CONSULTORÍA ECONÓMICA

 

Manzana difícil de digerir

Julio A. Millán Bojalil

La reforma hacendaria es sin duda la más importante de todas porque es claro que ninguna otra podrá ser viable si no se tienen los recursos necesarios para su sustento. Si embargo, es de señalar que una manzana nada fácil de digerir se requerirá de porcionarla para poder tragarla.

La reforma tiene un alto contenido social no sólo por la iniciativa del Sistema de Seguridad Social Universal, sino porque se ha cuidado de no afectar a las clases menos favorecidas al no cargar IVA en los alimentos y las medicinas, argumentando que las clases más pobres gastan un alto porcentaje de su ingreso en alimentos. En contraste, eleva el IVA fronterizo a 16%, y se grava con este impuesto a actividades exentas como la renta de casa habitación. Además de un impuesto a las bebidas azucaradas.

De igual forma se propone la reducción de privilegios y excepciones, en particular los regímenes especiales y la consolidación fiscal, obviamente es de esperarse que se hagan señalamientos al respecto por parte de los hasta ahora privilegiados; esperemos que los legisladores no sucumban ante el fuerte trabajo de cabildeo que enfrentarán. Así mismo se crean impuestos a las ganancias en la Bolsa de Valores, y se incrementa el ISR a 32% para los estratos de ingresos más altos, se elimina el subsidio a la gasolina, entre otros, medidas que como indicamos son difíciles de digerir. Así en palabras del presidente Peña Nieto, la reforma busca ser justa y altamente progresiva, que paguen más lo que más tienen; lo que no dice es que seguiremos pagando los mismos, ya que no se amplía la base de contribuyentes, al menos por un tiempo, en lo que se formaliza a empresas y empresarios y se les obliga a pagar.

Con estas medidas se busca incrementar los ingresos. Sin embargo, la mayor recaudación estimada para el sexenio es sin duda insuficiente, ya que se seguiría dependiendo de los ingresos petroleros, y no llegaríamos a los estándares internacionales de ingresos tributarios como proporción del PIB, los que en México apenas llegan al 11%, mientras que en otros países son mínimo del doble.

Otro punto importante es la iniciativa de reducir la informalidad fiscal mediante un Régimen de Incorporación, que sustituiría al régimen simplificado y los Repecos. Sin embargo, un combate real a la informalidad tributaria sólo sería exitoso si se logran otras acciones paralelas, como el combate a la impunidad y corrupción. Por ello es importante que queden claras reglas eficientes de transparencia y eficiencia en el gasto en todos los órdenes y niveles de gobierno.

Será primordial contar con el apoyo real de los empresarios y la iniciativa privada, quienes llevan el peso de la reforma tributaria; y de líderes políticos, por ello el Pacto por México es un aval importante. Habrá entonces que estar atentos a la letra chica de la propuesta y a los añadidos y cambios que el Congreso le imponga. Con esta reforma, el PRI reaparece con sus lineamientos sociales de centro izquierda que lo mantuvieron en el poder por tantos años.