BALLESTA
Coalición política para construir acuerdos
Mireille Roccatti
La coyuntura política de las últimas elecciones y la presentación de las iniciativas de reformas como la financiera y la energética, cargaron de tensión el equilibrio de las fuerzas políticas y pusieron en peligro la vigencia del Pacto por México, a lo que abonaron algunas declaraciones de panistas y perredistas que con frecuencia amagan con abandonarlo o sufren embates de sus oposiciones internas que los compelen a retirarse de este espacio de dialogo y construcción de consensos que ha generado la posibilidad de procesar reformas constitucionales para una mejor gobernabilidad.
Recordemos que al producirse en 2012 la segunda alternancia de nuestra inacabada transición con el regreso del PRI al poder y ante los posibles problemas de gobernabilidad que se veían en el horizonte el nuevo régimen convocó a los líderes de los partidos políticos más importantes de México: el Partido Revolucionario Institucional, el Partido Acción Nacional y el Partido de la Revolución Democrática para llegar a un acuerdo sobre el rumbo que tomaría la agenda política nacional.
Con los puntos coincidentes de las diversas visiones políticas se firmó lo que ahora conocemos como Pacto por México, que tiene como visión consensar acciones para culminar la transición política, orientándola hacia las metas de bienestar social, libertad personal y seguridad, buscando esencialmente el fortalecimiento del Estado y la democratización de la economía.
El gobierno y las fuerzas políticas pactantes, se comprometen a impulsar reformas legislativas y acciones políticas para realizar las reformas estructurales y político-electorales que hagan más funcional al régimen político y darle gobernabilidad al país, ampliando y mejorando su sistema democrático.
El Pacto así puede caracterizarse como una coalición política para construir acuerdos respecto de temas previamente consensados. La intemperancia de algunos grupos opositores en los partidos de oposición firmantes que reclamaron que el Pacto pretendía suplir el debate legislativo, llevo al acuerdo de incluir a los líderes parlamentarios lo que le otorgo mayor consistencia a los acuerdos, dado que de esa manera se construía en los hechos una coalición legislativa.
Hoy en día, podemos constatar que cuando existe un debate político de altura y visión de futuro, se pueden concretar coaliciones de gobierno y coaliciones legislativas como la que con paciencia franciscana ha venido construyendo el titular del poder Ejecutivo con las fuerzas políticas partidistas más importantes de la nación. La última sesión de los pactistas reconforta y da esperanza a quienes confiamos en el dialogo y el debate para construir un mejor futuro para México.
La coalición y la gobernabilidad no pueden existir sin la democracia ya que están ligados con el Estado de derecho; con la estabilidad política que le permite a la sociedad una convivencia social armónica y legitimidad social con pleno cumplimiento a los derechos humanos. Todos estamos a favor de que nuestro país exista un gobierno democrático con mejor gobernabilidad.