Esperamos que los resultados no demoren más

Teodoro Barajas Rodríguez

En la nostalgia que hace guiños al pasado ha quedado el Día del Presidente que se distinguía al momento en que el mandatario comparecía para presentar su informe de gobierno, México ayuno de una verdadera oposición, el modelo monolítico se manifestaba a rabiar, entre vivas, aplausos así como elementos inherentes al culto a la personalidad.

Al momento de redactar esta entrega aún no pronunciaba su mensaje político el presidente Enrique Peña Nieto, aunque sí los registros de las movilizaciones de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación y los anarquistas el domingo anterior, como ya se ha vuelto costumbre.

Los datos duros reflejan indicadores nada gratos, casi 14 mil ejecutados desde el comienzo de la actual gestión, los problemas financieros se descubren con facilidad ante el avance del desempleo.

Un par de temas polarizan opiniones, la discordancia de enfoques con relación a la reforma energética y la educativa. El domingo anterior hubo una movilización en la capital del país en la que confluyeron activistas de la CNTE y anarquistas, las protestas arrecian como aguacero, seguro se anticipaba en cualquier mapa de riesgos.

No hay mucho que destacar, seguramente, en este primer informe, porque la inseguridad continúa, en Michoacán la padecemos, al igual que en otras latitudes del país. En principio podemos señalar que hubo dos momentos que brindaron signos favorables a Peña Nieto: el Pacto por México, en que intervienen los principales partidos políticos del país; otro fue la detención de Elba Esther Gordillo con su posterior enclaustramiento en la cárcel. Mediáticamente ambos episodios señalados le favorecieron al mandatario, pero el efecto fue efímero.

El PRI retornó a la cúpula del poder en nuestro país luego de una docena de años en que estuvo fuera porque la otrora “oposición leal” del PAN ocupó dicho sitial para perderse entre desatinos y una guerra sin ton ni son.

Los tiempos han modificado el escenario político de México, ya no es el tiempo de la hegemonía como sistema, ley y ritual. Ahora son muchas las voces que se escuchan coincidentes y discordantes. No hay espacio para el viejo PRI, aunque los nostálgicos digan lo contrario.

Sin duda, los problemas del país ocupan una voluminosa agenda en la que destaca el disenso, la oposición radical en algunos casos virulenta, febril.

El combate el crimen organizado continúa, se han registrado detenciones de capos influyentes, aunque la violencia no ha disminuido como se esperaba. En materia cultural no se ha registrado un avance significativo.

La discusión relacionada con la reforma energética se polariza entre medias verdades y un conjunto de dogmas.

Esperamos que los resultados no demoren más porque son numerosas las urgencias luego de una docena de años en que el desarrollo parece haberse estancado o, incluso, da la impresión que sufrimos una retrogradación.