Liturgia
Michoacán
Teodoro Barajas Rodríguez
Michoacán sufre, padece los efectos de la delincuencia, solamente quienes estén privados de la capacidad de asombro e indignación pueden decir que no ocurre nada. Muertos, bloqueos carreteros, incertidumbre, tales son los rasgos de este tiempo en extremo cruento en estas tierras llenas de simbolismo.
Los efectos de la violencia cada vez son más ostensibles, así como la lista de asesinados, porciones michoacanas viven una evidente ingobernabilidad, parece que se dan pasos a un estado fallido; si bien no toda la entidad refleja esas condiciones, sí algunos puntos hace mucho las padecen.
No es momento de discursos estentóreos, la retórica no soluciona la crisis, lo que esperamos los michoacanos son resultados concretos, otro diseño de políticas públicas que realmente coadyuven para generar otros estadios en los que podamos encontrarnos bajo otro signo que no sea trágico.
No se trata de partidizar el asunto de la inseguridad, en estos tiempos es muy complicado descubrir un territorio libre de amenazas, por los cuatro costados asoman rasgos de una evidente descomposición en gran medida como resultado de una grave impunidad.
Los problemas que se viven en la Tierra Caliente michoacana como en la región de la Costa tienen su génesis hace muchos años, al menos en los últimos diez a mayor escala, las hemerotecas así lo confirman, los recuerdos que registramos también.
No faltará quien pretenda lucrar con lo sucedido en las últimas semanas, lo cierto es que al menos en lo que refiere a los actores políticos carecen de autoridad moral. El PAN con el gobierno de Felipe Calderón demostró su incompetencia porque la tierra natal del expresidente de esa extracción no funcionó al comenzar los operativos conjuntos, Michoacán continuó bajo plomo como lo dicen los días pasados.
Las administraciones perredistas encabezadas por Lázaro Cárdenas Batel y Leonel Godoy Rangel tampoco registraron avances importantes en materia de seguridad, lo mismo sucede con el gobierno actual. Nudo gordiano.
Asimismo, los voceros oficiosos pretenden culpar a los medios de comunicación por los graves problemas de inseguridad, lo cual me parece falsario, la incompetencia gubernamental se paga en otra ventanilla.
Los problemas de inseguridad que se padecen afectan a todos porque se contraponen al bien común, el sino trágico perjudica sin distingos de índole partidista o credo religioso por la sencilla razón de no tener la vida blindada y se puede terminar en la lista de los daños colaterales a cualquier hora.
No es tiempo de frivolidades ni mezquindades, es momento de la unidad, despojarse de camisetas, prejuicios e inquinas para sumar fuerzas contra el enemigo de todos que es la inseguridad.
