Jessica Gómez Macías 

El conflicto sirio ha sido el escenario perfecto para demostrar la vulnerabilidad de la  Organización de las Naciones Unidas ante los gobiernos más poderosos del mundo. Mientras algunos miembros del Consejo de Seguridad, como Estados Unidos, Francia y Reino Unido, apoyan la intervención militar en Siria, otros, como Rusia e Irán, han amenazado contraatacar en caso de que se desobedezca la determinación de la organización. Dicha falta de acuerdos ha provocado que cientos de personas en el país oriental sigan muriendo por la guerra entre rebeldes y el régimen de Bachar el Asad.

Después de que la ONU confirmó el uso de químicos en el ataque al pueblo sirio, Rusia implementó un plan para regular y destruir las armas químicas que tiene el gobierno de Bachar, todos los países involucrados apoyaron dicha resolución con la condición de que la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas estuviera involucrada hasta la culminación de este programa.

La amenaza de atacar Siria por parte de Estados Unidos fue desacelerándose a medida que Rusia subió la amenaza de realizar un ataque de confrontación. Por su parte, la ONU también tuvo que agilizar su intervención para evitar el conflicto entre ambas naciones y de alguna manera no pudo servir en los intereses de la Casa Blanca.

La realidad es que históricamente la Organización de las Naciones Unidas, a través de su Consejo de Seguridad, ha mostrado la falta de objetividad en sus decisiones, las cuales siempre van en beneficio de los países más poderosos del mundo, en particular Estados Unidos.

En el caso concreto de la guerra de Irak, el Consejo de Seguridad fue el brazo perfecto de Washington para que el ataque diera inicio aun cuando no se había tomado una determinación final por parte de todos los países integrantes. La misma Organización desconoció la decisión y no pudo participar legítimamente para buscar la paz en dicho país árabe.

El grado de presión que ha tenido que soportar la ONU por parte de las potencias primermundistas ha hecho que decisiones como la guerra en Kosovo o Afganistán quedaran con la incógnita si en realidad se actuó objetivamente o por presiones del gobierno estadounidense. En particular la guerra de Afganistán así como la de Georgia cobra otro sentido porque interfiere la Organización del Tratado del Atlántico del Norte (OTAN), quien también su actuar ha sido cuestionado por sus decisiones tendentes a beneficio de los poderosos.

Desde su fundación, en 1945, la ONU ha tenido un principal objetivo, el de mantener la paz en el mundo o ser un intermediario para evitar que se desarrollen conflictos, debido a su carácter internacional y las competencias de su Carta fundacional, puede adoptar decisiones sobre varios temas y proporcionar un foro a sus 193 estados miembros para expresar sus opiniones a través de la Asamblea General, el Consejo de Seguridad, el Consejo Económico y Social y otros órganos y comisiones.

La ONU posee 193 estados miembros, más 3 miembros en calidad de observadores, el Vaticano, la Orden Soberana y Militar de Malta y el Estado Palestino. Los principales protagonistas son los países de Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Rusia y Alemania.

Evidentemente, los países con menos presencia han mostrado su inconformidad porque todas las decisiones se toman de acuerdo con los intereses de las prioridades e intereses políticos, económicos, militares de los cinco grandes, y así mantienen congelada la capacidad de acción del órgano de seguridad en asuntos como los de Siria, Yemen, Bahrein e Israel, de lado de occidente, y de Siria e Irán, por el caso de China y Rusia.

Con el paso del tiempo, las naciones tienen mayores intereses y los riesgos de que exista una guerra son cada vez más latentes, ante esta situación los países más poderosos tienen el apoyo de otras naciones débiles que por sus tratados comerciales les conviene estar en acuerdo con las resoluciones propuestas.

Es así como  la ONU se ha convertido en un arma para que las potencias mundiales integren o desechen apoyo a países en riesgo, vetos o inicios de guerra. En caso de confrontación entre dos poderosos como el caso de Rusia y Estados Unidos la organización agiliza una tercera solución donde todos puedan quedar conformes y se evite un conflicto mayor entre naciones primermundistas.

Poco a poco el concepto de paz de la ONU ha sido desplazado y los intereses de las naciones han sido cada vez mayores, las guerras se han creado para ganar territorios y riquezas y es lo que más buscan los poderosos del mundo.