Gonzalo Valdés Medellín

Martha Papadimi­triou fue una mujer admirable, trabajadora incansable del arte y la expresión estética más genuina, dedicó su vida al teatro, al cine, a las artes plásticas de las que fue una fervorosa impulsora, defensora y proponedora. Siempre llena de entusiasmo, buscando aquellas propuestas y pautas que le permitieran realizarse como ser humano y dejar algún legado artístico, Martha destacó como actriz desde muy joven llegando a ser, en plena madurez, un histrión de enorme relevancia que demostró no pocas veces. Fui su amigo, amigo de sus padres y siempre tuvimos un trato cercano y afectuoso. Ha partido de este mundo muy joven, quizás en un momento en que podría haber encontrado la magnificencia de su arte histriónico, interpretativo. Por ello, cuando el joven director Ginés Cruz me pidió le sugiriese una actriz para su puesta de Las alas del pez de Sánchez Mayáns, en la Sala Villaurrutia, hace algunos años, no dudé en proponérsela y Martha hizo una creación no sólo encomiable y brillante, sino que daba peso y elegancia a la dirección escénica y al mismo texto dramático. Yo siempre vi a Martha Papadimitriou como una Anna Magnanni en potencia, capaz de llenar esos registros de la más recóndita condición humana, que sólo las grandes actrices pueden lograr y de lo que aleccionó con gran estatura en Los padres terribles de Jean Cocteau, así como en Cuernos de la misma cabra de Vegas, al lado de Jorge Galván, que sería la obra con que habría de despedirse. Martha Papadimitriou deja un enorme hueco entre sus amigos, deja a una hija, joven creadora imantada por el cine: Soledad Violeta, y deja a sus padres, Jorge Galván y Teresita, así como a sus hermanos, y tantísimos amigos. Pero también deja el destello de su sonrisa amable, sincera, dulce y dotada de gran pasión por la vida y por el arte; dotada de talento. A continuación una breve semblanza compartida por el maestro Galván, notable dramaturgo, director, actor y promotor cultural, su padre: “Martha Teresa Papadimi­triou Cámara nació en Querétaro, Qro., en 1961, y falleció el pasado 7 de septiembre en el Distrito Federal. Como actriz, Martha Papadimitriou formó parte de la Com­pañía Nacio­nal de Teatro, dirigida por José Solé y, bajo la dirección de importantes creadores escénicos, participa en memorables montajes de 1981 a 1987, entre los que destacó su participación en De película, de creación colectiva y De la Calle, de Jesús González Dávila, ambas bajo la dirección del gran maestro Julio Castillo. Su trayectoria en el teatro universitario contempla el emblemático montaje de Fotografía en la playa, de Emilio Carballido , bajo la dirección de Alejandra Gutiérrez (UAM), a principios de los ochenta, así como Los empeños de una casa, de Sor Juana Inés de la Cruz, dirigida por Alejandro Aura (UNAM). El Cuchara de Oro, de Jorge Galván, y Las sillas, de Eugene Ionesco, con dirección de Jorge Galván le ubican como una sólida proponedora del teatro independiente mexicano. Con Vestir al desnudo, de Luigi Pirandello; dirección de Raúl Quintanilla, recibe el Premio Rita Macedo como actriz dramática (Asociación Mexicana de Críticos de Teatro); y alcanza su mayor éxito con Los padres terribles, de Jean Cocteau, en versión libre y dirección de José Acosta. Su experiencia en cine comprende las películas Otilia Rauda, de Dana Rotberg; El anzuelo, de Ernesto Rimoch; Amor a la vuelta de la esquina, de Alberto Cortés (por la cual fue nominada por la Academia Mexicana de Ciencias y Artes Cinemato­gráficas como mejor Actriz de Cuadro). Ambienta las películas: La señora Cónsul en México, de Joyce Buñuel; Dos crímenes, de Roberto Sneider; Tres minutos en la oscuridad, de Pablo Gómez Sáinz; Principio y fin de Arturo Ripstein; Amorosos fantasmas, Algunas nubes y Días de combate, de Carlos García Agraz; Otoñal de María Novaro y Juegos Nocturnos de Pablo Gómez Sáinz. Fue directora de arte: La cama, Corazones rotos; Villa, itinerario de una pasión, de Rafael Montero. Daniel y Ana, de Michel Franco; Crónicas Chilangas, de Carlos Enderle y Última llamada, de Carlos García Agraz. Preside Tinitus, Arte Contemporáneo A.C. Promotora de artistas visuales contemporáneos, dentro y fuera de México. Curadora y museógrafa, con más de cuatrocientas exposiciones. Creadora de La Caja Museo de Arte Contemporáneo. Fue Jefa de Artes Plásticas de la UAM. Curadora en jefe del Museo del Chopo de la UNAM”.
Descansa en paz, Martha Papadimitriou, querida amiga. En los caminos de la vida, tu recuerdo siempre estará presente.