Entrevista Mariana Gómez y Liliana Estrada/Inteligencia Pública

Moisés Castillo

Aún no termina el conflicto de la reforma educativa cuando la discusión de la energética está provocando las primeras manifestaciones en las calles. No es un asunto menor. Las llamadas reformas estructurales que tanto promocionaron los gobiernos panistas sin éxito, ahora parece que avanzan en el Congreso pero sin el consenso necesario de las principales fuerzas políticas del país. El presidente Enrique Peña Nieto le está apostando a respetar los acuerdos suscritos en el Pacto por México, mientras la oposición busca, primero, concretar la reforma político electoral.

Por lo pronto, en el Senado de la República se está generando un debate sobre la reforma energética. El lunes pasado, el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas aseguró que la iniciativa del gobierno federal para reformar los artículos 27 y 28 de la Constitución es una iniciativa privatizadora.

“Se está ante la gravísima perspectiva de que las compañías expropiadas en 1938, ahora con otros nombres, vuelvan a ser las que decidan cómo se manejen y sean las principales beneficiaras de la explotación de los yacimientos de hidrocarburos mexicanos. Al no ser ya estratégicos los sectores podrían, de acuerdo con la Constitución modificada, dejar de ser propiedad gubernamental. Pemex y CFE, todo lo que posean podría ser vendido, privatizado.”

Y es que la iniciativa cardenista impulsa ocho puntos estratégicos para Pemex sin reformar la Constitución: cambio en el régimen fiscal, autonomía presupuestal, autonomía de gestión, fortalecer la Secretaría de Energía y la Comisión Nacional de Hidrocarburos, tarifas, precios y subsidios de combustibles, convertir el fondo de estabilización de ingresos petroleros en un organismo financiero, impulsar la investigación y desarrollo tecnológico y transición energética, cuidado del medio ambiente y desarrollo sustentable.

Cárdenas convoca contra privatización

Además el fundador del PRD suscribió un documento con el expresidencial Andrés Manuel López Obrador para convocar a la ciudadanía contra lo que llaman la “privatización energética”.

“Ante la amenaza de continuar la entrega de nuestros recursos, territorios y riquezas con la reforma energética que promueve el gobierno, los suscritos llamamos a todos los mexicanos y mexicanas, sin distinción de creencia, ideología o posiciones políticas y sociales, a unirnos para evitar el despojo de la ciudad y de nuestro pueblo que promueve el Gobierno y las corporaciones petroleras y transnacionales”, dice el texto, firmado también por el obispo Raúl Vera, y el exrector de la UNAM Pablo González Casanova, entre otros.

Por otro lado, el PAN condicionó votar la reforma energética de Peña Nieto a que antes sea discutida y aprobada la reforma político electoral tras el escándalo del caso Sedesol en Veracruz.

“Los votos en comisiones y en el pleno de los senadores y senadoras del PAN no se darán (para la reforma energética) hasta que se haya aprobado en el pleno la reforma constitucional en materia político electoral. Si sale la electoral, apuesto a que sale la energética y la hacendaria; si no sale la electoral, va a haber broncas. En eso estamos unidos con diputados y senadores, tiene que haber reforma electoral”, sostuvo el dirigente nacional del PAN, Gustavo Madero.

En ese mismo foro legislativo, Juan Pardinas, director del Instituto Mexicano para la Competitividad, señaló que la iniciativa privada requiere de certidumbre a fin de concretar inversiones.

“No creo que la propuesta del presidente sea la ideal para atraer inversión porque lo que necesitamos son concesiones, seríamos el único país de la OCDE sin concesiones energéticas… Si no logramos dar un contexto de certidumbre jurídica a los inversionistas, todo el potencial de la reforma se va a quedar simplemente en aspiraciones”.

A su vez, la senadora priista Cristina Díaz Salazar aseguró que la reforma del presidente Peña Nieto es la que requiere el país para ser competitivo y que beneficiará a las familias mexicanas.

“La reforma energética, junto con la hacendaria, es la única manera de darle mayor crecimiento económico a México, crear empleo y beneficiar a las familias. México tiene que cambiar y tenemos que ir a las reformas que permitirán generar medio millón de empleos para 2018 y bajar los costos de la gasolina y la luz. El gobierno no perderá la rectoría de Petróleos Mexicanos.”

En este proceso de debate y discusión en el Poder Legislativo, las fracciones del PRD en el Senado y en la Cámara de Diputados abandonaron el foro sobre la reforma energética tras acusar al PRI de invitar a especialistas que respaldan la iniciativa oficial. Asimismo el PAN en el Senado propuso reordenar los foros y reconoció que deben organizarse ponencias más equilibradas y plurales.

Los grandes mitos

Mariana Gómez, directora ejecutiva de Inteligencia Pública y Liliana Estrada, especialista en temas energéticos de la consultoría, coinciden en que uno de los grandes mitos alrededor de la reforma energética oficial es que es privatizadora.

“No creo que la propuesta de Peña Nieto sea privatizadora. Si el gobierno federal realmente quisiera privatizar hubiera optado por las concesiones, tal y como lo plantea el PAN, que es un modelo más agresivo. El gobierno plantea un esquema de utilidades compartidas. Es decir compartirían ganancias tras la extracción de los hidrocarburos”, afirma Liliana Estrada.

¿Qué otra falacia detectan en este proceso de debate sobre la reforma energética?

Mariana Gómez: Abrir la industria energética a la iniciativa privada pensando que es algo que le pertenece a los mexicanos, cuando actualmente estamos importando casi la mitad de gasolina y gas que se consume en el país. Ya existe una participación de los privados, ya estamos invirtiendo mucho dinero en comprar combustible para satisfacer la demanda. La diferencia sería que esas empresas a las que les estamos comprando vendrían a México y se generarían aquí los empleos. Es un mito decir que se dañaría el patrimonio de los mexicanos con la iniciativa de Peña Nieto. Pemex tiene que ser más competitiva y productiva.

Pero el ingeniero Cárdenas aseguró que es una iniciativa privatizadora, “dígase lo que se diga”…

Liliana Estrada: Creo que al gobierno federal —por el peso que tiene Pemex en la economía— no le conviene quitarlo de las finanzas públicas. Si quisiera privatizar tendríamos un 35 por ciento de gasto que ya no se obtendría de Pemex y CFE. Tendríamos un presupuesto de egresos de la federación totalmente despetrolizado, lo cual no pasará en el corto plazo.

¿Qué les pareció la propuesta del PRD que diseñó Cárdenas?

Mariana Gómez: Creo que tiene cosas rescatables, incluso aspectos que no vienen en la iniciativa del PAN o del presidente de la república. Por ejemplo, el fondo de estabilización de ingresos es algo en que podemos coincidir todos, en que los excedentes petroleros tienen que ser mucho más transparentes, rendir cuentas, además deben servir para “eficientar” a Pemex. Además la idea de fortalecer la paraestatal y darle autonomía de gestión es un punto importante.

Liliana Estrada: Otro aspecto a destacar es el fortalecimiento de la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH) y de la Comisión Reguladora de Energía (CRE), es algo que también trae la propuesta del gobierno y del PAN pero de manera muy débil. Y el PRD lo que propone es convertir la CNH en un organismo público descentralizado, regulador y supervisor para un mejor aprovechamiento de los yacimientos de hidrocarburos. Lo mismo para la CRE; actualmente es un institución llena de buenas intenciones pero en la práctica tiene muy pocas capacidades de regular. Emite muchas recomendaciones, pero no le han permitido ir más allá. Estas dos instituciones definitivamente se deben fortalecer.

Hay que debatir leyes secundarias

La polémica radica en modificar los artículos 27 y 28 constitucionales, ¿es la gran panacea una reforma a nivel constitucional?

Mariana Gómez: Es justo la pregunta clave. Estamos discutiendo si hay que modificar o no la Constitución, cuando realmente el debate debería estar en los detalles, en las leyes secundarias. Son tres esquemas donde puede participar la iniciativa privada: las concesiones, los contratos para la explotación, exploración de cualquier recurso natural, incluso su comercialización, en donde los empresarios son los únicos beneficiados porque se lo venden a Pemex. Las concesiones son contratos a largo plazo, el peligro es que nadie podrá saber realmente quién está supervisando esas obras. También están los contratos de utilidad compartida que incluye la reforma de Peña Nieto. Y está el esquema actual de contratos de participación privada donde Pemex celebra contratos de prestación de servicios con empresas, y el problema que tenemos ahora —porque ya no funciona— es que Pemex no tiene la capacidad de verificar si la empresa hace bien su trabajo. ¿Qué porcentaje de utilidad se plantea dar a la iniciativa privada?

Liliana Estrada: El tema de los artículos constitucionales es la propiedad de los recursos. El 27 establece que todos los recursos naturales son propiedad de la nación. En este caso, al momento de abrir el sector a la iniciativa privada se tendría una confusión al final de quiénes son los propietarios de esos recursos, si las empresas que invierten en tecnología y ponen todo para extraer los hidrocarburos o el Estado que sigue teniendo la propiedad. Sabemos que Pemex tiene un pequeño presupuesto y que también su utilidad se va a gasto corriente. ¿Pemex se puede fortalecer con sus propios ingresos como dice el PRD? ¿De dónde saldrá la inversión si el 35 por ciento de las finanzas depende del petróleo?, ¿vamos a quitar el gasto corriente para inversión, o queremos seguir creciendo para tener más gasto?

 De las tres propuestas energéticas, ¿cuál es la ideal para el desarrollo del sector energético?

Liliana Estrada: Inteligencia Pública se ha pronunciado por la ampliación de la gama de energéticos. Las tres iniciativas se han enfocado sólo a Pemex y CFE. Las reservas actuales son para 15 años y lo que tenemos que hacer es hablar de una verdadera reforma energética, identificar los nuevos energéticos y avanzar hacia una transición energética. México tiene el potencial enorme en energías renovables, ¿cuál es la modernización que se propone para CFE? Un caso indispensable es la discusión del shale gas, que somos potencialmente ricos y que nos puede ayudar a dar ese gran paso de fortalecer el sector energético. Todo esto acompañado de una política de eficiencia energética.

Existen los tiempos de la calle y los tiempos legislativos, ¿prevén manifestaciones y marchas como sucedió tras la reforma educativa?

Mariana Gómez: Sin duda seguirán las movilizaciones porque la reforma del Ejecutivo ya se presentó, es muy claro que le está apostando a cambios constitucionales y seguirán negociando esa posibilidad. No nos vamos a salvar de movilizaciones, bloqueos, y todo lo que tenga que ver con la defensa del petróleo, aunque esté mal entendido este concepto. Pero hay muchos puntos en los que se puede lograr un consenso. Incluso las tres iniciativas PAN-PRI-PRD traen muchos puntos en los que se puede trabajar de manera conjunta y que incluso, una vez aprobada, se pueden negociar las reformas secundarias. Ahí es donde realmente debería estar el debate: qué tanto se abrirá el sector energético a la iniciativa privada.

Sí pasará

Los gobiernos panistas no pudieron sacar adelante las llamadas “reformas estructurales”, ¿qué escenarios se perfilan para la energética?

Mariana Gómez: Creo que pasará la reforma constitucional, pero el costo político será alto. Si no pasa la reforma energética, tampoco pasa la reforma fiscal o la político electoral. Como ya vimos, a pesar de los maestros y el caos, pasó la reforma educativa. Vemos a la ciudad colapsada, pero pasará la reforma constitucional y esperaremos la discusión legislativa en torno a las leyes secundarias. Esta discusión tendría que generar una conciencia ciudadana en cuestión del gasto; el ingeniero Cárdenas tiene razón cuando dice en qué se van a gastar los recursos que se obtengan de la renta petrolera, cómo se invertirán. Al final estamos hablando de la calidad en el gasto público y es un tema central que nos toca vigilar.

Liliana Estrada: Estamos en el punto en que no podemos dejar que se quede estancada una reforma vital para el país. Es necesario generar los cambios porque tenemos que garantizar una seguridad energética. Ahí está la importación de gasolina y gas. Si ahora no se aprueba una reforma energética, daremos un paso hacia atrás. ¿Qué estamos haciendo para ampliar esta gama de energéticos?, es una pregunta clave. ¿Cómo vamos a cumplir con la demanda de hidrocarburos?, hay que avanzar hacia una transición energética.