CAFÉ POLÍTICO

 

Era predecible

Para el logro del triunfo siempre ha sido

indispensable pasar por la senda de los sacrificios.

Simón Bolívar

 

José Fonseca

Nadie, ni siquiera el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, puede sorprenderse de la irrupción de la sección 22 del magisterio oaxaqueño a la cabeza de las protestas de la CNTE por la reforma educativa.

Era predecible que la sección 22, con sus tácticas violentas, su férreo control sobre la mayoría de los 70 mil maestros de Oaxaca, y a disposición suya el control de la dependencia educativa de la entidad, con todos sus recursos, no cedería fácilmente a sacrificar no sus prestaciones laborales, sino las prebendas que facilitan el enriquecimiento de sus dirigentes.

También era predecible que algunas fuerzas de la izquierda vean la oportunidad de apoderarse del control de todos los profesores de la república.

Con franqueza que raya en cinismo, el dirigente Rubén Núñez advirtió que seguirán las manifestaciones: “Nuestra estrategia será de movilización, negociación, movilización”.

Buscan la represión violenta para así tener una bandera menos banal que su oposición a la reforma educativa.

El problema que no sabemos si fue previsto es que en dos semanas se pondrá en marcha la otra protesta, la encabezada por Andrés Manuel López Obrador contra la reforma energética.

Ésta puede ser tan virulenta como la de la CNTE, pues si hay violencia siempre podrá atribuirse a infiltrados. Suponemos que serán un problema las movilizaciones de López Obrador porque se les unirán los profesores, a quienes el excandidato presidencial ya empezó a respaldar y justificar.

Se equivocan quienes suponen que a López Obrador y a la CNTE les importa la popularidad. A López Obrador no le interesa, porque ha conseguido agrupar a un conjunto de personalidades que han convertido la figura del tabasqueño en un auténtico culto a la personalidad. A la Coordinadora porque, como dijo su dirigente, “no nos importa afectar a los ciudadanos, pues así es como forzamos a las autoridades a negociar”.

Contra lo que piensan las opiniones ilustrada e informada y no pocos voceros empresariales, a los ciudadanos les importa el hoy y el mañana, la posibilidad de sobrevivir la quincena sin endeudarse y con un pequeño remanente.

El problema es que atender el corto plazo compromete, a la luz de la ortodoxia prevaleciente, la imagen internacional de una macroeconomía estable.

jfonseca@cafepolitico.com