CONSULTORÍA ECONÓMICA

Saber hacia dónde dirigir los esfuerzos conjunto

Julio A. Millán B.

El turismo se ha convertido en uno de los sectores más importantes tanto en el empleo como en la economía nacional. Asimismo, en algunas regiones, sobre todo las más agraciadas por su situación geográfica y por la existencia de atractivos naturales como lo son las playas, se ha consolidado como un motor del desarrollo económico y social por los alcances que tiene el gasto que realizan los visitantes.

Sin embargo, debemos reconocer que este conjunto de maravillas naturales que nos han dado el posicionamiento como uno de los 10 principales receptores de visitantes extranjeros, ha dejado de representar una fuente segura de divisas. Lo anterior, porque de alguna manera han pedido atractivo y competitividad frente a los nuevos y mejor integrados productos y servicios de otros países. Los números son evidentes, el gasto y la estancia promedio de los visitantes se ha estancado, hemos así perdido lugares en el ranking mundial como receptores de divisas y nuestro turismo se concentra en pocos destinos y zonas turísticas.

Todo esto es resultado de un enorme descuido en la atención a las tendencias globales que están condicionando el desarrollo de la demanda turística, es decir, las nuevas necesidades que las generaciones modernas buscan satisfacer en lo relativo a esparcimiento y descanso.

No obstante, nuestro país aún está en su momento. La nueva administración federal ha planteado que el sector turismo representa el futuro del país. Se ha establecido el compromiso de hacer del turismo esa palanca y motor de crecimiento y de desarrollo. Tomémosle la palabra.

Lo importante es saber hacia dónde dirigir los esfuerzos conjuntos. Para ello, debemos tener claro cuáles son las nuevas necesidades de los turistas. Las más importantes son el desarrollo de infraestructura física que se adapte a los medios de transporte de gran capacidad (aeronaves y cruceros); los incentivos fiscales al turista como lo es devolución automática de impuestos al consumo, práctica ya implementada en diferentes países para fomentar un mayor gasto y, los temas de simplicidad para el visado, entre otras.

Ahora bien, debe quedar claro que para consolidarnos como potencia turística es necesario que construyamos una política de Estado integral, en la que participen todos los actores involucrados; no hay que dejarle todo el trabajo al gobierno, la iniciativa privada tiene su papel fundamental, pero también la sociedad.

Cada uno de los mexicanos somos un oferente de servicios turísticos, así nos debemos integrar al esfuerzo colectivo. Es fundamental que implementemos una estrategia de promoción, que incluya a actores públicos y privados, para fomentar las múltiples opciones (“marcas”) del turismo en México; posicionamiento en redes sociales como un destino capaz de ofrecer un producto atractivo a los visitantes de cualquier grupo sin importar su edad, nacionalidad, preferencia, entre otros.