Historias de pesadilla

       

Después del tráfico de drogas y el tráfico de armas, la trata de personas es el ilícito que más ganancias deja al crimen organizado: 32 mil millones de dólares anuales. La ONU revela que en el mundo, cada año, 2.4 millones de personas sobreviven a este terrible delito. El corredor Merced—Centro Histórico del DF es el primer lugar en América Latina donde existe la trata de menores con fines sexuales. Impunidad, burocracia y complicidad de las autoridades son fundamentales para que la mafia siga usando como simple mercancía a miles de jóvenes en todo el país.


Por Moisés Castillo

 

A su hija se la tragó la tierra

I.

Dicen que la esperanza es un estimulante vital muy superior a la suerte. Y la familia de Luz del Carmen Miranda González tiene miedo todos los días. Desde hace un año y medio no sabe dónde se encuentra. Araceli y Jorge, sus padres, no niegan ni afirman nada, sólo esperan el día luminoso para poder abrazar a su única hija. ¿Pero qué decirles cuando las autoridades se burlan de ellos? ¿Cómo ayudarlos si los que se encargan de investigar los discriminan por ser pobres? ¿Qué se puede hacer con tanta indiferencia?

II.

Todo transcurría normal. Nadie imaginó que el 12 de abril de 2012 sería un día negro. Araceli se levantó de madrugada y arregló sus cosas para ir a trabajar a Lomas de Tecamachalco, una colonia pudiente del Estado de México. Tres veces a la semana salía a las 5:30 de la mañana para acudir a ese lugar y cuidar enfermos todo el día. Llevaba tres años laborando las 24 horas porque quería cumplir el sueño de Luz del Carmen: su fiesta de 15 años. Le dio un beso en la frente mientras la cubría con la cobija. Una hora después, su marido preparó su caja de bolear zapatos y escapó a la calle en busca de clientes.

Minutos después, Jorge llamó por teléfono a su hija para cerciorarse si la estufa estaba apagada, ya que le había preparado el desayuno “sí papi, todo bien. Nos vemos al rato”. Esas fueron las últimas palabras que escuchó aquel hombre que regresaba con las manos manchadas de grasa y pintura. Hacia las cinco de la tarde notó que la puerta estaba abierta y que el ruido de la televisión dominaba el ambiente. Sintió un golpe en el corazón. Tecleó el número de celular y nada. Buzón de voz. Desesperado, le avisó a su mujer y ella lo tomó con cierta calma “ha de estar con su amiga Michelle”. Nada, ni en los hospitales, ni en las delegaciones policíacas. Luz del Carmen se convirtió en un fantasma.

Al día siguiente, Araceli y Jorge se dirigieron al Ministerio Público de Ecatepec y, sin ninguna explicación, dos meses después los mandaron a Toluca, a la Fiscalía Especial de Trata de Personas de la Procuraduría General de Justicia del Estado de México. Cinco días tras la desaparición, llegó un mensaje de texto al celular del bolero “yo le doy de comer a su hija y el Güero José Guadalupe viola a su niña todos los días. Si quieren verla está aquí en las carrocerías afuera de La Guadalupana La Venta. Sobre la carretera de Texcoco”.  A pesar de esa prueba, la policía investigadora de Ecatepec actuó torpemente: llegaron a ese lugar y preguntaron si había ahí una niña de 13 años. Obvio tuvieron una respuesta negativa.

Las autoridades de Ecatepec y Toluca en vez de realizar pesquisas, hacían comentarios a la ligera “ni se preocupen, seguramente su hija está en Acapulco tomándose unas chelas, en unos días más regresa”. Al ver algunas fotografías de Luz del Carmen, los policías municipales escupieron “pues su hija ya se ve grandecita, ya no es una niña inocente, no coincide con el cuerpo de alguien de 13 años”.  Por ese rumbo de Texcoco, en febrero pasado, la prensa dio cuenta del caso de otra menor de edad violada y tirada en las vías del tren. Hasta el momento las autoridades no cuentan con ninguna línea de investigación o pista para resolver el caso de Luz del Carmen. Un policía local le dijo a doña Araceli “uy señora, pues creo que a su hija se la tragó la tierra”.

III.

Ante la burocracia oficial, los padres de Luz del Carmen se convirtieron en investigadores de tiempo completo. Ante el dolor y la frustración decidieron buscar a su única hija que en ese momento estaba de vacaciones de Semana Santa, cursaba segundo grado en la secundaria Manuel Acuña, de Jardines de Morelos. Ella era una chica estudiosa, le gustaba conocer gente y salir con sus amigas a jugar. Una niña normal que le agradaba la música de banda y el reggaetón. Le encantaba ver películas de caricaturas como Blanca Nieves o la serie televisiva gringa iCarly.

Todo estaba confuso, el asunto de aquella niña era un verdadero crucigrama. La casa no había sido saqueada, nada se habían robado, no faltaba ninguna cosa de valor. El principal sospechoso para Araceli y Jorge es un ex vecino de aproximadamente 50 años de edad, un tal Miguel Camargo que tenía su departamento en esa vecindad mexiquense. El señor Camargo prostituía a su mujer de 25 años y lo mismo hacía con otras niñas y jovencitas. Sus clientes principales eran amigos y también daban servicio a domicilio.

Días antes de la desaparición, el viejo Camargo había invitado a Luz del Carmen a comer en su casa y cada vez que la veía no dejaba de hostigarla, le lanzaba miradas lascivas. Al enterarse de la poca reputación de ese tipo, Jorge se comunicó con las autoridades locales para informarles sobre los actos de Camargo, pero fue ignorado. “No tenemos pruebas suficientes, por lo que no podemos iniciar alguna investigación”. Incluso, en una borrachera celebrada en el mismo inmueble común, un amigo policía de tránsito le comentó optimista a Camargo que tenía “un pollito de 14 años, me la estoy comiendo, pronto te la voy a traer”.

La familia de Luz del Carmen no comprende por qué el MP de Ecatepec y de Toluca aún no investigan a ese tipo, quien se sintió “hostigado” por Jorge y mejor se marchó a vivir a otro lugar. Ya pasaron más de 550 días de la desaparición y ni siquiera han interrogado a fondo a ese hombre, que posteriormente se consiguió a otra chica más joven como novia. La hipótesis de la familia es que, al estar sola en casa, ese señor le dijo que su padre se puso mal otra vez de diabetes y que tenía que visitarlo al hospital. Luz del Carmen salió corriendo sin pensar en nada, y es por eso que se descartó algún asalto con violencia o robo a casa—habitación.

IV.

Araceli está desesperada. La primera semana de la desaparición de su hija no comía y no podía dormir. Se auto—martirizaba y sólo se preguntaba “porqué nos pasa esto”. No había consuelo, nadie podía tranquilizar ni aminorar el dolor que sentía como madre. Imposible imaginar el sufrimiento de todos esos días. La rutina es la misma: piensa si come o duerme su pequeña, si la mataron o aún sigue viva.

Araceli está de luto perpetuo. Ahora se dedica a buscar a su hija, ya que su esposo le pidió que renunciara a su empleo y así tener alguna certeza del paradero de su niña. Luz del Carmen cumplió el pasado 13 de septiembre 15 años. El señor Jorge está enfadado por la indiferencia de las autoridades y carga con la culpa que le fabricó su otra familia: “no hubiera pasado nada si no la dejan sola, qué irresponsables”. La sin razón total ante la cruda realidad. Dicen que el tiempo cura las heridas y que nubla la memoria de las personas. El director de la secundaria y la mayoría de los amigos de Luz del Carmen ya se olvidaron de la tragedia.

“La esperanza la voy a perder el día en que yo la encuentre. Para esto ya he ido a morgues, a mil lugares. La esperanza es hallarla con vida. Tengo que encontrar a mi hija, yo sé que mi niña confía en mí y ella sabe que la ando buscando, aunque se me vaya la vida en esto”, explica la señora Araceli.

En la colonia Jardines de Morelos, Ecatepec, y en otros municipios mexiquenses siguen las desapariciones de mujeres. Araceli dice que tan sólo en el mes de agosto pasado dos chicas están perdidas. Una de ellas vivía enfrente de su casa y la otra a unas cuantas cuadras. El crimen organizado es el que manda en la zona. Las madres de las desaparecidas encuentran fortaleza y solidaridad en un sólo reclamo: el retorno de sus hijas a casa.

El trato más desagradable que sufrió Araceli fue cuando una funcionaria de la Fiscalía Especial para los Delitos de Violencia contra las Mujeres y Trata de Personas (Fevimtra) se atrevió a decirle “no se preocupe, señora, para que me llama, algún día su hija aparecerá”. Lloró de impotencia. Su boca tenía un sabor amargo. En una reunión con la titular de la Fevimtra, Nelly Montealegre Díaz, no pudo ocultar el trato cotidiano que reciben las familias: “yo tenía muchas esperanzas en ustedes porque son federales. Tienen más recursos materiales y humanos para investigar pero son los que más desilusionan, me bajaron la moral”.

V.

Araceli no deja de pensar una y otra vez el momento más feliz que pasó con Luz del Carmen: una semana antes de que desapareciera le compró ropa en tiendas del Centro Histórico, la invitó a comer y caminaron tanto que llegaron hasta la Villa, iban demasiado contentas que nunca se dieron cuenta. Escucharon pasar el viento.

VI.

En marzo pasado, decenas de madres que tienen a sus hijas desaparecidas, entre ellas Araceli, consiguieron reunirse con el gobernador del Estado de México, Eruviel Ávila. En un salón del Palacio de Gobierno, el mandatario escuchó las inquietudes y peticiones de las mujeres en el sentido de que su administración tendría que difundir los casos de las jovencitas. Las madres sólo escucharon del priista: “no, eso no, imposible, porque la gente puede entrar en pánico”. Desde entonces, Araceli reza todas las noches y no gana calma. Tiene miedo.

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Sí lo mato

I.

Luisa estaba a unas cuantas horas de ser explotada sexualmente. Estaba viviendo un fin de semana de pesadilla. La noche anterior no pudo dormir ante la noticia de que la cambiarían a otro bar para acostarse con algunos clientes. Ella se preguntaba en silencio, ¿qué voy hacer? ¿Cómo le voy a decir a mi papá que necesito de su ayuda? Pensaba en todas las alternativas para escaparse, pero otras vez surgía el miedo. Y si me pega, y si viene con sus amigos. Estaba mentalizada para lo peor, pero una vez más sentía nauseas y escalofríos en su cuerpo. Dicen que todos tenemos pensamientos asesinos: si no puedo huir, sí lo mato o me suicido. Yo no voy a soportar que abusen de mí.

II.

Luisa vivía en Papalotla, Tlaxcala, municipio vecino de Tenancingo, “cuna de los padrotes” en México. En ese momento tenía 17 años de edad y ya todos sabían que ese lugar de 10 mil habitantes es la “capital de la trata de personas”. Conoció a Avimael en una reunión, nunca lo había visto a pesar de que eran del mismo pueblo. Ese joven de 25 años se portó muy amable con ella, tenía un brillo en sus ojos que la hipnotizó casi de inmediato. Intercambiaron números telefónicos y se prometieron no perderse.

Tres días después, Luisa recibió una llamada.

—Hola, ¿cómo estás?

—¿Quién eres?

—¿Ya no te acuerdas de mí?

—No, no.

—Soy Avimael, nos conocimos en la fiesta del viernes.

—Ah sí, ya sé quien.

—Vamos a salir el fin, cómo ves.

—No puedo, trabajo en la tienda de mis abuelos.

—Ándale, por favor, no seas mala onda.

—No, es que…

—Un rato nada más, ¿si?

—Ok, está bien.

Ese hombre era muy feo pero era muy lindo y seductor. Pensaba distinto en comparación con los chicos que frecuentaba. Le daba buenos consejos “no te puedes enojar con tus padres, es lo más valioso que tienes en la vida”. Luisa pensaba en verdad que era un ángel caído del cielo, un sicólogo que podía leer todas las mentes. Cualquier duda o problema que tenía esa chica preparatoriana, Avimael lo resolvía. Le platicaba sus aventuras y cómo se la pasaba increíble con sus amigos de fiesta en fiesta.

A Luisa le daba mucha envidia no poder salir a esos antros y conocer a gente diferente. Moría de ganas escaparse de vez en cuado a esos lugares exclusivos, pero por cuestiones de seguridad sus padres le negaban toda posibilidad. Se sentía frustrada pero a la vez afortunada de conocer a un hombre maduro. Un día le preguntó: “¿Qué piensas de las personas que son padrotes?”.

El padre de Luisa nunca la dejaba ir sola a Tenancingo porque sabía de los riesgos que tendría su hija ante ese tipo de mafia.

“Sí sabía que la gente de Tenancingo se dedicaba a eso, pero desconocía cómo era el enganche. Pensaba que se las robaban o las mismas chicas decían ‘llévame’. Sí pensaba que estaban ahí porque querían. No sabía ese paso del ‘amor’”.

III.

Avimael conocía a la perfección los puntos débiles de Luisa: salir a los antros a divertirse y él le prometería eso y mucho más. Pasó un poco más de un mes y ya eran novios, pero “no le digas a tus papás” porque se van a enojar y te van a mandar a un internado. Se enviaban mensajes de texto y se veían a escondidas para besarse y abrazarse como cualquier pareja amorosa.

Una semana después Avimael le lanzó una propuesta sorpresiva “me gustas mucho y quiero casarme contigo, ¿y si nos vamos a vivir juntos?”. Luisa no sabía cómo reaccionar ante una marea de felicidad. Dos semanas después le insistió a la menor de edad y le aseguró que en Poza Rica nadie los molestaría y que allá le debían una fuerte cantidad de dinero. La chica aceptó y el 30 de abril de 2010 se fue a esa ciudad veracruzana. A las 11 de la noche le envío un mensaje al celular de su padre y le dijo que todo está bien, pero enseguida su novio le confiscó el celular; y sin más pasaron la noche en una pequeña casa del hermano mayor.

Luisa despertó hambrienta, las tripas crujían. Notó que Avimael no estaba, se le hizo todo confuso. Un mal presentimiento.

 —Qué crees que no encuentro a ese cabrón que me debe el varo.

—¿Pero qué vamos hacer?, tengo mucha hambre.

—Pues con lo que te pagaron en la semana compramos comida.

—Ya no tengo nada, yo compré los boletos del camión.

—Mira, ya chequé la zona y nada más hay empleos en tiendas departamentales.

—¡Avimael, no me puedes salir con esto! Déjame hablar con mi familia para que nos mande dinero y ya nos regresamos.

—No, no, ni pensarlo, ¿te imaginas qué van a pensar de mí? Tú ya te saliste y no puedes regresar.

—Entonces, ¿qué vamos hacer?…

—Pues fíjate que yo son un padrote.

IV.

El sábado Luisa ya estaba en el bar “Cantum”. Nada más tienes que beber cerveza con los hombres y hacerles la plática, le dijo Avimael, cuyo rostro había cambiado. Ese ángel ya no tenia alas. Además le dijo a su chica que en ese lugar se llamaba Armando y le extendió una credencial del IFE de otra mujer. Sin ningún pudor le aclaró todo: “estoy casado y tengo dos hijos, además tengo otra mujer con un pequeño”. Los sueños de Luisa se habían esfumado de un día para otro. Todo era mentira. La identificación era de una de esas mujeres que seguramente las explotaban sexual y laboralmente. Ese día se tomó 15 cervezas y apenas pudo sacar 300 pesos. Armando se enojó tanto que le gritó ferozmente. ¡Si no sacas más dinero te voy a cambiar de giro!

Armando le confesó que su familia la andaba buscando como loca. Luisa consiguió hablar apenas dos minutos con su madre, quien le reclamó “qué no te interesa tu padre, él está muy grave de la presión y está en el hospital. Agarra un taxi y aquí lo pagamos”. Esas fueran las últimas palabras que escuchó Luisa. Sintió que no podía respirar, le invadió una angustia insoportable. También se enteró que la familia de Armando nunca fue a su casa para explicar el compromiso amoroso de la joven pareja. Luisa no dejaba de llorar, le suplicaba al padrote que le diera permiso de ir a ver a su papá “por favor y te juro que no van a saber nada de esto, diré que todo es felicidad”. Fue inútil.

Domingo y lunes trabajó normal, bebiendo litros y litros de cerveza, aguantando manoseadas y actitudes machistas de los presentes. El olor era asqueroso y no podía pensar, su mente estaba en blanco. Terminó la jornada laboral de 2 de la tarde a 10 de la noche. Ese mismo lunes, ella y Armando se trasladaron a un arrabal de mala muerte. En la planta alta se asomaban pequeños cuartos donde los señores se divertirían con las chavas del lugar.

Luego de recibir instrucciones, vio el rostro demacrado de aquellas jovencitas y sintió un dolor extremo en el corazón. Le temblaron sus piernas delgadas. Las risas de ellas eran fingidas como la de esos hombres, que tenían una doble vida. Era la media noche y Luisa escuchó la voz altanera de Armando.

—Aquí vas a entrar a las 5 de la mañana y sales a las 3 de la madruga del siguiente día.

—¿No voy a dormir?

—Cállate, pendeja. No me sirves de nada, tienes que sacar dinero, a mí no me interesa cómo le hagas.

Mientras llegaba la hora de entrada, se dirigieron a un Oxxo para comprar algunas cosas. Un auto casi se estacionó enfrente de ellos y no se percataron que dos tipos bajaron del vehículo y entraron al mini súper. En tanto, el copiloto le dijo al conductor “oye, ¿esa que está ahí parada, no es Luisa?”. De inmediato se quitó el cinturón y corrió hacia la banqueta. A casi un metro de distancia sintió la mirada de su padre, que a primera vista, no lo reconoció. Estaba demacrado, pálido. No escuchó nada y simplemente sintió un fuerte abrazo. La tomó de la mano y la llevó rumbo al coche. Armando reaccionó tarde y alcanzó a decir “no, no señor, no se la lleve, yo quiero a su hija”. El joven proxeneta sólo escuchó “hablamos allá, mi hija se viene conmigo”.

Dos semanas después, Avimael y su familia buscaron a Luisa para decirle que “ahora sí” iban a pedir su mano, como debe ser, como es la tradición. El cinismo a su máxima expresión. La madre de Luisa se alteró al ver a ese tipo y le llamó a sus hermanos para que corrieran a todos. Avimael rogaba y pedía perdón por amar a su hija. Toda una escena de telenovela. Al final, una patrulla municipal llevó a los protagonistas a la capital del estado para que rindieran su declaración. El Ministerio Público acusó a Luisa de lo sucedido ese fin de semana infernal.

—Yo no estoy diciendo mentiras, él me llevó con engaños a trabajar a Poza Rica, dijo llorando…

—¡No es cierto, seguro tú querías estar ahí!, le reviró la licenciada de turno. Todavía al final la titular del MP remató “pinche niña berrinchuda, pues qué se cree la pendeja”.

A pesar del vergonzoso episodio, al padre de Luisa le pidieron pagar ocho mil pesos para levantar la averiguación previa y posteriormente seguir con el proceso judicial. “Si yo ahorita les doy, después ese delincuente les va ofrecer más dinero y todo seguirá igual”. Pasaron seis meses y una de las mujeres del padrote buscó a Luisa para que fuera al DF a denunciar ese delito grave tal y como lo hizo ella, luego de estar 20 semanas esclavizada sexualmente en Tijuana, Pachuca, Puebla, Oaxaca y Tlaxcala.

V.

Luisa tuvo la valentía y venció el miedo que sentía cada vez que recordaba el rostro de Avimael. El lenón está detenido y espera alguna sentencia. Desde hace tres años vive en la Ciudad de México porque en Papalotla ya no tenía ningún sueño qué perseguir. En la Fundación Camino a casa recibió terapia integral para restaurar su cuerpo y superar mentalmente esos días negros. A los largo de dos años ha tenido apoyo médico, sicológico, jurídico, laboral.

“Fíjate que a mi me costó mucho, sobre todo el perdón. A ellos los perdoné fácilmente, pero perdonarme a mí estuvo complicado. Me llevó casi dos años entender que yo no había tenido la culpa, para comprender la situación que estaba viviendo mi papá. Maté a mi familia ese fin de semana. Creo que una recuperación total lleva años. Aún no estoy recuperada al 100”.

Luisa tiene 20 años y estudia la licenciatura de Derecho en una universidad privada. Quiere regresar en el mediano plazo a su pueblo y ser presidenta municipal y luego alcanzar la gubernatura de Tlaxcala para prevenir a los jóvenes de este delito y alejarlos de esa mafia familiar. Con dolor reconoce que el sueño de los niños de allá es ser padrote.

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Estadísticas

La trata de personas es un delito trasnacional. Hombres y mujeres, niñas y adolescentes son utilizados como mercancías para ser comercializados. Es importante señalar que en este ilícito se degrada el valor de una persona a través de la violencia física, psicológica, del abuso de poder con el fin de ser explotados sexualmente, en trabajos forzados, en la esclavitud o para extirparles algún órgano de su cuerpo.

Organizaciones de la sociedad civil ya alertaron sobre la creciente participación al narcotráfico en la trata de personas y el vínculo directo con la desaparición de niños y jóvenes.

En el pasado Día Internacional contra la Trata de Personas para Fines de Explotación Sexual, denunciaron la falta de estadísticas certeras sobre desaparición de personas. Hace poco, Óscar Vega Marín, es Secretario Ejecutivo  del Sistema Nacional de Seguridad Pública, puso en duda los 26 mil casos de personas desaparecidas que anunció la Secretaría de Gobernación, afirmó que el único listado confiable que dejó el sexenio anterior contabilizó 5 mil 319 casos en más de una década.

María Antonia Chávez, del Observatorio Latinoamericano sobre la Trata y Tráfico de Personas, Capítulo México, advirtió que el reglamento de la Ley Antitrata, publicado el pasado 23 de septiembre, por sí mismo no resolverá la problemática.

“Tenemos avance en materia legislativa, pero con limitaciones; sobre todo con el rezago en términos de tiempo para la reglamentación, instalación de protocolos de atención y armonización de leyes con los estados”.

Por su parte, el presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), Raúl Plascencia, exigió resultados concretos a las autoridades.

“Más que de un esfuerzo del momento de un Gobierno, esto debe ser una política de Estado. Hoy por hoy, es una prioridad, un reto, y existen ya en el Congreso mexicano comisiones especializadas buscando que la ley se lleve a la práctica. Pero lo que queremos son resultados. Existen datos pero esos datos no siempre están muy acordes a lo que sucede en términos reales. Y sobre todo en materia de detención de los responsables de estas redes de explotación”.

A su vez, Nelly Montealegre Díaz, titular de la Fiscalía Especial para los Delitos de Violencia contra las Mujeres y Trata de Personas (Fevimtra), admite que hay víctimas nacionales de explotación sexual en Estados Unidos y en otros países de America Latina, y de explotación laboral en España.

“Detrás de este delito hay una situación muy organizada, muy estructurada. En el tema de trata por explotación sexual hemos identificado las empresas familiares delictivas, en los que cada integrante tiene un rol, por ejemplo, la mamá cuida de los nietos que sirven para amenazar a la víctima, los hermanos participan, familia sabe muy bien que los fines de llevarse a esta mujer o de haberla conquistado, hacerla su novia y después su pareja, es con fines de explotación”.

Según el diagnóstico de las Condiciones de Vulnerabilidad que Propician la Trata en México, del Centro de Estudios e Investigación en Desarrollo y Asistencia Social, A. C. (CEIDAS), México es un país de origen, tránsito y destino de víctimas de trata, principalmente niños y mujeres, que son explotados sexual y laboralmente.

CEIDAS localizó 12 ciudades en las que existe mayor incidencia de trata de personas: Tijuana, Mexicali, Nogales, Ciudad Juárez, Nuevo Laredo y Matamoros, en la frontera norte; Puerto Vallarta, Acapulco y Tapachula, en el Pacífico; Cancún, en la Península de Yucatán; Tlaxcala y Distrito Federal, en el Centro. Las rutas identificadas, tanto de migración interna como hacia Estados Unidos, coinciden con las rutas de trata de personas.

Datos que lastiman:

>Con información oficial de la PGR, el quinto visitador de la CNDH, Fernando Batista, detalló que de mil 101 averiguaciones previas, 454 derivaron a consignación ante un juez, 93 a sentencia condenatoria (90 a nivel local y 3 a nivel federal). Es decir, un índice de impunidad el 95 por ciento.

>La CNDH ha identificado a 21 de las 31 entidades con actividad de trata de personas para la explotación sexual, donde además de mexicanas existen mujeres de Europa del Este, Centroamérica, África y Asia.

>Según el Departamento de Estado de Estados Unidos existen en el mundo 27 millones de víctimas de trata.

>50 por ciento de los contactos—Facebook que son desconocidos son con fines de trata, afirmó Teresa Ulloa Ziáurriz, directora de la Coalición Regional contra el Tráfico de Mujeres y Niñas en América Latina y el Caribe (Catwlac, por sus siglas en inglés).

 >CEIDAS precisó que México es el segundo país que provee más víctimas de trata a Estados Unidos, solamente  superado por Tailandia. Revela que la explotación sexual sigue siendo el primer motivo para la trata de personas, seguida de la explotación laboral.

>En la delegación Cuauhtémoc del Distrito Federal operan 350 giros negros que presuntamente se dedican a explotar sexualmente a personas, informó la Comisión Unidos contra la Trata AC.

>La tierra de los llamados “padrotes” en México tiene nombre: Tenancingo, municipio de Tlaxcala. Todo mundo lo sabe, menos las autoridades.

>En 16 países, señala la ONU, la trata de personas tiene por objeto la extracción de órganos, tema en el que la dignidad humana llega a uno de sus niveles más bajos.

>35 por ciento de las víctimas de trata en México son niños; una proporción similar a la que registran Colombia, Perú, Guyana, Guatemala y El Salvador, según la Oficina de las Naciones Unidas Contra la Droga y El Delito (UNODC).

 

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En 23 estados no se está haciendo nada contra la trata: Rosi Orozco

 

Desde que era diputada federal del PAN en la LXI legislatura, Rosi Orozco destacó por poner en el centro del debate público el tema de la trata de personas, la explotación sexual infantil, así como la violencia contra las mujeres. Era raro ver que una mujer panista tuviera en su agenda legislativa ese tipo de problemáticas, pero logró colocar esta discusión a nivel nacional.

En marzo de 2012, en un evento de Women in the World en Nueva York , le entregaron una mención como una de las cuatro mujeres más valientes de México, un reconocimiento que es otorgado comúnmente a mujeres que destacan en labores de lucha contra la trata de personas y grupos vulnerables.

Actualmente, la Presidenta de la Comisión Unidos contra la Trata AC, reconoce esfuerzos de algunos gobernadores y funcionarios como el caso del titular de la PGR, Jesús Murillo Karam; o del jefe de gobierno capitalino, Miguel Ángel Mancera. Sin embargo, lamenta que en 23 estados del país no se está enfrentando a las mafias de la trata de personas y espera que no haya retrocesos en la Ley Antitrata, luego de que la Secretaría de Gobernación publicara el Reglamento de la Ley General para Prevenir, Sancionar y Erradicar los Delitos en Materia de Trata de Personas y para la Protección y Asistencia a las Víctimas de estos Delitos.

Rosi Orozco sigue preguntando: ¿en dónde se encuentran nuestras desaparecidas? ¿Por qué los giros negros siguen funcionando con tal impunidad? ¿Por qué continúa la violación de los derechos elementales de tantas mujeres? No hay respuesta, ni justicia.

—¿Por qué existe preocupación de que no se cumpla la ley antitrata?

A un año que se aprobó esta ley, apenas se publicó el reglamento y estamos agradecidas con el presidente Enrique Peña Nieto, el Secretario de Gobernación, ya que es un síntoma de voluntad política de funcionarios que realmente quieren terminar con este delito. La Ley es perfectible y, por supuesto, todos queremos que cualquier ley mejore, pero nunca dar pasos hacia atrás. Lo que no podemos permitir como señala Patricia Olamendi, experta de la ONU en Derechos Humanos, es desvirtuar la ley. Ella habla muy bien de la ley, dice que cumplimos con los estándares internacionales. Es una ley que presentamos 104 legisladores, una ley que fue votada por unanimidad en San Lázaro y cualquier propuesta que sea un retroceso tenemos que tener mucho cuidado, sobre todo cuando afecta a las víctimas, sus derechos, su protección, cómo investigar estos delitos para que la carga de las pruebas no recaiga sólo en ellas. Otro retroceso puede ser es dar más apertura a que los tratantes salgan más fácil de la cárcel. Si se desvirtúa la ley más personas se van a sumar a este ilícito. Entre más firme sea una ley como esta, que castiga a toda la cadena de prostitución desde los que enganchan hasta los tratantes y explotadores, mejor para todos. Gente del crimen organizado está preocupada por las grandes pérdidas económicas con los giros negros cerrados, con la mano firme que ha tenido Miguel Ángel Mancera, donde la procuraduría capitalina tiene 200 víctimas rescatadas en tres meses y tiene más de 90 presuntos culpables ya con la orden de aprehensión y encerrados. Eso es lo que decía la titular de la Fiscalía Central de Investigación para la Atención del Delito de Trata de Personas, Juana Camila Bautista, en tres meses hemos logrado lo que en cinco años. Por eso los estados que tienen sentencias como el DF (35), Chiapas (33) son avances muy importantes. El mismo procurador de Puebla ha informado que llevan 17 sentencias. Son muy pocos estados los que verdaderamente persiguen el delito.

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¿Qué estados del país no atacan con eficacia la trata de personas?

En la página Unidos Hacemos Diferencia, además de tener la campaña para evitar que haya retrocesos en la ley antitrata, tenemos lo que llamaos el “tratometro” y ahí podemos ver los estados que sí están persiguiendo el delito. Ya tenemos a estados comprometidos como el DF, Chiapas, Tlaxcala —ya tiene seis sentencias—, Baja California. Acabo de estar en Hidalgo y tienen un compromiso real. El Estado de México ha rescatado a valiosos seres humanos. Oaxaca tiene más de 100 averiguaciones previas con esta nueva ley. Lamentablemente ya no tenemos más resultados en otros estados. Son sólo nueve estados que tienen sentencias, los demás no están haciendo nada.

—Pero el problema es impunidad o voluntad política, porque según la CNDH 98% de los delitos no alcanzan sentencia condenatoria…

Exacto. El visitador comentaba que hay mil 101 averiguaciones y que sólo han culminado en 93 sentencias, lo cual estoy totalmente de acuerdo con la impunidad escandalosa. No hay albergues y refugios —que es parte de lo que manda la ley de trata para proteger de una manera especial a las víctimas— para las víctimas que no les robaron un celular, estamos hablando de gente que les robaron su dignidad, su libertad, que la hicieron pedazos, que no se pueden defender así mismas, que llegan a un estado de temor, que no quieren abrazar a sus padres, que no quieren llegar a sus casas, están avergonzadas sobre todo cuando fueron víctimas de explotación sexual. Los lugares donde se les atiende bien a las víctimas es donde termina bien el proceso judicial.

—¿Cuáles son las acciones preventivas que chicos y chicas deben realizar para no caer en las garras de esta mafia?

Lo primero que les diría a los papás y mamás es que platiquen con sus hijos, comuníquense, muestren qué es el delito de trata. Estuve con una joven y platica que si ella hubiera entendido el delito de trata, no hubiera caído en esas redes donde a los 16 años la estuvieron vendiendo como si fuera una mercancía por Internet. Ella me decía si hubiera entendido ese ilícito, si pudiera regresar el tiempo lo primero que hubiera hecho es denunciar. Hay que pedirles a los papás y mamás que nos apoyen al No retroceso de la ley contra la trata, que la firmen en nuestra página. Queremos un millón de firmas para que sepan en el Senado de la República que el ser humano no está a la venta y que no podemos dar pasos atrás de ninguna manera.

—Sabemos de la ineficacia de nuestro sistema judicial, y en temas tan delicados como la trata se revictimiza a las personas que se atreven a denunciar, ¿cómo generar confianza para no silenciar este delito grave?

Precisamente, la ley hoy manda al gobierno federal 94 líneas de acción que se tienen que llevar a acabo. Estamos muy agradecidos con la Secretaría de Gobernación porque, al expedir el reglamento, está aceptando esa responsabilidad. Por otro lado, el Secretario de Hacienda, Luis Videgaray, sí etiquetó el doble de recursos con respecto al año pasado para combatir el delito de trata, lo cual estamos agradecidos y valoramos que hoy se destinen recursos para atender a las víctimas. La ley ordena que en todos los estados debe de haber albergues, cuidar a las víctimas desde el operativo, en la ley se especifica que se debe saber si las niñas no hablan español y requieren traductor, si necesitan un sicólogo, atención médica. Es decir, una atención especial hasta llevarla a una adecuada reinserción social. No dejarlas a mitad del camino.

—¿Cuáles son los riesgos si existe atención a medias para las víctimas?

Una víctima que no se atiende correctamente muy fácilmente se convierte en victimaria. Por ejemplo, una niña la engancharon y la comenzaron a drogar: si no la regresamos a un refugio con especialización en adicciones —no existe este tipo de espacios en el país—, muchas se convertirán en delincuentes. Esto es gravísimo para las niñas que enganchan en Puente de Alvarado en la Delegación Cuauhtémoc. Ahí tienen a muchas menores de edad con drogas muy fuertes, que no reciben la atención correcta. ¿Qué sucede con esas niñas? Pues terminan asaltando por la desesperación de la droga o terminan como victimarias enganchando a otras chicas para complacer al padrote y conseguir más recursos económicos. Muchas de las víctimas o están muy deprimidas y quieren suicidarse o están tan agresivas que pueden convertirse en nuevas “mataviejitas”, niñas que pueden ser criminales por tanta violencia que han sufrido.

—Por otro lado, están las familias de las desaparecidas, ¿cómo califica la situación en que se encuentran madres y padres que buscan a sus seres queridos?

Hay tantas mamás así que no puedes con tanto dolor. Todas estas mujeres se convierten en las principales fuentes de información para las procuradurías por la desesperación que tienen por encontrar a sus seres amados. Gastan todos los recursos económicos, se endeudan, quedan en la pobreza, pero además está la desolación completa de regresar a casa y no tener pista de ellas. Es un dolor grande que no podemos imaginar y mucho más porque saben que pueden ser sus hijas víctimas de trata. Estuve con una mamá que tiene a sus dos hijas desaparecidas en Tamaulipas, y a otra mamá de allá que tiene a su hija, hermana y cuñada desaparecidas. La insensibilidad de las autoridades estatales es gravísima, no sólo insensibilidad, lanzan amenazas diciendo que dejen de subir las fotos de sus niñas. ¿Cómo puede pedir alguien que dejen de buscar a sus hijas?

—De la ley a las acciones, ¿cómo visualizas este proceso?

Cuando empezaba en esta causa no había nadie en la cárcel. Ahora, hay 93 sentencias, más de 150 personas están en la cárcel. Es poco, pero sí es muy difícil, es muy complejo acreditar este delito. Comparémonos con España que tiene nueve sentencias, con Reino Unido que el año pasado logró ocho sentencias para que entendamos que hoy sí hay gente comprometida, procuradores que sí están haciendo la diferencia. Estamos avanzando y no vamos a retroceder, de eso estoy segura. Es una lucha que tenemos que dar por la dignidad, por la vida, por la libertad del ser humano. Eso no se puede negociar de ninguna manera.

—Y más cuando está involucrado el crimen organizado, el narcotráfico…

Es el tercer negocio de los cárteles de la droga y por eso tenemos que tener mucho cuidado y levantar la voz. Hay que firmar esta iniciativa ciudadana para decir No al retroceso de la ley antitrata. Todo lo que sea retroceso hay que levantar la voz. El que quiera dar pasos hacia atrás seguramente tiene en su espalda dinero del crimen organizado, porque hay mucha gente perdiendo con el cumplimiento de la ley.

—¿Cómo fomentar la cultura de la denuncia ante instituciones poco confiables?

Agradecemos a quienes denuncian a través del 01 800 5533 000, es una denuncia ciudadana, una línea gratuita confidencial. Estamos al frente de esta campaña con el Observatorio Nacional Ciudadano, una organización que recoge las denuncias para poder hacer mediciones. Lo que no se puede medir no se puede combatir. Necesitamos realizar diagnósticos reales.

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