BALLESTA
Mezquindad política de los republicanos
Mireille Roccatti
En los últimos días, la mezquindad política de los republicanos obligó nuevamente al gobierno de los demócratas, ahora con Barack Obama, como antes con Bill Clinton, a cerrar actividades de algunas áreas del gobierno estadounidense por problemas de presupuesto, esto en los hechos significa que el aparato estadual de la economía más fuerte del mundo no tiene fondos para pagar los salarios de su burocracia.
El gobierno estadounidense desde hace ya varios lustros, a partir de la desastrosa gestión de Bush hijo, ha tenido que financiar su gasto público con crecientes déficits que lejos de disminuir han ido creciendo como bola de nieve.
Actualmente su insuficiencia ronda por el orden del 9% del PIB y cada año al enviar el Ejecutivo los proyectos de ley de ingresos y el presupuesto, la negociación del techo de endeudamiento genera una confrontación entre poderes que confronta dos visiones distintas sobre el actuar gubernamental.
El conflicto actual obedece a que el presidente Obama lejos de plantear una drástica política restrictiva de gasto y austeridad, persiste en cumplir sus compromisos de campaña de expandir los servicios de seguridad social y especialmente en salud y así atender las crecientes demandas de los sectores de su población con menores ingresos que no tienen acceso a servicios médicos, lo que lo confronta con las facciones más conservadoras de los republicanos, en especial los integrantes del Tea Party, refractarios a que el Estado atienda demandas sociales.
El conflicto no se plantea en términos de contraste de política pública en materia de conducción de la economía, sino que obedece a un juego de vencidas en el que los republicanos buscan doblar al presidente Obama y olvidan que el papel rector del Estado en la economía se ha revalorado y han resucitado las políticas keynesianas, la mejor muestra es la intervención del gobierno estadounidense cuando a raíz de la crisis financiera global del 2008, hubo de rescatar su sistema financiero y sus industrias automovilísticas icónicas.
La mezquindad del regateo que hacen los republicanos que tienen mayoría en la Cámara de Representantes y son minoría en el Senado, los ha llevado a estirar la liga hasta el borde del precipicio, olvidando en equivocado cálculo cortoplacista que con ello dañan su propio sistema productivo y financiero y que los electores habrán de cobrarles en las urnas su intransigencia.
La repercusión de esta crisis norteamericana en nuestro país, es significativa, la caída en su crecimiento impactó nuestras propias expectativas y las ha reducido a un magro 1% de crecimiento para este 2013, que en los hechos significa un estancamiento; claro que no es el único factor pero indudablemente influyen: la reducción de inversión extranjera directa, la baja en las exportaciones, el alza en el costo de las importaciones —especialmente en alimentos—, la caída en las remesas que envían nuestros migrantes, la baja en los flujos de turismo y un largo etcétera, que combinada con los factores internos parece conducirnos a un esquema de recesión. Y la mezquindad política en nuestro Congreso en la discusión hacendaria y presupuestal para el 2014 tiene lo suyo.