PALABRAS MAYORES
Los partidos hacen inventario
Carlos E. Urdiales Villaseñor
En Los Pinos calientan motores, en el Congreso alistan estrategias de aritmética parlamentaria, suman y restan potenciales apoyos y resistencias; en los partidos políticos hacen inventarios de tribus, sectores y grupos. Las reformas por venir presagian semanas intensas de fino cálculo para no dar pasos en falso. En el pasado reciente las intentonas de hacer grandes transformaciones al andamiaje institucional han quedado en descalabros políticos que revelaron insuficiencias y falta de capacidades operativas que se presumían mejores.
Cada actor relevante sabe el papel que le corresponde y las rentas que esperan obtener por sus apoyos, rechazos, discursos y consultas. En el PRD hacen y rehacen estimaciones entre los positivos y negativos de sus dos figuras de mayor arrastre social, los dos militantes y dirigentes que habrán de completar seis candidaturas presidenciales entre 1988 y 2018. López Obrador con su rechazo lleno y pleno, que despega por la pista de quién quiere vender el petróleo de todos, y sigue con la de quién apoya semejante afrenta nacional; para de ahí tratar de pasar al racional menos radical de “modernizar sin privatizar” que poco abona al meollo del cómo.
En el PRI recuperan esa revolucionaria costumbre de apoyar sin hacerse bolas, una intención que viene de arriba, de muy arriba y de ahí permea sin muchas resistencias a todas las estructuras y brazos del partido. Pragmatismo y disciplina recuperada a pesar de las nostalgias de muchos gobernadores tricolores por esos tiempos azules y dorados donde su peso y autonomía crecieron sin freno, ni tope de deuda ni obstáculos para imponer sucesores hasta de sangre. La “plenitud del pinche poder”, como diría Fidel Herrera.
En el PAN las cuentas y los jaloneos son otros. La cúspide real del partido y los restos del muy reciente gobierno federal pelean sin tregua por los restos políticos y económicos del poder perdido. A Gustavo Madero lo acusan de mirar y negociar sólo por él. Los exaspirantes presidenciales, incluyendo a la candidata que no pudieron evitar, también asoman cabeza, hasta la esposa del expresidente se deja ver y propicia esos buscapiés tan gustados en la política. Sondean para ver qué ruidos y gestos despiertan.
El PAN no se hace en una tercera posición de poder luego de haberlo tenido por 12 años. Senadores del PAN miran con resentimiento a su líder y no ven la hora de cobrarle facturas y afrentas. Se le cuestiona el apoyo al presidente, a cambio de qué que haga valer los postulados ideológicos de su partido. Si van con la energética y la fiscal, ¿qué sacarán de la política? Segunda vuelta en la presidencial es algo mayor que un Instituto Electoral Nacional. O ¿será unicamente un respaldo a cambio de la supervivencia exógena del maderismo/yunquismo versus el calderonista? En el PAN las consecuencias de esta temporada de reformas serán mayúsculas.

