Alexis era paranoico —oía voces— y padecía de un desorden del sueño. Había sido atendido desde agosto en la oficina de Veteranos de esos padecimientos.

De acuerdo a la policía, Alexis vivía en un hotel Residence Inn cercano al astillero naval desde fines de agosto o principios de septiembre, y como casi siempre sucede en este tipo de casos, según Voz de América, recientemente pudo comprar las armas utilizadas en el ataque en algún lugar de Virginia.

Alexis también tenía un pase válido y autorización de seguridad para entrar al astillero como contratista civil. Tenía , como dijo una fucionaria del FBI, “acceso legítimo al Astillero Naval”.

Alexis había dicho a la policía que estuvo presente durante los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001, que lo habían “perturbado”. Su padre confirmó que su hijo había participado en esos rescates y que tenía problemas de mal temperamento asociado al Sindrome de Desorden Post-traumático que padecía.

De acuerdo al USA Today, recientemente Alexis le pidió a un conocido, Kevin McDonald, que le comprara un sofá de su propiedad. Le dijo que había conseguido un buen trabajo en Washington y que tenía que vender el mueble o pagar para almacenarlo.

“Lo dijo como si fuera a regresar”, relató McDonald. “Y al siguiente día murió”.