Entrevista a Francisco Abundis/Director de Parametría
Nora Rodríguez Aceves
El que el PRD haya propuesto la Consulta Nacional Ciudadana “es probable que pudiera tener algún sesgo —en los resultados— pero finalmente es pública, es abierta a todos, ese sesgo sería más claro si el PRD tuviera un padrón y solamente votaran perredistas, por ejemplo, que no es el caso; se abre a toda la población, pero ciertamente la mayor promoción y la convocatoria, obviamente, es para perredistas y sí, eso ya tiene un sesgo, y sabiendo ya la condición ideológica o la posición de este partido sobre esta propuesta de reforma energética sí va a crear un sesgo. En términos teóricos no porque está abierta para todos, pero en términos de convocatoria sí, porque en realidad son los perredistas los que tienen mayor motivación para ir a participar”, afirma Francisco Abundis, director de Parametría.
Como se recordará, el pasado 15 de agosto, Alianza Cívica y el Consejo Nacional Ciudadano dieron a conocer la boleta con las preguntas que se someterán a la opinión pública los días 25 de agosto y 1 de septiembre en el marco de la consulta ciudadana sobre las reformas fiscal y energética.
En este sentido, el especialista en estudios de opinión pública expresa a Siempre! que la consulta “es un mecanismo interesante, de hecho ya lo señaló el propio PRD, ya es un instrumento que existe en la Constitución aunque de otra manera, como referéndum, pero al tomar la iniciativa el PRD y hacerlo con Alianza Cívica puede generar algunos indicadores de cómo están las actitudes de la población en el tema; hasta ahí el ejercicio lo veo bien.
”El problema que estoy viendo es en la parte más bien técnica, porque las preguntas no se circunscriben estrictamente a lo que es la reforma energética. Las tres primeras tienen que ver más con actitudes u opiniones sobre cuestiones fiscales, lo cual le da a esto ya de entrada un encuadre negativo en términos de lo que se podría esperar de la respuesta de la ciudadanía.
Connotaciones negativas
”Si revisamos las preguntas, las tres primeras tienen que ver con la voluntad o el deseo de pagar más o menos impuestos; por ejemplo, en IVA, y preguntarle a la gente si quiere pagar más impuestos, ya las respuestas las podemos ir adelantando y sabemos que entre 80 y 85 por ciento está en contra y eso lo tenemos medido de distintas manera; pero las cuestiones fiscales es algo que la mayor parte de los que estamos en temas de opinión pública consideramos que no se someten a la opinión pública; de hecho, el término debiera ser contribuciones, pero es tan negativa la connotación que tienen las contribuciones fiscales que las conocemos más bien como impuestos y éstos, obviamente, no tienen que ver con la cuestión voluntaria, entonces poner las tres primeras preguntas con la cuestión fiscal ya genera una atmósfera o un encuadre negativo para las siguientes respuestas.
”Luego ya vienen las preguntas respecto a la cuestión energética —y esta crítica aplicaría también a las preguntas que se hacen sobre cuestiones fiscales—; es una técnica básica que puede observarse o puede consultarse prácticamente en cualquier libro de diseño de cuestionarios, que a una pregunta siempre se tienen que ofrecer las dos opciones, la opción de estar de acuerdo o estar en desacuerdo, o el sí o el no, o cualquiera que sea el fraseo de esta pregunta.
”Todas las preguntas que están planteadas en esta consulta van dirigidas en un solo sentido y eso va a crear un sesgo en la respuesta; de todo esto tal vez ésta es la parte que me llama más la atención porque, independientemente de la logística, de las casillas que puedan poner, del acceso que tenga la gente a esta consulta, ésas ya son cuestiones técnicas o logísticas que también tendrían su propia critica, pero en la más básica me sorprende que la redacción de preguntas no respete el sentido más básico de cualquier cuestionario y de cualquier consulta.
Por lo tanto, “primero hay un problema de encuadre, que empiecen con cuestiones fiscales; seguido hay una cuestión técnica de cómo se está haciendo la pregunta, y tal vez la tercera crítica vendría en esto que mencioné, que es uno de los preceptos o de los requisitos que hay en una consulta bien hecha, y de ahí que sean tan caras, es que haya tantos lugares donde pueda ir la gente y participar como en una elección.
”Las elecciones que tenemos en México están pensadas con ese diseño, la ley electoral dice que no puede estar a tanta distancia del elector, que tiene que estar en lugares públicos, y el número, y de ahí que el número de casillas que tenemos debe andar por las 144 mil; no recuerdo exactamente cuántos centros de votación tendrán, pero sin duda está muy lejos de ser el número que tiene una elección en este país, que sería lo que permitiría una representatividad o un ejercicio que cumpliera con todos los requisitos de una consulta, podríamos tal vez detallar otros temas, otros aspectos, pero a mí me parecer que con estos tres ya está muy cuestionada esta consulta.
Poco acceso para participar
De acuerdo con información proporcionada por Alianza Cívica, se instalarán cinco mil mesas receptoras en el territorio nacional, con mayor concentración en las ciudades densamente pobladas, de ahí que Francisco Abundis asegure que “habrá muy poca gente con acceso o muy poca gente con la posibilidad de participar, y eso ya le quita representatividad al instrumento; de ahí que entiendo que el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas o el propio presidente del PRD, Jesús Zambrano, estén proponiendo hacerlo hasta 2015, que es cuando se contaría con todas las casillas para poder hacer el ejercicio. La verdad es que Alianza Cívica se ha generado una reputación en estos ejercicios, sí sorprende un poquito que esté descuidando todos estos temas que estamos mencionando”.
En ese mismo tenor, Abundis señala las diferencias que hay entre las encuestas publicadas en diversos diarios nacionales, que manejan diferentes resultados, y la consulta ciudadana que tendrá lugar los domingos 25 de agosto y 1 de septiembre: “dado los números que tenemos en las mediciones, esa consulta es probable que se parezcan un poco, de hecho eso es interesante porque esta misma semana aparecieron tres mediciones distintas —dos telefónicas, la de Demotecnia y la de BGC, de Ulises Beltrán; y una en vivienda, la de El Universal; de entrada es mucho más validable la de El Universal”.
Además, con muy distintos resultados, “que importa explicar y otra vez vamos al tema de lo que en teoría de opinión pública se llama framing o encuadre; el ejemplo más claro puede ser la comparación de la encuesta de El Universal y la de BGC. El encuadre o la forma en que está planteada la pregunta sobre cómo vienen los cambios o la intención de los cambios: en esta reforma enfatizan el tema de la modernización y no tanto el de la ampliación del capital privado, que ya en el término hay alguna connotación que se interpreta como privatización, y de ahí que los resultados sean prácticamente los inversos”.
Una primera diferencia se explicaría “porque no es comparable una encuesta telefónica a una de vivienda; la telefónica está excluyendo a la mitad de la ciudadanía que no tiene teléfono y que naturalmente tiene un sesgo a mayores ingresos y a una población más urbana; ésta ya sería una diferencia, pero no bastaría tal vez para explicar que los resultados sean prácticamente porcentajes invertidos. La explicación viene más bien nuevamente porque una enfatiza el término modernización, y otra el tema más delicado que es el mecanismo; es decir, una enfatiza el resultado, que es modernizar la industria, y otra enfatiza el procedimiento, que es ampliar la participación del capital privado; y de ahí la diferencia en el resultado.
¿Modernizar o privatizar?
”Sí tenemos claro que al elector o al ciudadano se le dice que se va a modernizar cualquier cosa, no la industria eléctrica, podemos hablar de cualquier industria o cualquier institución, hay una connotación positiva en el término; si enfatizamos el término privatizar o privado, hay una connotación negativa en el término, no importa cuál sea la discusión de la que estemos hablando, si son minas o si es industria eléctrica, ahí lo que se está evaluando es más bien el término más allá de la industria.
Por lo tanto, hay que tener mucho, mucho cuidado al plantear nuestras preguntas, “y de ahí que también esta consulta, pues ya podemos también medio prever los resultados; la consulta del PRD que está previniendo nuevamente el procedimiento y no el resultado.
Por ello, “precisamente como no es conducente más bien va a servir para una cuestión argumentativa, pero los resultados de esa consulta, dadas las preguntas, dada la ubicación de las mesas para participar o, nuevamente, el encuadre que se le está dando en términos fiscales, yo creo que ya podemos más o menos prever los resultados.
Sin embargo, para el director de Parametría, la importancia de la consulta “radica en que servirá para argumentar a la izquierda e ignorará todas estas carencias de las cuales estamos hablando, pero si se analiza en términos técnicos, sí es importante señalarlos”.