Gonzalo Valdés Medellín

En el Teatro Fernando Soler, con la comedia Toc Toc se rindió homenaje a Édgar Vivar, actor con más de cincuenta años ocupando un lugar importante en los escenarios del espectáculo mexicano. Vivar estudió y se tituló en la UNAM en la carrera de Medicina, pero su verdadera vocación ha sido la actuación. Egresó del Centro Universitario de Teatro (CUT) en 1964 y saltó a la fama a principios de los años setenta gracias a su trabajo televisivo al lado de Roberto Gómez Bolaños Chespirito, siendo parte de su hoy casi mítico cuadro de actores. Gracias a los exitosos programas con Chespirito, Vivar se mantuvo activo en la televisión entre 1970 y 1995. Actor de versátil y amplia trayectoria, Vivar ha dado vida a decenas de historias en televisión, cine y teatro. Por la telenovela Alguna vez tendremos alas ganó en 1997 el premio al mejor actor dramático de ese año. En el cine también ha brillado, primero en filmes al lado de la compañía de Chespirito, como El chanfle, Don Ramón y don Ratero, El más valiente del mundo y Música de viento; y más recientemente en El show del vampiro, Bandidas (al lado de Salma Hayek y Penélope Cruz), El orfanato, Poquita ropa, y All inclusive. Ha incursionado en el mundo el doblaje en Ratatouille, Up y Mi villano favorito 2. El teatro y la música también han sido importantes en la carrera de Édgar Vivar, con actuaciones en Marcelino, pan y vino, En Roma el amor es broma, 11 y 12, La casita del placer (al lado de Julissa), o las zarzuelas Luisa Fernanda y Las Leandras. Memorable fue su interpretación de Mosca en la comedia de Ben Jonson, Volpone, en 1999, bajo la dirección de Gonzalo Valdés Medellín. Por todo, con Édgar Vivar se puede afirmar que México perdió un médico, pero ganó un gran actor. Ya había perdido otro médico, Hugo Argüelles, pero había ganado a un emblemático dramaturgo. Con más de mil cien representaciones Toc Toc rindió homenaje al célebre intérprete del Señor Barriga y Ñoño: Édgar Vivar, figura entrañable del subconsciente colectivo en Hispanoamérica.