Pobres en Bangaldesh toman medidas extremas para poder abonar créditos que tenían la intención de mejorar su situación financiera.

Los últimos años hubo una revolución financiera que brindó micropréstamos a las clases sociales más bajas en Bangladesh. Ahora, cada vez en una peor situación, toman medidas extremas para poder pagar las cuotas, para ello, venden sus órganos.

La venta de órganos no es algo novedoso en Asia. Allá la más baja clase social acude a esta práctica para poder sobrevivir, pero ahora cada vez más son los que deciden hacerlo presionados por los prestamistas que les brindaron los préstamos durante la revolución económica que hubo en los últimos años.

La intención de estos créditos era sacar a las personas de la pobreza fomentando el espíritu empresarial y la autonomía de las mujeres, pero este método fracasó y generó más inconvenientes entre los más pobres.

Akhtar Mohammad Alam, de 33 años, tiene una cicatriz de 38cm en el costado porque le sacaron un rinón, según informa la BBC. La extracción del órgano junto a la mala atención post operatoria hizo que su cuerpo quedara parcialmente paralizado, señala el portal digital www.lavozdejujuy.com.ar. Ahora solo un ojo le funciona y tuvo que dejar de trabajar.

“Una gran cantidad de personas que tiene deudas con las ONG ahora están fuera de control porque no pueden devolver los préstamos y sólo ven una salida: es vender su riñón”, explica el profesor Monir Moniruzzaman del Departamento de Antropología de la Universidad Estatal de Michigan, que estuvo investigando el tráfico de órganos en Bangladesh desde hace 12 años.