al líder priista César Camacho se le advierte desconcertado. En el PRI no se acostumbra adelantar triunfos y menos asestar madruguetes. El mexiquense hubo de soportar las críticas, sin decir que una encuestadora hizo mal sus cálculos y ello dio lugar al pronunciamiento a favor del priista, Fernando Castro Trenti.
Con desgano, César Camacho propuso acuerdos con los otros partidos, los cuales no tienen sentido, vista la prepotencia de los aliancistas. Me decía un priista: “Falta que nos declaren la sana distancia, como lo hizo Ernesto Zedillo, en su entrega del poder al panismo”.