D. F. por Siempre!
Corredor cultural
En agradecimiento a Guillermo Tovar de Teresa,
Buen vecino, maestro y defensor
de nuestro patrimonio cultural.
José Alfonso Suárez del Real y Aguilera
La mañana del 19 de septiembre de 1985 desnudó la vulnerabilidad y el deterioro de muchas zonas de la ciudad de México. La colonia Roma no fue excepción y el aristocrático fraccionamiento concebido por los arquitectos Lamm en 1902 exhibió su deterioro con el cúmulo de escombros provocados por la ira telúrica y la incuria de propietarios de sus casas y edificios.
A la anodina calificación catastral de la colonia, correspondió una actitud similar de la autoridad capitalina, a la que se enfrentó la Unión de Vecinos y Damnificados de la Colonia Roma, organizada por Alejandro Varas para apoyar y defender a los romanos que exigían permanecer en su colonia y rechazaban las ofertas oficiales que en concreto los enviaban al exilio, a aquellos palomares que invadieron la zona conurbada del estado de México.
De forma convergente a esta lucha vecinal, en marzo de 1990 un grupo de artistas convocados por el impulsor del Salón des Aztecas, Aldo Flores, tomaron uno de los más emblemáticos edificios de la avenida Álvaro Obregón, el Edificio Balmori, intervención artística en la que participaron Gabriel Macotela, Carla Rippey, Eloy Tarsicio, Gustavo Aceves, Boris Vishil, Phil Kelly, Diego Toledo, Gustavo Monroy, Oliverio Hinojosa, Alejandro Arando, Philp Bagar, Sirio Basilio, Anna Checchi y tantos otros cuya obra colocada en puertas, ventanas y balcones impidió la demolición del inmueble y su recuperación para el patrimonio arquitectónico de la colonia.
Antecedida por este evento —que correspondía al interés despertado por Guillermo Tovar de Teresa sobre el patrimonio perdido en el Centro Histórico—, en 1993 las hermanas Claudia y Germaine Gómez Haro se propusieron recuperar la más emblemática de las construcciones que flanquean la avenida Álvaro Obregón, la Casa Lamm, la cual adecuaron para convertirla en un espacio cultural, acción que muchos vecinos calificamos como el prodigioso renacer de nuestro espacio urbano.
Coincidente con el inicio de actividades de Casa Lamm, un grupo de vecinos conformamos el Movimiento Pro Dignificación de la Colonia Roma, a fin de defender la colonia de la depredadora especulación inmobiliaria, así como de la ambición delegacional que impulsaba un corredor de giros negros ahí donde la comunidad apostaba a crear un corredor cultural.
Desde el inicio de la defensa vecinal de la colonia, fue Guillermo Tovar de Teresa, vecino excepcional, quien generosamente nos apoyó, orientó y alentó en la defensa del patrimonio arquitectónico de la Roma.
Desde hace 20 años los vecinos de la Roma recibimos un permanente e incondicional apoyo del Centro Cultural Casa Lamm, el cual nos permitió demostrar la solidez de nuestra postura a favor de la cultura como instrumento integrador del tejido vecinal, a la par que colocar nuestra colonia en el epicentro de la vida cultural de la ciudad capital.