D. F. por Siempre!

 

Se debe garantizar a la ciudad su propia Constitución

 

No hay Estado ni nación

sin una capital dinámica.

Manuel Azaña

 

José Alfonso Suárez del Real y Aguilera

El pasado 15 de octubre, el gobierno federal reconoció la capitalidad de la ciudad de México en voz del secretario de Hacienda, Luis Videgaray, quien junto con el jefe de Gobierno del Distrito Federal dio a conocer el acuerdo por el cual se establecerá el Fondo de capitalidad a favor de nuestra ciudad.

En ese mismo acto, se informó del logro de una de las más sentidas reivindicaciones de los gobiernos democráticos del Distrito Federal: su inclusión al ramo 33 del Presupuesto de Egresos de la Federación, conocido como Fondo de Apoyo a la Infraestructura Social, negado por décadas a la capital de la república, lo que le restituye su igualdad de trato presupuestal.

Con excepción de los panistas, el resto de las fuerzas políticas celebraron el otorgamiento de estos recursos a favor de la ciudad de México, y externaron su complacencia y apoyo al discreto pero efectivo trabajo desplegado por el titular del Gobierno del Distrito Federal, gracias al cual se concretaron estos importantes logros presupuestales a favor de los capitalinos.

Ni duda cabe que el profundo y puntual conocimiento del concepto de capitalidad y Régimen Especial de Madrid —y el de otras ciudades españolas— debe haber nutrido la propuesta que el jefe de Gobierno del Distrito Federal presentó al gobierno federal para lograr el fondo a favor de la ciudad.

Seguramente se señaló que, desde 1932, el gobierno republicano encabezado por don Manuel Azaña, reconoció la capitalidad de Madrid. Este antecedente histórico y la Ley de Capitalidad y Régimen Especial de 2006 deben haber sido un referente en la armoniosa decisión de otorgar recursos adicionales a capital de la república.

Este acierto del gobierno capitalino debe pavimentar la ruta política que garantice a la ciudad su propia Constitución, añeja y sólida aspiración presente desde los intensos debates entre los Constituyentes de 1857, que pugnaban por otorgar a la capital de la república el mismo rango y trato que al resto de las entidades de la federación.

En la actualidad, juegan a favor de esa causa la convicción y el ánimo constitucionalista del doctor Miguel Ángel Mancera, expresado a lo largo de su campaña y ratificado en sus casi 11 meses de gobierno.

Los capitalinos esperamos de nuestro gobernante la misma diligencia desplegada en lograr este Fondo de capitalidad, para la pronta consecución de las condiciones que faciliten la convocatoria al Congreso Constituyente de la Ciudad de México, en cuyo seno se discuta y promulgue la Carta Magna que exprese el pacto social que desde antaño anhelamos.

Asimismo, y partiendo de la premisa de don Manuel Azaña  que expresa que no hay Estado ni nación sin una capital dinámica, los capitalinos exigimos que el dinamismo financiero de nuestra ciudad, fortalecido con este Fondo de capitalidad, sea paradigma de honestidad, eficiencia y transparencia por quienes gobiernan esta capital social.