Álvaro Mutis
Caso curioso el de este escritor mexicano del que pueden esperarse aún muchas sorpresas, aunque no sean pocas las que ya nos haya asestado. Desde sus primeros cuentos, publicados allá por la mitad de los años setenta, se advierte una doble intención o, mejor, una doble mirada dirigida hacia lo que se propone narrar. Por una parte tiene, como ninguno de los narradores actuales de su país, el talento y la destreza agudísima para retratar ciertos ambientes, ciertas horas, ciertos personajes de la vida urbana de la capital. Y demás, lo hace sin complacerse en la triste sordidez que nos espera en cada esquina de esos vastos conglomerados, donde se hacinan los protagonistas de sus historias, miembros de una incipiente clase media que, de prisa, intentan liberarse de su pasado provinciano para sumergirse, hasta perder toda identidad, en la voraz jungla consumista que día y noche atrae con sus reclamos vociferantes de una televisión multipresente. Pero los pequeños relatos de Samperio logran tal extremo de maestría y veracidad, con una intensidad que llega a ser incómoda, que poco a poco va configurándose a medida que Samperio avanza a la publicación de sus libros otro mundo que se superpone al primero y que plantea, como salida al desolado horror que éste describe, un delirio puro, un frenesí absoluto de lo imposible, una fantasía arrolladora en donde nada vuelve a ser como antes pero todo pertenece, en su esencia, a la más cotidiana realidad.
En el cuento “De una acera a la de enfrente”, por ejemplo, la mujer en la angustiosa espera de aquella persona que sabe que nunca llegará; el olvido le hará metamorfosear en una espléndida jacaranda. Y como este caso, muchos otros son los que logra Samperio, por virtud de su destreza verbal; en ese doble espacio literario que hace aún más patente y menos soportable la inútil vida de sus personajes. Personajes con los cuales comenzamos a identificarnos indefectiblemente, porque cada uno de nosotros sabe que tampoco ha logrado escapar de red de extravío necedad y derroche cretinizante en que vamos hundiéndonos.
Para ubicar a Samperio, se ha hablado de Becket, Ionesco y hasta de Kafka pero, toda comparación en literatura es un recurso para evitar el esfuerzo de pensar y de juzgar. Si en algún momento nos puede recordar a estos autores es porque, con sus propios y muy personales e intransferibles medios, también Samperio ha puesto el dedo en la llaga de la sandez humana y en las lóbregas construcciones donde ésta suele morar de preferencia.
Guillermo Samperio, Historia de un vestido negro. Fondo de Cultura Económica, México, 2013.
Recientemente el escritor Guillermo Samperio nos envió el
presente artículo que, a su vez, el poeta y novelista colombiano fallecido el pasado 22 de septiembre de 2013, le mandó este comentario sobre el libro más reciente de Samperio.