Entrevista a Marco A. Fernández/Director de Investigación en México Evalúa
Nora Rodríguez Aceves
Ante la amenaza de que no cesarán las movilizaciones en las calles de la ciudad de México de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) hasta que ésta logre su propósito de “echar abajo” la reforma educativa y sus leyes secundarias, General de Educación y del Instituto Nacional de Evaluación Educativa (INEE), aprobadas ya por el Congreso de la Unión, pero sobre todo la que ha causado más polémica, la Ley del Servicio Profesional Docente, “el corazón de la reforma”, que quedó pendiente su discusión legislativa para el próximo periodo ordinario que comienza el 1 de septiembre con el Informe Presidencial de Enrique Peña Nieto.
En este sentido, Marco Antonio Fernández, director de Investigación en el Centro de Análisis de Políticas Públicas México Evalúa, A. C., manifiesta: “¡Ya basta de que les pidamos permiso! ¡Ya basta de permitir que este tipo de acciones de presión y de chantaje en el sistema educativo sean efectivas! Como sociedad hay que estar presionando, y los medios de comunicación y las organizaciones de la sociedad civil y en general todos tenemos que entender que una mala calidad educativa nos afecta a todos”.
Por eso, “tenemos que estar presionando a nuestros legisladores y al gobierno federal para que se amarren los pantalones y digan: ¡basta ya! les estamos metiendo cosas en la ley que son legítimas demandas, como lo de la formación docente; lo demás es inaceptable, y si no lo aceptan señores, aquí está la ley y lo vamos a enfrentar, eso es lo que se tiene que hacer”.
“Se tiene que entender que si cedemos en este punto todo lo demás que pensemos para transformar al país estará cimentado sobre bases frágiles porque la piedra de toque para el desarrollo —que es la educación— estará mal porque no logramos una reforma que realmente lleve a buen puerto la calidad educativa en las aulas.”
No hay conspiración
Para el especialista en materia educativa, la lucha de la Coordinadora Nacional de Trabajadores del Estado es una cuestión de intereses gremiales y no una cuestión realmente de discusión de la política educativa, no hay que pensar que hay involucrados intereses de otro tipo, “no hay que caer en las teorías de la conspiración, aquí hay que entender muy bien cómo opera el sistema educativo e identificar cuáles son los intereses que toca la reforma educativa; y el punto fundamental es que la reforma toca el control tradicional que ha tenido el sindicado sobre las plazas magisteriales y sobre puestos clave del sistema educativo, como son los directores y los supervisores escolares”.
Por lo tanto, “si te quitan algo que tradicionalmente tú controlabas a tu discrecionalidad y con lo cual podrías mantener la disciplina dentro de los maestros a favor del sindicato, no estarás nada contento y lucharás con todo, como lo está haciendo ahorita la Coordinadora, para evitar que esto pase y lucharás aún más radicalmente porque la lección que tienes del pasado es que este tipo de estrategias han resultado positivas para tus intereses, pues anteriormente has podido tumbar a secretarios de educación en los estados, has podido sacar más lana para tus intereses que se etiquetan como educación, pero se terminan desviando para financiar prestaciones y canonjías de los liderazgos sindicales del magisterio”.
Evidentemente, “todas estas cosas son parte del problema del porqué hay tantas muestras de corrupción en el sistema educativo y que pueden ser afectadas a través de la reforma, entonces no hay que pensar que hay intereses de otro tipo sino son llanamente intereses de centavos, intereses de beneficios materiales que pueden ser puestos en peligro con modificaciones como las que se están proponiendo en la iniciativa de Ley del Servicio Profesional Docente”.
Marco Antonio Fernández, señala a Siempre! que “la reforma trata de establecer mecanismos nuevos para la selección de profesores a través de evaluaciones, y evaluaciones a los docentes que están en funciones para crear los incentivos para mejorar la formación de los docentes, y esto implica que el control tradicional que se ha tenido a través de la venta, la herencia de plazas, a través de selección de profesores con base en criterios de disciplina respecto al sindicato magisterial se erosionará, se reducirá de forma significativa y eso afecta intereses creados, no es por lo tanto en ese sentido una sorpresa estar viendo las calles tomadas, son reacciones que se han observado en otros países en América latina como en Ecuador y Perú”.
La reforma no es panacea
Este tipo de medidas que contempla la reforma educativa “cambiará, no totalmente porque tampoco hay que ser ilusos y pensar que esto ya es la panacea y ¡un, dos, tres!, hay reforma y cambio para bien del sistema educativo. Tomará tiempo y el reto es doble: por un lado, el reto de pasar la reforma —aunque hay cosas que me parece que todavía faltarían en la reforma para que fuera un verdadero mecanismo institucional para mejorar la calidad de la educación—, ésa es la primera parte de la ecuación, por decirlo de alguna manera”.
“La segunda parte de la ecuación es entender los retos que implicará la implementación de la reforma, los retos en términos de presupuestos. Hacienda, por ejemplo, sin dar explicación alguna mandó a los legisladores una proyección de lo que ellos prevén que costará la reforma y dicen que serán 82 mil millones de pesos; no explica de dónde vienen esas cifras, no explica si es un presupuesto basado en proyecciones para en un año, para cuántos años, no explica si le dará más presupuesto al INEE, que es fundamental dado las nuevas funciones que se le está previendo en la ley; no explica cuánto se asume que costará hacer la evaluación, porque una evaluación como la que contempla la ley, que es una evaluación multidimensional, no sólo con pruebas estandarizadas sino, por ejemplo, en evaluaciones en el aula, en evaluaciones de los portafolios de los maestros, son costosas”.
“Estamos hablando de evaluar cada cuatro años a un millón 200 mil o a un millón 300 mil maestros más aparte las evaluaciones que se harán para la selección de los futuros profesores, todo eso tendrá un costo importante en términos económicos y no sabemos bien cómo se cubrirán esos presupuestos.”
Además del desafío presupuestal-económico, “está un desafío que es fundamental y que es el desafío técnico de implementar adecuadamente los mecanismos de evaluación, porque una cosa que puede echar a perder la reforma es que estas pruebas piloto que se contemplan en la ley que tiene que hacer el INEE no se diseñan bien, se le dará la razón a los grupos que se están oponiendo a cualquier tipo de mecanismo de evaluación, diciendo: ustedes ni siquiera tienen idea de cómo quieren evaluar a los maestros y no tienen la capacidad para hacerlo, entonces es ahí donde se tendrá que poner también mucha atención en acompañar técnicamente la implementación”.
Finalmente, “una cosa que es cierto —de las limitaciones de la propuesta— y que no está en las demanda del magisterio, y que sorprende precisamente porque es ahí donde sí tendrían una bandera justa de reclamo los señores de la CNTE, es que la ley tendría que establecer con claridad de qué forma se establecerá la responsabilidad de los gobiernos de los estados y del gobierno federal para mejorar la formación docente, porque tenemos un problema muy grave, y es un estudio que estamos ahorita realizando en México Evalúa, que son los profesores que salen de las escuelas normales con preparación inadecuada”.
La evaluación es fundamental
Entonces la ley tiene que establecer muy claramente, y eso “para mí es uno de los talones de Aquiles de la reforma, que no termina de precisar bien la corresponsabilidad de los distintos niveles de gobierno y los planes que harán para realmente mejora la formación de los docentes. Es fundamental evaluarlos, pero también evaluarlos con un propósito que es identificar cuáles son las fortalezas y las debilidades del docente en el aula y cómo desarrollar programas de formación que realmente sirvan para poder atajar esas debilidades que se detecten a través de las evaluaciones”.
Aunque Marco Antonio Fernández reconoce las debilidades que tiene la reforma educativa “porque estas reformas no son populares en ningún lado del mundo y menos en México, con un sindicato altamente politizado y sobre todo con muchísima influencia en el sistema educativo. Los directores de las escuelas primarias y secundarias, así como los supervisores escolares de educación básica, de las primarias y de las secundarias, serán seleccionados a través de un concurso y se les hará una evaluación; si pasan la evaluación obtendrán su puesto y tendrán perpetuidad en él”.
Mientras que en el caso, “de los directores y de los supervisores para media superior, de forma sensata la ley establece que esta evaluación, si la pasan, le dará el puesto por un tiempo fijo, y después de ese tiempo se volverán a someter a una evaluación, y si los señores siguen siendo capaces seguirán como directores o supervisores, pero si no pasan la evaluación regresarñan a ser simples docentes”.
“Esto tendría que ser lo mismo en el caso de primaria y secundaria, pero no quisieron hacer esto para tratar de darle un dulce apetitoso al sindicato, decir: nada más será una vez y ya después les garantizamos eternidad en sus puestos, ése fue el primer dulce que se dio, que se contempla ahorita en la ley y que a nosotros nos parece inadecuado”.
El otro tiene que ver con un problema jurídico: “jurídicamente los profesores que están hoy en funciones podrían tratar de ampararse contra la ley que se apruebe, porque pueden argumentar: ustedes me están cambiando las reglas del juego bajo las que fui contratado, no se vale, y háganle como quieran porque la retroactividad de ley en contra de un individuo está prohibido legalmente, y buscarán ampararse, eso será inevitable observar una vez que pase todo este problema del proceso legislativo”.
Les endulzaron la reforma
Por lo mismo, “la ley lo que trató de hacer es darles otro dulce, el dulce de que para los maestros en funciones, en caso dado de que reprueben tres veces una evaluación a pesar de cursos de actualización y de formación, no serán despedidos sino que, a diferencia de los nuevos, serán recolocados en posiciones que la ley llama administrativas, sin que se especifique qué son; si el sistema educativo las necesita; cómo se financiarán; sin contemplar el impacto presupuestal que tendrán porque, además de mantener a estos señores que objetivamente a través de las evaluaciones serían identificados como incapaces de estar en el aula, y de todas maneras se mantendrán en la nómina, tendremos que contratar, como Estado, a maestros sustitutos, y se incrementará en ese sentido la burocracia del sistema educativo sin que se justifique para su operación, y que aumentará el de por sí excesivo dinero que se da al sector de gasto corriente y no al sector de mejora de la infraestructura educativa”.
Sin embargo, “los dulces no fueron suficientes para el sector más radical del magisterio, para la CNTE, que está pidiendo que para todo individuo que se dedique a la docencia a futuro o en funciones haya inamovilidad en su puesto a pesar de las evaluaciones. Por un lado, dicen que no quieren evaluaciones y que quieren que sea inamovible su puesto, y por el otro lado, al mismo tiempo —como se les está presionando en el tema de su negativa a ser evaluados—dicen: no, es que sí queremos ser evaluados, pero queremos tener nuestros propios mecanismos de evaluación…”.
“Ésa es la parte en donde se evidencia que esto es una cuestión de intereses y no una cuestión realmente de discusión de la política educativa, al menos desde mi perspectiva, porque cuando se presiona tantito y se habla con ellos y se les empiezna a pedir propuestas concretas de alternativa para mejorar la calidad de la educación, realmente hay silencio o respuestas que nada tienen que ver con la calidad educativa.”
Sin embargo, aun cuando la posición de los maestros es no ceder ante la reforma educativa, Marco Fernández no ve el escenario “que eche para atrás la reforma, sin embargo, lo que sí observo —y eso es lo que me preocupa— es la tentación de decir —como parte de nuestro espíritu democrático, para poder mostrar que existe voluntad de negociación con el magisterio—: lo que les ofrecemos es que haya algunos cambios a las propuestas y ésa es la parte en que tenemos que estar muy atentos para evitar la tentación de caer en populismos legislativos; sería terrible que el Congreso, en ánimo de conciliar con el sindicato, cediera a esta petición de que sean todos los maestros y no solamente los que estén en funciones los que serían trasladados a un puesto administrativo en caso de reprobar tres evaluaciones consecutivas”.