Entrevista a Luis Miguel Pérez/Profesor-investigador del ITESM

Nora Rodríguez Aceves

“Lo que estamos viendo en estos momento en el PRD es un circo de varias pistas, y digo que es un circo de varias pistas porque ya lo vimos el lunes pasado, 23 de septiembre, en el Senado de la República, donde se llevó a cabo el Foro de debate sobre las distintas iniciativas en materia energética y lo hemos estado viendo también en la reforma para telecomunicaciones para la educación y demás, como el secretario general no se ha enterado de lo que hace el presidente del partido, el presidente no sabe lo que hacen las facciones, los grupos hacen una cosa y dicen otra y están en constante litigio interno, por eso digo que es un circo de dos o tres pistas donde la función que se da en una pista a veces es contraria a la que estaba en la otra parte.”

El problema del PRD básicamente es en dos grandes y encontradas posiciones: aquéllos que piensan que deben permanecer en el Pacto por México, pues piensan que mantenerse en el pacto es demostrarle a una enorme base de votantes que el PRD no es intransigente, que el PRD es una izquierda responsable, que con el PRD se puede dialogar; y en esa búsqueda de demostrar que son dialogantes, tolerantes y no intransigentes, están los que apoyan el pacto.

Y está la otra pista, por llamarlo así, donde se mueven estos grupos del PRD que dicen no al Pacto por México, que estar en el pacto es una traición a la ideología misma del partido y es una entrega o una sumisión absoluta al poder presidencial que se ejerce desde Los Pinos. Además, que este tipo de grupos estén cerca de las posiciones de Andrés Manuel López Obrador, es decir, que estén en contra de que se lleven a cabo los pactos, que se retiren de los foros no debe extrañarnos; y por eso repito que todas estas reformas y todas estas situaciones terminan haciendo más evidentes las diferencias que hay en el interior del PRD”, asegura Luis Miguel Pérez Juárez, profesor-investigador del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM) Campus Estado de México.

En este sentido, Luis Miguel Pérez agrega que algunas de las repercusiones que tiene este tema energético en el interior de la izquierda mexicana es que “la izquierda no llegase a un acuerdo y que por el contrario las diferencias que hemos visto en los últimos años, que las hay muy fuertes entre el PRD y López Obrador, entre los dirigentes actuales del PRD y los de Morena, entre los líderes tradicionales, como ha sido Cuauhtémoc Cárdenas, unas repercusiones que se pueden tener es que estas divisiones se hagan mayores y que el pleito en el interior de la izquierda sea mayor”.

Morena tendrá mucha fuerza en 2014

“Debemos recordar que aunque Morena todavía no está registrado, es un hecho —podemos decirlo— casi seguro que en 2014 tendremos a Morena registrada como un partido político con mucha fuerza, pero en 2015 no podrán ir en alianza, y entonces ahora tienen que ir lo más unidos ideológicamente si quieren hacer algo positivo y que la izquierda tenga buenos resultados en 2015. Una de las repercusiones de esta reforma energética es que pierdan simpatías por una parte de la población y que, por otra parte, se hagan más fuertes y grandes las diferencias entre ellos.”

Por ejemplo, vemos a Cuauhtémoc asistiendo al Senado de la República, a los foros que se hacen precisamente para la reforma energética, “sabiendo que son foros que pretenden legitimar la reforma, pero asiste tratando de llevar su opinión, y López Obrador mucho más intransigente no asiste, un López Obrador frente a Cuauhtémoc sin ningún temor descartando completamente la validez de estos foros… ¿Qué es lo que pasará?, pues que finalmente la reforma será un detonante más que mostrará las enormes diferencias que en la izquierda mexicana se están viendo en ese momento”.

Además, “todo esto hará que la izquierda primero salga a la palestra, que los ciudadanos que sienten mucho muy de cerca lo que es el petróleo como sinónimo de nacionalización les haga ganar puntos positivos, pero también veo que muchos ciudadanos los verán anquilosados en los años cuarenta y cincuenta, lo que puede hacer que pierdan votos y, finalmente, es una prueba para la unidad de la izquierda, que es mucha en México, de todos los frentes de izquierda, y que se está viendo esa unidad no existe”.

En este contexto, para el especialista en política pública y democracia, “la izquierda en México —la palabra que voy a usar no es una palabra muy académica—está metida en un brete, está metida en un lío grave en torno a sus posiciones con respecto a la reforma energética. Con todo derecho la izquierda puede definir sus posiciones y ha sido la más recia y la más agresiva a la posible reforma energética”.

La izquierda está en un lío

“Lo es porque es congruente con cierto comportamiento que ha tenido a través de su historia, es congruente también con ese apego a la expropiación que en su momento se hizo. ¿Por qué entonces digo que está metida en un lío la izquierda? La verdad es que más allá de una posición ideológica, y sin avalar yo para nada la reforma que presenta el presidente Enrique Peña Nieto, es evidente que México necesita cambiar esquemas y cambiar comportamientos con respecto a sus empresas estatales y paraestatales, y que Pemex ha sido sangrada de una forma enorme, que los recursos para la exploración y la explotación están muy mermados y que las grandes empresas del mundo ya juegan en una primera división energética mientras México sigue en el tercer mundo energético.”

Por otra parte, “que esta reforma se lleve a cabo supone que la izquierda se pronuncie. ¿Cuál es el otro problema?, si ideológicamente están un poquito trasnochados y habría que actualizarse, el problema más importante que en este momento se está viendo es que fruto de esta lucha contra la reforma energética se hacen evidentes las grandes divisiones que existen en la izquierda nacional. No piensa igual el PRD que lo que piensa el PT que casi siempre han marchado de la mano, y menos lo que está pensando el Movimiento de Regeneración Nacional, el famoso Morena de Andrés Manuel López Obrador. Hace unos días vimos un documento que hablaba de la unidad de la izquierda donde vemos a importantes figuras como Cuauhtémoc Cárdenas y Andrés Manuel López Obrador firmando en conjunto, pero esa unión aparente hace notorio también que hay enormes diferencias y que caminan en sentidos muy diferentes”.

Uniones coyunturales: percepciones erróneas

Sin embargo, advierte Luis Miguel Pérez, “nada más peligroso en política que las uniones coyunturales, porque las uniones coyunturales aparentan cosas que no son, hay una coyuntura donde firmamos juntos, donde aparecemos juntos, donde parece que coincidimos, pero nada es más peligroso porque da imágenes falsas y percepciones erróneas. Yo creo que sí, que hay una primera unión en torno de la izquierda en relación con el problema de la reforma energética, pero que es meramente coyuntural, para bien o para mal, se apruebe o no se apruebe la reforma, se apruebe esa reforma con o sin modificaciones, lo que está visto es que no hay una alianza, una cohesión de la izquierda en este país tan fuerte que resista esta reforma”.

“Una vez que pase lo que pase con la reforma, veremos otra vez a la izquierda dividida, golpeándose entre ellos, marcándose las tribus, marcándose claramente posiciones y, por supuesto, todo esto no abona ni en beneficio de ellos electoralmente, pero tampoco abona en beneficio de la democracia, porque independientemente de que uno pueda ser de centro, derecha o de izquierda, la democracia de un país se crea y se fortalece teniendo una derecha fuerte, sólida y bien plantada, y una izquierda igual sólida, fuerte y bien plantada, porque eso enriquece la democracia; y es una pena —sin importar qué tendencia política tenga uno— que no tengamos una izquierda que presente un frente mucho más congruente con ellos mismos.”

En opinión del profesor-investigador del ITESM, “parece que el PRD no ha logrado sacudirse a sus caudillos, no ha podido sacudirse a sus líderes morales o líderes históricos y que las figuras emergentes, aquéllas que parece que podrían surgir en su momento, hace apenas un par de años se hablaba de la figura de Marcelo Ebrard como la figura que podría salir, ahora con menos expectativas, la del propio Miguel Ángel Mancera, y no hablemos de los presidentes del partido, que yo creo que muy por abajo están o jefes de tribus del partido que están extremadamente localizados, extremadamente conocidas sus posiciones, y que por eso está castrada su posibilidad de triunfo”.

Sangre nueva en la izquierda

“La verdad es que no veo un nuevo liderazgo y están muy estancados en esos liderazgos que ellos llaman históricos, pero que nos hace pensar quién es la sangre nueva o quiénes están aportando nuevas ideas a la izquierda en México, y quién es el que sea capaz de unir en un solo carril el pensamiento de izquierda electoral en este país; y no lo veo, no veo por dónde.”

Por eso, señala Pérez Juárez a Siempre!, “el gran ganador —esto depende ya del lector y del análisis que haga cada lector—, para bien o para mal, es el PRI, porque finalmente el PRI ha logrado mantener un pacto que le ha funcionado maravillosamente bien, el Pacto por México; está sacando reformas que podemos estar de acuerdo o en contra de ellas, pero está sacando sus reformas adelante con el Pacto por México, y estamos viendo un PRD que tuvo muy buenos resultados electoralmente en 2012 y ahora vemos que se notan las obvias fracturas y vemos una militancia molesta, enojada, activa, y una militancia muy allegada ideológicamente que siente que es una traición estar en el pacto, pero también una ciudadanía que quiere una izquierda negociadora, y en esos dos polos se está moviendo”.

“Por una parte la militancia no quiere pactos, pero por otra parte la ciudadanía dice: votaré por ti en la medida en que vea que eres un partido negociador y tolerante, y en esa situación se están haciendo evidentes; ahora se juntaron, es de felicitarse, de congratularse que haya esta unión, pero, por favor, las uniones cuando son por cuestiones coyunturales duran poco y engañan mucho.”

El famoso artículo 27

En cuanto a las posiciones que sostiene Cárdenas sobre la reforma energética, el especialista en democracia y transición explica que “Cárdenas no está necesariamente en contra de la participación de capital privado, parece que el meollo en ese aspecto, el hilado fino, pasa por si se debe reformar el artículo 27 constitucional; sí a la participación privada muy acotada sin reforma del 27, es una posición de Cuauhtémoc mucho más moderada que la que plantea Andrés Manuel y la iniciativa desde Los Pinos, que es una iniciativa que sí atiende a una reforma completa y profunda del artículo 27. ¿Esta diferencia es de forma o es de fondo?, aquí es donde ya las posiciones se empiezan a acercar y obliga a que ambas partes empiecen un proceso de negociación, no hay que ser un politólogo experto, simplemente un buen observador de la política mexicana, para darnos cuenta de que la reforma energética seguramente no sea literalmente la que enviaron Los Pinos, y que habrá reforma, como hubo reformas también a las iniciativas para educación, telecomunicaciones, y habrá en las fiscales, habrá estas reformas, y no son literalmente lo que el Ejecutivo federal envía, creo que se están enviando posiciones a veces un poco más radicales o profundas buscando tener un margen de negociación más amplio.”

Ahora este margen de negociación tiene que ver, además, con “uno, realidad en la reforma; dos, qué tanto está dispuesta a ceder cada una de las partes; y tres, la especialidad técnica constitucional que diga si se puede efectivamente ingresar un espectro de participación privada dentro de la explotación petrolera sin la reforma del 27, la posición de Cuauhtémoc y de aquellas personas de la izquierda que piensan así; obviamente consideran que no es necesario reformarlo, y parece que el gobierno considera que no se puede hacer esta reforma sin un cambio, si no radical, sí sustantivo del artículo 27 constitucional”.

“En todo caso —explica— en ese sentido puede haber estrategias de acercamiento de posiciones, pues cuando menos no es tan radical como la de López Obrador con el contundente no. En el otro caso, dicen: sí, pero no modifiques la Constitución, y eso es un paso de acercamiento tenue, un guiño apenas en favor de una posible negociación para que haya una reforma, que no será la de Los Pinos, pero que será una reforma que también seguramente este país necesita, sobre todo en el sector energético.”

Aunque, a final de cuentas, “todos los partidos sin excepción corren un riesgo, todos tendrán que pagar un peaje, un costo y un desgaste por las decisiones que tomen; en esta reforma nadie saldrá ileso, pero algunos sabrán administrar el conflicto y quizá meter un programa de reducción de pérdidas, y otros seguramente saldrán más dañados. La apuesta indicaría que habrá mucha gente que esté del lado de la izquierda cuando una izquierda sea contundente para decir no a la reforma, pero al mismo tiempo el desgaste será geométricamente mayor, y eso puede afectar no sólo a su base de militantes y de votantes sino en el interior de su partido y de las corrientes que están manejando este tema energético”.