BALLESTA
Recomposición de las relaciones
Mireille Roccatti
La recomposición de las relaciones exteriores de nuestro país es una de las prioridades del nuevo régimen de la alternancia del presidente Enrique Peña Nieto; esta acción de recuperación de la dignidad y prestigio de nuestra diplomacia se apreció con nitidez con la instalación del Consejo Estratégico Franco-Mexicano con personalidades de ambas naciones del ámbito de la política, los negocios y la cultura.
Los primeros franceses que llegaron a México arribaron desde la época colonial, primero como misioneros de las diversas órdenes religiosas, posteriormente como gobernantes, incluso virreyes, recién llegados los borbones de la rama francesa al trono español. Luego se prohibió la entrada de extranjeros a las colonias españolas y se acuñó el término “gabacho” para ellos y especialmente para los franceses.
Existe, asimismo, una rocambolesca historia de un botánico francés que de incógnito recorre la Nueva España, para robar el secreto de la cochinilla para el tinte rojo color cardenal, altamente apreciado en Europa.
Así, es posible afirmar que la relación entre ambos pueblos viene de siglos. En 1821, Francia es de las pocas naciones que reconoce la Independencia de México y establece una embajada. Es también poco conocido que la presencia de corrientes migratorias francesas se inicia después de las guerras napoleónicas y se establecen en diversas partes de la geografía nacional, como Campeche, Guanajuato, Jalisco, Michoacán, Sinaloa, Aguascalientes, Zacatecas, Tamaulipas, San Luis Potosí, Puebla y Veracruz.
Mención especial merece la corriente Barcelonette o los barcelonetes como son conocidos popularmente, los franceses originarios de los Alpes de Haute Provence, cerca de la frontera italo-suiza con Francia, sus pobladores trabajan la lana desde tiempos inmemoriales y recorrían los caminos de Europa vendiendo sus telas, y así llegaron a América y especialmente a nuestro país, donde se asentaron, desde 1833 por lo menos, construyeron fabricas de telares y luego tiendas, además de recorrer todos los caminos de México, vendiendo telas y ropa.
Entre los negocios más populares establecidos por barcelonettes, están el Palacio de Hierro, Liverpool, Francia Marítima, el Puerto de Marsella, Almacenes Francia y diversas fábricas de textiles en Puebla, Veracruz y la ciudad de México.
Hoy los barcelonetes están totalmente integrados y son mexicanos ejemplares que dividen su corazón entre Francia y México, sin olvidar sus raíces y manteniendo sus costumbres, aman a México la patria donde nacieron, son laboriosos y pilares de sus comunidades. Al viajar a Barcelonette, quienes lo visitan se sorprenden al encontrar que su calle principal lleva el nombre de Porfirio Díaz, y el peso mexicano circula libremente y aún se puede comprar con esa moneda.
La Intervención Francesa de los años sesentas del siglo XIX y la posterior guerra civil que enfrentó a republicanos y a monárquicos mexicanos que apoyaron al emperador Maximiliano es, quizás, uno de los episodios históricos más conocidos, especialmente la batalla de Puebla donde el ejército republicano liberal juarista venció al francés entonces considerado el mejor ejercito del mundo.
Pocos recuerdan que en su avance por controlar el territorio mexicano, el ejército francés llegó hasta Chihuahua capital y se dirigió a Paso del Norte, hoy Ciudad Juárez, donde se encontraba el Benemérito y era el último refugio de la República itinerante.
En el curso de la invasión, mexicanos y franceses escribieron entre páginas de barbarie una singular de heroísmo militar que todavía hermana a nuestros pueblos y ejércitos: la batalla de Camarón en el estado de Veracruz, donde la valentía de los soldados franceses encontró como respuesta la serenidad y entereza de un adversario digno que perdonó la vida a los sobrevivientes y un médico mexicano, coronel del ejército republicano, atendió por igual a los heridos de ambos bandos, lo que constituye un precedente de derecho humanitario.
Ahora superado el desencuentro personal de los anteriores presidentes, México y Francia construyen conjuntamente una nueva era de relaciones entre sus gobiernos, por que los lazos de amistad entre nuestros pueblos son indisolubles y jamás estuvieron en peligro. ¡Viva México! y vive la France!