EN LA LÍNEA

No hay fuerza en el diálogo ni en los hechos

Félix Fuentes Medina

Promulgadas las leyes secundarias de la reforma educativa, los maestros disidentes quedan desarmados y sin banderas de protesta. Pero ahora atacan las reformas energética y fiscal, igual que el derrotado Andrés Manuel López Obrador, quien se proclama defensor del petróleo y héroe de la no aplicación del IVA en alimentos y medicinas.

El asunto es que los individuos de la CNTE cumplieron el lunes pasado cuatro meses de plantón en el Zócalo capitalino, y desde allí han iniciado marchas para causar diarios desmanes en agravio de la población capitalina, ante la complacencia de los gobiernos federal y capitalino.

Los golpes son dirigidos contra el régimen priista del presidente Enrique Peña Nieto, pero los padece la población del Distrito Federal, y la nación en su conjunto ofrece un espectáculo de indolencia y abandono a los ojos del mundo.

Numerosos analistas creían que Peña Nieto no haría el viaje a Rusia, a la reunión del G-20, debido al problemón magisterial, pero lo hizo mientras en la capital del país multiplicó la CNTE los cercos a instituciones públicas y privadas, así como bloqueos en el Aeropuerto Internacional y en las principales avenidas.

En San Petersburgo, el primer mandatario afirmó: “Agotamos la vía del diálogo precisamente para evitar la toma de otras acciones que están en las atribuciones del Estado mexicano”. Allá reiteró que las leyes secundarias de la reforma educativa serían promulgadas.

Ambos conceptos dieron aliento respecto a la posibilidad de que, al fin, serían tomadas decisiones drásticas para concluir la demencial confrontación con la CNTE y, lo más importante, devolver la tranquilidad a la ciudadanía del DF, cansada, hastiada del vía crucis de tantos meses.

Engallados, los líderes de la CNTE que encabeza el oaxaqueño Rubén Núñez, de la Sección 22, recurrieron a la operación hormiga y los profesores tomaron diferentes rumbos para llegar al Boulevard del Aeropuerto Internacional y bloquear la terminal aérea.

A tiempo salieron al paso de los vándalos más de 2 mil policías y la montada para evitar un caos mayor. Miles de viajeros recorrieron largas distancias a pie para abordar los aviones y varios turistas prometieron no volver a México, nunca más.

A eso y más ha sido orillada la nación por no resolver a tiempo el problema. El reclamo general es por qué se permitió la llegada de paristas de la CNTE al Distrito Federal y por qué el miedo de proceder contra ellos si han incurrido en graves ilícitos.

El domingo pasado, la Coordinadora marchó hacia el Ángel de la Independencia para protestar contra la reforma energética, lo cual hizo también López Obrador, a quien los maestros le impidieron hacer su concentración en el Zócalo y El Peje llevó a cabo su evento en el Hemiciclo a Juárez, donde emitió elogios a los disidentes del magisterio.

Cada bando, por su lado, se dice distante del otro, pero pudieran unirse y agrandar las protestas contra el gobierno de Peña Nieto, quien por la vía del diálogo ya no los va a convencer. El asunto educativo llegó muy lejos debido a la ausencia de operadores políticos. Los peñistas carecen de fuerza en el diálogo y en los hechos.

El lunes pasado, la CNTE dio paso libre a automovilistas y transportistas en las autopistas México-Puebla y México-Cuautla durante seis horas, además de que presumió su propia estación de radio en FM, operada en el Zócalo. ¿Qué más nos espera ante esta actitud complaciente?

En tanto, López Obrador y los perredistas presumen que, debido a las presiones ejercidas por ellos, el gobierno peñista se abstuvo se aplicar el IVA a alimentos y medicinas. Así duela en las alturas, esto es verdad.