ISAGOGE
Papa Francisco
Bernardo González Solano
Podría decirse que el papa Francisco además de ser un cura sencillo, de pueblo, aunque se desempeñara como arzobispo (aparte de ser cardenal) de una ciudad tan importante como Buenos Aires, capital de la República Argentina, posee grato sentido del humor.
En días pasados, concedió su primera entrevista mundial (de treinta minutos) al programa Fantástico (de la cadena Globo), el de mayor audiencia de la TV carioca. La interviú demostró la habilidad frente a la cámara y el buen humor del líder religioso. Al preguntársele sobre la rivalidad entre argentinos y brasileños, Jorge Mario Bergoglio Sivori dijo que había sido recibido en Brasil con un afecto que no conocía, y que la rivalidad estaba superada. “Hemos negociado bien. El Papa es argentino y Dios es brasileño”.
Un poco de indisciplina
Así como bromeó, también se disculpó por ser un indisciplinado con su equipo de seguridad. “Puede suceder que alguien me dé una trompada, puede suceder… (pero) o uno hace el viaje a lo que tiene que hacer o no hace nada”, y vaya que el papa Francisco hizo y dijo cosas durante la reunión de los jóvenes católicos en Río de Janeiro, como al decir que la reforma de la curia es algo muy serio y que la Iglesia siempre tiene que reformarse.
Sobre las protestas juveniles en las ciudades brasileñas, dijo que aunque no conocía las razones, “un joven que no protesta no me agrada… Un joven es esencialmente inconformista. Y eso es muy lindo”.
En esta entrevista también trató sobre la disminución de fieles en la Iglesia católica, de los escándalos de corrupción que salieron a la luz en el Vaticano y de muchas otras cosas más, aunque advirtió que en la curia romana hay muchos santos, gente de Dios que ama a la Iglesia, pero que “hace más ruido un árbol que cae, que un bosque que crece”.
Para el Vaticano, esta tournée fue una apuesta ganada más allá de las esperanzas. Dado el carisma del papa argentino no corría muchos riesgos, pero, a los 76 años de edad, este “joven” papa —que apenas cumplirá el 13 de agosto próximo cinco meses en el trono de San Pedro— pasó la prueba que nunca fue ganada de antemano por un neófito, como se demostró con el tímido Benedicto.
En Hispanoamérica viven actualmente dos de cada cinco católicos en el mundo, aunque la realidad es que el catolicismo del Nuevo Continente recula frente a las iglesias evangélicas.
Este es el panorama que encontró el papa Francisco en Brasil. El sucesor de Benedicto XVI lo sabía y lo supo aprovechar al máximo. El viaje a Brasil sirvió para impulsar al pontífice argentino en una órbita internacional, que desde su arribo a la sede petrina adquirió virtualmente, por medias interpuestas, pero que no habían sido aún aprobadas por el fuego de la acción. Ahora es algo hecho.
Los que en la curia romana no admiten las maneras a veces ásperas, o testarudas, de este papa latinoamericano tendrán que inclinarse —no en una genuflexión ante Dios— frente al verdadero impulso de este pontífice.
Lo sucedido en Brasil podría semejar un segundo “nacimiento” del papa Francisco, como sucedió el 13 de marzo de 2013 en la urna de la capilla Sixtina en la que se depositaron 115 papeletas de los votos cardenalicios; ahora, la ratificación se dio a lo largo de una semana católica ultralatinoamericana.
La agenda de Río de Janeiro
En siete días —del lunes 22 al domingo 28 de julio—, Francisco puso en claro sus prioridades: visitó un centro de rehabilitación de drogadictos y una favela, saludando y abrazando a los jóvenes y ancianos más humildes, dejando de lado a las jerarquías políticas y religiosas, y cuando se reunió con ellas, les cantó sin embozos sus verdades: los ejes de la doctrina eclesial están en la atención de los más pobres y los más desfavorecidos.
Aunque el nuevo papa no presume de gran influencia en los medios, el hecho es que en pocos meses se coloca a la vanguardia de las redes sociales. El gabinete Burson-Marsteller recién publicó un estudio realizado a partir de las cuentas Twitter de 505 jefes de Estado y de gobierno y otros ministros en 153 países. El presidente Barack Obama es el líder mundial más seguido en Twitter con más de 33 millones de abonados, Pero el papa Francisco, con más de siete millones de “seguidores”, tendría más influencia.
Por último, el domingo 28 de julio, en el vuelo de retorno de Río de Janeiro a Roma, en el Airbus 330 de Alitalia, cuando la nave volaba a 7 mil pies de altura, en un gesto que no tiene antecedentes en la historia, como cualquier candidato en campaña política, solo que no en mangas de camisa sino con sotana blanca de cuello ancho, se presentó el Papa en la sección donde viajan los representantes de la prensa que lo acompañaron para saludarlos y contestar las 20 preguntas que le formularon los 75 periodistas de 14 países.
Durante una hora y veinte minutos, de pie en el pasillo del avión, Bergoglio Sivori contestó todo lo que le preguntaron, sin guión previo, sin rodeos. Motu proprio, además, habló de los problemas de seguridad surgidos a raíz de su llegada a Río de Janeiro: “Siempre existe el peligro de que un loco haga algo, pero la verdadera locura es poner un espacio blindado entre el obispo y el pueblo. Prefiero el riesgo a esa locura. La cercanía nos hace bien a todos”.
El papa Francisco confesó estar bastante cansado pero muy feliz por la acogida de Brasil y habló francamente de la corrupción en el banco del Vaticano, de la detención de monseñor Nunzio Scarano, “que no ha ido a la cárcel porque se pareciera precisamente a la beata Imelda”, de la necesidad de una teología de la mujer en la Iglesia —en este sentido y en el del aborto, declaró ser un hombre de la Iglesia que ya ha dado su posición en muchas ocasiones—, de los gays (“¿quién soy yo para juzgarlos?”) e incluso de su relación con el otro papa, Benedicto XVI, el renunciante: “La última vez que hubo dos papas no se hablaban entre ellos, se peleaban para ver quién era el verdadero. Yo quiero mucho a Benedicto XVI. Es como tener al abuelo en casa. Al abuelo sabio”.
Hijo de la Iglesia
En este sentido, un día se sabrá si la renuncia del pontífice de origen alemán no fue tan desafortunada y poco inteligente como algunos críticos suponen. Muy posiblemente Ratzinger supiera muy bien de qué iba el asunto. Benedicto XVI supo exactamente cuántos votos recibió el cardenal y arzobispo de Buenos Aires en el cónclave que lo eligió sucesor de Juan Pablo II.
Francisco dijo aclaró que su postura en el aborto y el matrimonio entre personas del mismo sexo era “la de la Iglesia, soy hijo de la Iglesia”…; “es normal que lleve un maletín cuando viajo. Debemos ser normales, Debemos habituarnos a ser normales. La normalidad de la vida”…; “sobre la participación de las mujeres en la Iglesia no nos podemos limitar a las mujeres monaguillo… hay que hacer una profunda teología de la mujer. En cuanto a la ordenación de las mujeres, la Iglesia ha hablado y dice no… esa puerta está cerrada…, pero la Virgen María era más importante que los apóstoles y que los obispos y que los sacerdotes”…
Quizás uno de los momentos clave de la visita a Brasil fue cuando Francisco se encontró con los jóvenes argentinos y les presentó su hoja de ruta: “Quiero que salgan a la calle a armar lío, quiero que la Iglesia salga a la calle, quiero que la Iglesia abandone la mundanidad, la comodidad y el clericalismo, que dejemos de estar encerrados en nosotros mismos. Que me perdonen los obispos y los curas, pero ese es mi consejo”.
De Brasil, Francisco llevó a Roma el respaldo total de la infantería de la Iglesia católica para luchar contra “la incoherencia del Vaticano”.
Habrá que ver qué sucede en la Iglesia en la siguiente XXIX Jornada Mundial de la Juventud, que tendrá lugar en Cracovia, Polonia, en el año 2016. Ojalá que el papa Francisco no sufra un grave percance de ahora a esa fecha. En la milenaria Iglesia católica apostólica romana todo puede suceder.