La Política Me Da Risa
Debemos cuidarnos las espaldas
Yazmín Alessandrini
Ganador de la “triple corona” (por haber sido derrotado en las elecciones presidenciales de 1988, 1994 y 2000), a Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano lo mueve el resentimiento más que alguna otra emoción humana. Es un hombre de doble cara y, por ende, también es una persona de doble discurso. A la luz del día y de cara a las multitudes suele mostrarse como un político mesurado, tolerante, proclive al diálogo… pero la realidad es otra. Lo suyo es la intransigencia, la arrogancia, la retrogradez, la cerrazón, el egocentrismo, la manipulación.
¿O a poco ya se les olvidó por qué abandonó las filas del PRI en 1987? Por su insaciable sed de protagonismo, la cual ahora se vuelve a manifestar y el pretexto que mejor le queda a modo es su rechazo total y absoluto hacia la reforma energética que promueve el presidente Enrique Peña Nieto y a la que el michoacano se opone terminantemente basándose en un ridículo nacionalismo patriotero.
Y para eso está convocando a una “gran movilización nacional” para tumbar una eventual reforma a los artículos 27 y 28 de la Constitución y que, según él y su obtusa visión, se traduciría en entregar a manos extranjeras nuestros recursos energéticos (el petróleo, la luz y el gas).
Mañana lunes se cumplirán dos semanas de que presentó su propuesta de reforma energética, ocasión en la que criticó y desestimó la iniciativa del presidente Peña Nieto, acusándolo de ofrecer y manejar cuentas alegres. Sin embargo, para interpelar al Tlatoani solaztequista, ¿acaso él y los suyos no se dieron cuenta de que su planteamiento de reforma energética está lleno de ambigüedades y sinsentidos? Obviamente para él esta coyuntura sólo representa una oportunidad de oro para revitalizar su agonizante carrera política, la cual, según él y su obtusa visión, le puede alcanzar para abrazar una cuarta candidatura a la Presidencia de la República. En estos momentos el PRD está completamente huérfano de una figura que eventualmente pudiera reclamar protagonismo de cara al 2018 y a lo mejor él cree que “la cuarta es la vencida”.
Y obviamente don Cuauhtémoc va a recurrir a lo que mejor sabe hacer, sin importarle que en estos momentos el horno no está para bollos en el país. Él es el master-zen de la enajenación multitudinaria, el jefe de jefes para las marchas, los plantones y sacar de quicio a la ciudadanía. Lo ha hecho una, dos, tres, cuatro, ¡en innumerables ocasiones!, es su recurso favorito. Lo que menos le importa es sentar un precedente de unidad en estos momentos de crispación social.
Lo que debemos hacer todos, no nada más los políticos, es cuidarnos las espaldas de lo que puede estar maquinando don Cuau, porque si le toma la palabra al Peje y deciden juntar esfuerzos para convertirse en el dúo dinámico de la dizque defensa del petróleo, ambos nos van a provocar muchos dolores de cabeza.
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